Editorial

Aquí se rompió una taza y todos fuera de su casa.

#InPerfecciones
Las últimas declaraciones del Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador sobre el Covid, nos invitan a salir y liberarnos de ataduras, a vivir sin miedo y sin temores.

 

 

Dr. Jaime Del Rio Chivardi. 
editorial@inperfecto.com.mx

 

Las últimas declaraciones del Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador sobre el Covid, nos invitan a salir y liberarnos de ataduras, a vivir sin miedo y sin temores. Esto fue dado a conocer en todos los medios en un comunicado de fin de semana, se trata de un decálogo de buenos deseos y malos consejos, de argumentos que apelan más que todo al sentido común, a una realidad que no compartimos la mayoría de los mexicanos, sobre todo los que enfrentamos día a día a este dragón de tres cabezas, invisible enemigo, altamente letal. 

Justo cuando el pico de la pandemia se encuentra en su punto más álgido, la Secretaría de Salud se ha encargado de anunciar, desde hace tres semanas, este tan esperado pico, pero la realidad es que no vemos ni estabilización y mucho menos una baja de los casos o muertes. México ha entrado a ese grupo selecto del top 10, con un deshonroso 3er lugar por el número de decesos diarios y un 8º lugar por el número de casos nuevos por día. A ese paso vamos a alcanzar las 30 mil muertes para finales de este mes, muy cerca de los 36 mil que ha venido estimando cómo máximo el Dr. López-Gatell. Lo que más me sorprende, me hiela, es la falta de empatía, el manejo tan frío de los números. Se trata de una despersonalización del Secretario, una transferencia del impacto emocional a otra persona, al rock star, al artista de la novela de la siete de la noche y no al ser humano.  

Durante todas estas semanas lo hemos oído hablar de curvas, números y cambios tras cambios, más muertos, más contagios. Al parecer el rumbo y la estrategia están perdidos.  A pesar de ello siempre hemos visto congruencia, eso sí, en el actuar del Secretario. Cada día enferma más a México, pero no lo da de alta o lo pone con un mejor pronóstico.  En cambio, el Presidente se ha encargado de enviar un mensaje completamente contrario, un mensaje que alienta a la población a salir del encierro, a acudir a lugares con altas concentraciones de personas. No falta mucho para que empiece a pedir que nos besemos y nos abracemos.  

Este doble discurso de las autoridades nos valió un nuevo llamado de atención por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el que se solicita al Gobierno a “emitir mensajes coherentes” para luchar contra la pandemia de Covid 19,  “los ciudadanos se sienten confundidos si escuchan diferentes mensajes y hay que garantizar que tengan la mejor información posible para protegerse”, el mensaje fue emitido por el Director Ejecutivo de la OMS para emergencias sanitarias Mike Ryan. No es el primer episodio de este tipo, el 17 de marzo en voz del Secretario General de la OMS, el Doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, se pidió que las acciones del combate contra el coronavirus deben provenir del más alto nivel de gobierno y no sólo ser una estrategia relegada al sector Salud.

Esto solo muestra la falta de coordinación entre las autoridades, entre la cabeza del Estado y la Secretaría de Salud, vemos claramente que no hay una adecuada política de salud, desde el inicio del sexenio, al terminar con programas transexenales como el Seguro Popular o el de nueva generación, los programas de cáncer de ovario o de mama y qué decir del apoyo a múltiples organizaciones para otras enfermedades. Hablemos también del importante recorte del presupuesto al sector Salud. Este debilitamiento, desde el 2019, es en gran medida el causante de la situación actual. Recuerden cómo en los últimos tres meses el Canciller Marcelo Ebrad se ha movilizado para conseguir equipo médico, también la reconversión de hospitales generales o de zona a hospitales Covid y la instalación de carpas en el Autódromo o en el centro Banamex. Sé que no hay recursos que alcancen, lo vimos en países desarrollados, pero carajo, si ya sabían que la pandemia venía en camino, que era inevitable, ¡pues te preparas! 

Quizá no es el mejor momento para cuestionar el modelo de atención ante la emergencia sanitaria, pero se vale reconocer los errores, en Suecia, uno de los países europeos con una de las mayores tasas de mortalidad, sus autoridades reconocieron que se equivocaron al no hacer nada para mitigar los contagios. Otros modelos como el de Japón o Singapur fueron efectivos, sin modificar de manera tan importante el comportamiento humano, claro utilizando métodos tecnológicos de seguimiento de contactos y aislamiento estricto a los casos necesarios y haciendo miles y miles de pruebas, lo que en este país no podría ser. 

