Editorial

LA CARNICERÍA QUE VENDRÁ.

#InPerfecciones
A los partidos de oposición les queda como salida para no sucumbir –o terminar de hacerlo- agarrarse del clavo ardiente de perderse el asco entre ellos.

 

 

Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx

 

El proceso electoral de cara a la elección intermedia de 2021 ha iniciado, 3 mil puestos de elección incluidas 15 gubernaturas serán renovadas, el escenario político con seguridad tendrá una característica muy marcada, la agresividad de las campañas convertirá el proceso electoral más grande en la historia de México en una lucha encarnizada donde los escándalos y no las propuestas serán el ingrediente principal.

 

Está de más señalar que a escena se sumará el Presidente que se autoproclamó como “guardián de las elecciones” –o querrá decir de sus intereses- , al fin que se le da muy bien eso de estar en campaña “vitalicia”, con la diferencia que ahora con los recursos y plataforma de Gobierno a su disposición no será necesario pasar las vergüenzas que le han hecho pasar sus “hemanitos”, “hijitos” y otros familiares que han operado las “aportaciones” para la causa del Presidente más insultado de la historia.

 

La oferta electoral de los partidos políticos se encuentra en un momento complejo, la crisis económica y social en el país ha permeado en lo político hacia los partidos que  muestran una cara precaria frente a las elecciones del año entrante, por un lado el partido en el Gobierno se muestra sin ideas y gozando aún del efecto “López Obrador” que catapultó a una buena cantidad de candidatos a puestos de elección popular en 2018, sin embargo, la construcción de ideas durante dos años de gobierno ha sido por decir lo menos deficiente parafraseando la retórica presidencial del pasado como evasiva y para justificar la falta de resultados positivos hacia el futuro, de modo que la probabilidad de continuar sacando jugo de la discursiva presidencial se antoja redituable para MORENA aprovechando artificios políticos como la lucha contra la corrupción y el juicio a ex presidentes que con seguridad terminará por diluirse con los duros golpes de realidad que vendrán de manera inevitable.

 

Por otro lado, a los partidos de oposición les queda como salida para no sucumbir –o terminar de hacerlo- agarrarse del clavo ardiente de perderse el asco entre ellos para ir en bloque y aguantar lo que quede de sus aspiraciones el próximo año y prepararse para el 2024 que para varios será la madre de todas las batallas para mantenerse vigentes después de la carnicería que vendrá.

 

Los movimientos han comenzado incluso en la víspera, y el termómetro que representa la elección intermedia necesitaba al parecer un movimiento que marcara una línea muy clara y desde luego más agresiva para impulsar un contrapeso político que le reste atención al Presidente, y la acción de abandonar la CONAGO por parte de 10 estados para conformar la “Alianza Federalista” que se anunció el día de ayer es sin duda uno de esos movimientos que buscan generar ese contrapeso, pero nada de eso tendrá el menor de los efectos si el cálculo político sigue volteando a ver  a la ciudadanía únicamente como carne de cañón electoral, no se trata de exterminar a los oponentes políticos, de lo que se trata es de acabar con ese costumbrismo donde la clase política únicamente está preocupada por no perder sus prebendas, y esto incluye a los que gobiernan y a los que aspiran a gobernar. 

 

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