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Entre sociedades te veas.

#Editorial
Marzo 9, 2018

Miguel Angel Millán Cancino
Miangel.millan@inperfecto.com.mx / @MiAngel_Millan

En mi infancia, recuerdo demasiado como se hablaba en una respetuosa y tradicional comida familiar, sobre lo maravilloso que era vivir en una sociedad tranquila, recuerdo mucho las conversaciones donde se hablaba de aquellos juegos en las calles o milpas, en los ríos; del cuidado, manutención y respeto a la familia; de aquellas buenas voluntades que uno se encontraba en la sociedad general. También se hablaba de aquellos conatos de violencia que existían, imaginen, crecí en la Col. Mixcoac en la Ciudad de México, y de lo que se hablaba era de bandas como la de “Los Panchitos” que bajaban a tomar refrescos en la tienda abarrotera que la familia de esa época tenía, se sabía de asesinos seriales que terminaban recluidos en las rejas de Lecumberry; no puedo omitir la conversación de la jerarquía familiar que decían: “México es un país pacífico, muchos vienen a vivir aquí porque no nos metemos en problemas con nadie”.

También la advertencia de una regla soberana a la casa y la familia, a la exigencia al buen comportamiento y entre debates llegar directo al postre donde uno podía reír o hacer planes de jugar o ver la televisión en familia, no obstante las múltiples actividades que se tenían entre estudiantes, trabajadores, profesionistas o familia que en crecimiento iba.

Por mucho tiempo esa fue la dinámica de una familia de tantas, la mía. Al crecer, uno preguntando con los amigos, parecía ser una norma o un estilo de vida familiar esta práctica recurrente en aquellos momentos, no tan lejanos realmente.

Hoy, me siento muy confundido, no solo en México, en el mundo entero han cambiado mucho las disposiciones sociales. ¿Qué paso con la gente y su sociedad? ¿Qué paso con la familia? ¿En qué mundo estamos viviendo?

Hace unos días, me encontré con la noticia de que a un deportista de alto rendimiento en Sudáfrica, al salir a hacer sus entrenamientos diarios al ir en la bicicleta delincuentes de los que no se sabe nada, atracaron al triatleta para golpearlo y serrucharle las piernas; hoy mismo, en la carretera México-Toluca unos asaltantes fueron asesinados por un pasajero de ese camión; escuelas a la defensa en los Estados Unidos por la amenaza; religiones en persecución; no nos vayamos tan lejos, todas aquellas circunstancias que vivimos y que no solo son de violencia, son de egoísmos, son de enojos sociales, son de hartazgo, bien sabemos que ya ni comidas con charlas hay, hoy es comer para poder seguir viendo el celular.

La violencia no es solo generada por los gobiernos, por la que muchos atacan guerra del ex Presidente Calderón, o en este momento del Presidente Peña, ¡No!, esto es algo más generalizado. Mencionaba al principio sobre la percepción que se tenía de México como un país tranquilo y pacífico, y hoy algunas ciudades de nuestro país están las listas negras, a donde otros países recomiendan a sus ciudadanos no viajar.

Sé que esta editorial es mucho mas moral, pero no puedo dejar de sentir melancolía, pero también indignación, ¿Cuál es el camino que recorreremos en adelante? ¿La costumbre al despilfarro emocional y a que lo negativo sea lo común es la inminente ventana al futuro?

En época electoral queremos vaciar todas las responsabilidades a quienes quieren obtener cargos públicos, pero ellos, sabemos que son políticos y que son de paso, en nuestra sociedad, nosotros somos los eternos vigilantes y los que estaremos barriendo las calles y sacando la basura, por lo mismo, los que educaremos a nuestras familias y a nuestros seres queridos les llevaremos; las redes sociales y la nueva disposición social son ventajas pero no deben de ser enajenaciones o espacios de egoísmo y ensimismamiento. No le dejemos a la política hacer lo que tenemos que iniciar nosotros, una gran mujer muy sabía me dice: La educación, empieza en casa.

A diferencia del pasado, una comunidad tiene muchas sociedades marcadas, que siempre han existido, pero hoy ya no se esconden, exijo el respeto a odas y todos, a los derechos humanos y su legalidad, pero también pienso que todas aquellas sociedades que en desigualdad vivimos, tenemos que iniciar por el respeto, aunque parecería que todo lo que no compartimos es un ataque frontal, quizá de ahí es donde sale todo esto, toda esta sociedad llena de conflictos.

Vaya que han cambiado las cosas, entre sociedades te veas…

Ojalá todos tengamos de nuevo esas comida donde aunque el pensamiento sea diverso, la unidad sacaba a flote todo.

#InPerfecto