Cultura

UNA BREVE CHARLA CON FERNANDO SAVATER

#Cultura
“Otra contradicción es que para leer hay que escribir y viceversa. Es un círculo interminable y en el caso de las revistas, suele ser un poco más dinámica, con sus fotos para nada con poses.”

 

 

Ricardo Sandoval /  @LuisRSandoval5
luizandcar18@gmail.com 

Fernando Savater comienza su ensayo Leer para despertar de la siguiente manera:

“Mi momento preferido del Orlando furioso, el disparatado y mágico poema de Ariosto, es el combate singular entre el hechicero Atlante y Bradamante, la intrépida amazona. Atlante es un nigromante poderosísimo, que ha liquidado hasta la fecha a todos los audaces que han intentado enfrentarse con él; Bradamante no le teme porque es una mujer, por decirlo así, de pelo en pecho. La batalla entre ambos va a ser desaforada y además aérea, porque ambos cabalgan sobre corceles voladores. Cuando se aproximan, Bradamante constata con asombro que su adversario no lleva arma alguna en las manos; sólo empuña un libro. Pero pronto comprueba que no está indefenso, porque el libro es mágico y cada golpe, cada estocada o mazazo que Atlante lee en sus páginas lo recibe inmediatamente ella, que apenas puede guarecerse de tan desconcertante ataque. El final del episodio honra más al hechicero que a la amazona: Bradamante se deja caer a tierra como si estuviese herida y Atlante, brujo pero caballero al fin y al cabo, acude junto a ella para reanimarla. La señorita se reanima sola, le despoja con presteza del libro y le sujeta con sus brazos forzudos: comprueba entonces que Atlante no es más que un anciano casi inválido, que parpadea nerviosamente ante la ferocidad de la bella”.

 

Se podrían considerar un par de opciones, tanto la sexual, literal, como la metáfora. En última me voy a enfocar un poco más: que es la seducción a la lectura por parte de la “bella amazona”. Ya que los libros/lectura se consideran como un arma de doble filo, ya sea para construir el razonamiento o incluso, para destruir sociedades. Como todos somos parte de una sociedad, dividida, pero a final de cuentas, una sociedad y una educación que cambia con el paso del tiempo, lo que sigue con nosotros son los libros. Al tener ideas adentro en cada frase, párrafo, etc., las ideas se reproducen en nuestras cabezas y ya sea que recibamos los “golpes” o que tengamos temor de abrir uno.

 

Savater continúa: “Tal es la fuerza alarmante pero también tónica de los libros, cuya impronta caracteriza la tradición cultural de la que nos nutrimos. Libros son la Biblia y el Corán, el Código de Justiniano y la Enciclopedia de Diderot, los íntimos Ensayos de Montaigne y la gran denuncia colectivista de El Capital.”. Claro, faltan las desprestigiadas novelas juveniles, “los cuentos de Disney”, siendo que los libros son parte importante de nuestra sociedad, pero aquí hago un par de preguntas: ¿en realidad lo son?, ¿no se supone que un libro es simplemente estático?

 

Otra contradicción es que para leer hay que escribir y viceversa. Es un círculo interminable y en el caso de las revistas, suele ser un poco más dinámica, con sus fotos para nada con poses. El libro suele ser considerado todo lo contrario. Son solo palabras juntas que no tienen una imagen dentro, ni una fotografía falsa; algo que puede ser considerado irónico si al leer se van formando imágenes, pero en otra ocasión hablaremos de las teorías que hay sobre esto, ¡porque aunque no lo crean, hay teorías literarias!

 

Por su parte, la imagen, como la que se ve a diario en la calle, puede sí, comunicar una acción pero nunca la define. Tenemos ahora un exceso de imágenes, desde nuestros teléfonos celulares, hasta los espectaculares, incluso a una persona pidiendo dinero en la calle, depende de nuestro punto de vista considerar si la hacemos conmovedora o no; incluso la televisión, cuyo fin parece similar al de los libros: se presagia, pero no sucede. Lo polémico llama la atención, el impacto hace a las imágenes que uno centre su atención sin, curiosamente, prestarle atención a lo que ocurre a los alrededores. Lo primero que nos atrae es la imagen y si hay algo escrito, preferimos leer las notas al pie de esa fotografía o imagen y seguir con la siguiente.

 

Más adelante, Savater hace mención sobre la prensa y la televisión: “Para simplificar, manejaremos solamente la contraposición entre televisión y prensa. Ambas formas de información tratan sin duda sobre la misma realidad, pero la realidad ya no es la misma después de pasar por el filtro selector de cada uno de esos medios.”.

 

Ya se ha mencionado, dentro de los libros, ya sea de cuentos, una novela, hasta un ensayo e incluyo a los poemas, por su fuerza y capacidad que tienen para que en pocas palabras te den un fuerte impacto.  

 

Como leer es un proceso más activo que pasivo, ya que hay que prestar atención, crea emociones, sentimientos, dichas acciones suelen ser un poco más retardadas. En cambio, las imágenes, creadas especialmente para desarrollar de inmediato dichas emociones, a impacto. Como se dijo con anterioridad: “lo polémico llama la atención”. Se puede hacer pasar una foto de hace diez años como si fuera actual y nadie la juzgaría o lo contrario, una foto o video de hoy y hacerlo pasar como algo completamente distinto.

 

En relación a lo anterior, Savater da una contundente opinión: “Nuestro siglo ha conocido diversas modas anti intelectuales cada cual con un mensaje más deplorable que el anterior y a menudo con resultados históricos sumamente trágicos. Elogios de lo mítico y de lo indescifrable frente a las sosas llanezas del racionalismo, exaltación del furor carismático cuyo ímpetu pisotea los convencionalismos legales, vindicación del gusto popular (sobre todo juvenil) que nunca yerra frente a los exangües rebuscamientos de la élite cultural.” Es la eterna guerra entre la alta cultura y la cultura popular, representada entre la televisión contra los libros o como en un principio, entre Atlante y Bradamante. 

 

En relación con una de las preguntas hechas con anterioridad, la cual voy a dejar abierta a propósito, leer, como lo hacen ahora, es en sí un gran avance para decirle a alguien “ponte a leer”. Ya tenemos un pequeño espacio a pesar de lo presurosa y caótica de la vida actual. 

 

Para terminar, leer ayuda a la capacidad analítica, al raciocinio y a la calma. Todo se nos va por la rapidez que se dice que no hay tiempo para nada, mucho menos para leer y pensar. Los resúmenes se requieren en la sociedad y ni así nos ponemos a pensar en lo que ocurre. Pensar, leer y razonar son elementos fundamentales para los libros y por eso es aún un peligro para las imágenes. 

 

#InPerfecto