Quizá el método de contención de la enfermedad en México no fue el más adecuado, quizá un modelo más estricto o de corte militar hubiera sido mejor ya que se ha apelado al auto cuidado de los ciudadanos, al mantenerse en casa por convicción, por seguridad; se le ha dado gran parte de la responsabilidad al ciudadano y vemos que muchos no han asumido este importante papel, veo en la calle a personas sin equipo de protección, que no guardan su distancia, ¿cuántas fiestas se han tenido que cancelar con el uso de la fuerza pública? 

Pero para que esto hubiera funcionado, el Estado tendría que haber solventado los gastos de la mayoría de los mexicanos que viven al día, haberles creado un seguro de desempleo, generar iniciativas de apoyo para micro, pequeñas y medianas empresas, aplazar el pago de impuestos, generar alianzas con la iniciativa privada para crear políticas de reactivación económica, generar un endeudamiento responsable, justo lo necesario para que este país no se encuentre en el hoyo en el que actualmente está. Sin embargo, a ojos del ejecutivo esto huele a corrupción, a endeudamiento irresponsable, a apoyo a los más ricos, qué alejado está de la realidad, de todas formas, se está endeudando y no está haciendo nada, hace una semana recibió 1000 millones de dólares de parte del banco mundial, un préstamo, que denominó “rutinario”, qué falsedad, y lo peor es que nadie sabe ¿en qué lo está usando? o ¿para qué está destinado? El Presidente indica que es para afrontar los efectos de la pandemia, pues, ¡que se vean estos recursos!, ¡que los inyecte a la economía y al Sector Salud! y que no los guarde para su campaña electoral en el 2021. 

Sabemos que se cuenta por cientos el número de fallecidos. A pesar de esto y contra todo, los mexicanos nos movemos, gracias al responsable trabajo de muchos médicos, enfermeras, personal de salud, servicios de limpieza, a los que se encargan de las cadenas de producción y abastecimiento de productos básicos. A todos ellos gracias. 

En la transición epidemiológica que vivimos en este país, muy cuestionada por ser el peor momento para generarla, encontramos varios fenómenos y comportamientos:

En la sociedad civil, para muchos el tema se terminó, han salido a retomar las calles sin la más mínima protección, una postura muy egoísta ya que no solo se enferman ellos, también enferman a los demás.  Encontramos una sociedad profundamente dividida políticamente, y en situación de pobreza, se reportó esta misma semana, la pérdida de dos millones de empleos directos y casi once millones indirectos, un dato demoledor para cualquiera. Aunado a ello se han disparado los robos a casa, transeúntes y más adelante a negocios, sólo es necesario que abran sus puertas.  

La iniciativa privada, se encuentra buscando apoyos de organismos internacionales y de gobiernos locales, para generar estos programas de apoyo y crecimiento económico ya que en Gobierno Federal no los oye ni los escucha, al contrario, los agrede. 

Los medios de comunicación, que no se han salvado de los constantes ataques del Ejecutivo, han difundido con éxito los mensajes de los organismos responsables de combatir la pandemia, a pesar de que sean contradictorios; también han difundido escándalos de corrupción que se han generado bajo el amparo de la emergencia, como la compra de los ventiladores en el IMSS al hijo de Barttlet, otro nuevo contrato sin licitación, que ya salió a la luz y los contratos millonarios por asignación directa a una empresa del hermano del director del IMSS, quién al parecer, enfermó de Covid y se encuentra aislado. También hablan del pésimo rumbo de la economía y la falta de soluciones. 

El Gobierno Federal, es lo más grave. Esta misma semana hemos recibido la unción del Gobierno, a recuperar nuestras vidas, eso sí, con cuidado. Es decir, nos ha transferido la responsabilidad de cuidar nuestra salud, el Estado se ha quitado el peso, la carga de velar por la salud de los mexicanos y de buscar soluciones para combatir la pandemia, de brindar los espacios y recursos necesarios para atender a los pacientes enfermos. Parte de esta responsabilidad también fue trasferida a los Gobiernos Estatales, en la última semana han aumentado las protestas de Gobernadores contra el Gobierno por el manejo de la crisis, por la falta de recursos y por la falta de una adecuada política de salud ante la emergencia. Hemos visto en el centro del país al gobierno de la CDMX y al Estado de México trabajando juntos, dando sus propias cifras y manejando sus planes en conjunto. 

El tiempo político hace que se calienten los ánimos, la estrategia del Gobierno es evitar la catástrofe económica, apuntalarla con alfileres, recuperar el control del discurso político, de la línea editorial que manejaba magistralmente, para distraer a los mexicanos de los temas trascendentales como la pandemia, la crisis económica y la inseguridad al costo que sea, pese a quien le pese y sin importar el número de muertos. 

 

*Alergólogo pediatra, Profesor UNAM. 

 

 

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