#InPerfecciones
“Así como en la puesta de sol sólo podemos ver al astro rey hasta que haya vencido a la montaña que lo cubre, así también seremos partícipes de la verdad hasta que las manos de los legisladores se agiten en el aire y decidan qué pasará después.”
Pablo Ricardo Rivera Tejeda / @PabloRiveraRT
pricardo.rivera@gmail.com
¡Viva México!, ¡Viva México!, ¡Viva México! –se escuchaba desde lo alto del balcón en el que López Obrador habría de dar el famoso “grito patrio”.
Sin duda septiembre es un mes lleno de cosas interesantes, al menos para los mexicanos y nuestra cultura. Conmemoramos nuestra Independencia y el proceso que ésta implicó. Realzamos nuestras raíces y dejamos en alto a nuestra nación con la exquisita y perfumada gastronomía, la rica e infinita cultura y la calidez de las personas que transitan por las curiosas calles de aquello que llamamos México.
Es irrefutable –y lo digo sin temor alguno a equivocarme– que México es una nación como pocas. Tristemente, a la mayoría de nosotros a lo largo de la historia nos ha tocado ser los espectadores de una trágica puesta en escena.
Esta semana es decisiva para el poder político en México. La reforma constitucional proveniente del oficialismo con relación a las Fuerzas Armadas –se pretende alargar hasta 2028 el periodo en el que las Fuerzas Armadas puedan realizar labores de seguridad pública– es clave para el futuro político, sobre todo para Morena y el PRI.
Hace algunos días, era curioso leer cómo mucho encabezados de la sección de política en los periódicos decían “PRI-MOR”, a manera de burla por las especulaciones con relación a que el PRI podría apoyar la decisión de Andrés Manuel y de su partido en el Congreso de la Unión. Así, tal como el temblor sacudió al país el pasado lunes, así también la oposición parece desmoronarse por el incesante movimiento de sus actores.
Alito Moreno, a quien por cierto le he dedicado ya más de un artículo, sigue felizmente a cargo del PRI. En las ruedas de prensa le vemos con una gran autoridad moral, ¡por Dios!, pareciera que no hay persona más pura que pueda dar la cara que el aún dirigente –no se cómo se ha mantenido–, del Partido Revolucionario Institucional. En gran medida, él será la pieza clave que terminará con la construcción del rompecabezas en Palacio Nacional, o bien, con el rompecabezas de Claudio X. González.
Lo cierto es que somos náufragos en la solitaria isla de la incertidumbre. Por una parte, es sencillo recordar cómo AMLO en sus campañas y en los momentos que hacía de oposición, era un inmejorable crítico de la militarización del país. Hoy, propone una reforma que no hace mas que implementar aquello que hace seis años hubiera criticado. Se me ocurre también traer a escena a personajes como el Dip. Gerardo Fernández Noroña o Mario Delgado, quienes de nuevo, estando como bloque de contención político, nunca hubieran apoyado una propuesta de seguridad tan radical como la de López Obrador. Efectivamente, aquel Noroña experto en marchas y protestas, se ha quedado en el olvido y ahora parece ser el perrito faldero de aquel a quien llama “el compañero presidente”. Por cierto, es curioso que a pesar de él ser crítico de la monarquía, ha dicho más de una vez: “Larga vida al compañero López Obrador”, situándolo en un pedestal de oro para nada franciscano.
En fin, tendremos que ver qué es lo que sucede en este mes patrio. Iremos descubriendo poco a poco cuál será el futuro que nos espera y, seguramente, veremos la crudeza política en nuestro país en su máxima expresión. Tal vez las armas sean el pretexto perfecto para que un partido como el PRI se entregue por completo al regente de Palacio Nacional, o tal vez será el momento en el que veamos congruencia política y la búsqueda de un mejor mañana. Así como en la puesta de sol sólo podemos ver al astro rey hasta que haya vencido a la montaña que lo cubre, así también seremos partícipes de la verdad hasta que las manos de los legisladores se agiten en el aire y decidan qué pasará después.
