Editorial

TRIVIALIDADES.

#InPerfecciones
Sería muy interesante que López Obrador desconociera –por ejemplo- la creación del Banco del Bienestar.

 

 

Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C  
carlos.rc@inperfecto.com.mx

Si el Presidente declara que no sabía de la existencia del CONAPRED ¿es una sorpresa? No, la sorpresa sería que la memoria selectiva de López Obrador tuviera a bien recordar a Gilberto Rincón Gallardo, pero no, sorpresa sería que el Presidente manejara con conocimiento lo que implican todos los órganos e instituciones a favor de un discurso que se jacta de respetar la ley o la Constitución. 

 

Lo único que ha quedado de manifiesto es la habilidad que tiene el Presidente para poner en el escenario cualquier cantidad de trivialidades, que, viniendo de él se convierten en un escándalo bajo el contexto en el que los sitúa.

 

Si en año y medio de gestión no nos ha quedado claro que la única voz que escucha el Presidente es la propia, no está mal el Presidente, está mal quién le sigue prestando atención a las banalidades que pone sobre la mesa para revolver el agua y desviar la atención de los temas importantes y que no tiene la menor intención de atender sin antes bautizarlos con el discurso clave y doctrinario de la 4T que sigue la misma línea que tanto ha criticado sobre la creación de instituciones que no sirven para nada pero que tienen nombres muy domingueros.

 

Sería muy interesante que López Obrador desconociera –por ejemplo- la creación del Banco del Bienestar cuando el presupuesto deje de alcanzar para el financiamiento de sus Programas Sociales, sería muy irónico que el mismo creador de fantasioso mundo del bienestar señale que solo se han ocupado las nuevas instituciones para darle más poder al poder como se hacía antes, pero como ahora ya no es lo mismo se creará el “Instituto para revisar la falta de bienestar de todo el pueblo bueno”.

 

El camino que ha elegido el Presidente le ha dado excelentes resultados porque ha logrado aglutinar a la crítica en torno a las tonterías que se le ocurren para sortear las infumables mañaneras y para rellenar los somnolientos discursos. Fingir demencia con el tema del CONAPRED y el resultado de la crítica le queda grande a López Obrador, se ríe a carcajadas. Al Presidente que desborda “cariño” sobre sus adversarios con calificativos que se traducen en confrontación y discriminación, los derechos humanos también le vienen grandes, después de todo si las cosas se complican la técnica de lavarse las manos con un decálogo de bonitos sentimientos es la opción para que todos discutan mientras consolida su proyecto de nación. No, no está mal el Presidente, como lo señalé con anterioridad, estamos enfermos y resulta urgente purgarnos del maniático discurso en el que estamos entrampados y comenzar a analizar y debatir con seriedad los temas torales del país. 

 

#InPerfecto