#InPerfecciones
¿Como se ha justificado y se justificará la Guardia Nacional?, eso ya no importa ante la inminencia y todos los adornos que le pongan.
Carlos Rosas C.
En el marco de la aprobación de la Guardia Nacional que ya está mucho más que sobada en la discusión entre propios y extraños, aún se le siguen poniendo tildes y adornos para tratar de justificar el hecho de que la participación de los militares tendrá suficiente preponderancia en este cuerpo de seguridad que ha ido cambiando su estatus con el paso de los días durante la administración de Andrés Manuel López Obrador.
La aprobación de última hora donde el mando civil sea el que lleve la batuta de éste cuerpo se seguridad así como el plazo de cinco años para que las fuerzas militares regresen a los cuarteles parece atender esa preocupación por tener controlados a los militares, sin embargo, el punto en el que se señala que los juicios a militares sean llevados en juzgados civiles lejos de provocar el suspiro de tranquilidad deja ese suspicaz sabor de buscar tener controladas las posibles situaciones que bien saben que pueden ocurrir, y las pruebas quedaron presentadas por una buena cantidad de ponente que durante el parlamento abirto se dieron a la tarea de presentar los resultados tan “beneficiosos” de tener a los cuerpos militares desplegados en las calles.
Los resultados y las malas experiencias que se han tenido a lo largo de la historia cuando los cuerpos militares se encuentran desempeñando labores de seguridad pública que evidentemente no les corresponden por tener un espíritu y razón de ser diferentes, parecen no tener eco en la cúpula de gobierno, y se sigue buscando justificar y barnizar la presencia militar en el cuerpo de seguridad civil, que, hay que tener bien presente esa ligerísima posibilidad de manifestar descontento por tener que supeditarse a un mando que no tenga la menor idea de la disciplina castrense.
Y tampoco hay necesidad de caer en los excesos como el hecho de decir que la Guardia Nacional será como un “ejercito de paz” o “las fuerzas de paz de la ONU”, no, tampoco hay que ser ridículos, porque la paradoja máxima es que un ejercito que se supone es para llevar la paz lleve artillería dispuesta a aplacar a los beligerantes, no, tampoco es necesario que busquen la manera de engañar con las palabras lo que con los actos es tan evidente. Si la Guardia Nacional habrá de aprobarse –como parece que será- no hay ninguna necesidad de montar toda una farsa donde el lloriqueo por el desastre que recibió la nueva administración y que si el baño de sangre y toda esa verborrea con la que se han llenado la boca para convencer a la sociedad civil –esa que descalificó AMLO- de que por su bien es necesario disfrazar a los militares para por fin poner orden en las calles asoladas de violencia.
En las últimas semanas hemos visto el despunte de la violencia, ejecuciones, y una cantidad tremenda de reportes donde parece no haber control alguno y por ende un estado de gobernabilidad nulo, que, sin querer nos puede hacer caer en la sospecha sobre la premeditación de la permisividad de los grupos delictivos para actuar con total desenfado para tener un punto de inflexión que permita tener todos los votos necesarios en la cámara para estrenar por fin la Guardia Nacional
#InPerfecto