#InPerfecciones
Más policía en las calles sin acabar con la estructura delictiva solo es demagogia de Gobierno.
Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx
¿Como obtiene el Gobierno las cifras sobre violencia en el país?, es decir, ¿cómo obtiene esos otros datos que solo sirven para inflar de manera pomposa las declaraciones del Presidente durante las “mañaneras”?. Estos cuestionamientos son el equivalente a preguntar ¿cuál es su fuente? Porque con el síndrome del “teléfono descompuesto” con el que las noticias corren tanto en medios como en las redes parece que es posible elegir –si así se desea- el país en el que se quiere vivir. Tenemos el país de la “oscuridad” en el que las cifras en cualquier materia de la que se ocupa el Gobierno presenta datos alarmantes con una expectativa muy lúgubre, y el país de las maravillas donde todo va caminando sobre ruedas lejos del control de esos “neoliberales” de derecha que se empeñaron en dejar un cochinero de país.
De esas dos opciones todavía tenemos la posibilidad de elegir como en examen de opción múltiple cual es el “adversario” político que más cuadre con nuestro perfil socio económico, se puede elegir entre “chairos”, “morenacos”, comunistas, socialistas, etc. o entre “fifís”, “derechangos”, “prianistas”, conservadores, neoliberales, etc. Pero lo mejor es que este “universo” de opciones se encuentra patrocinado por el Presidente que se nota que ha tenido mucho tiempo para estudiar su diccionario personal de sinónimos con dedicatoria pero además enarbolado en una retórica ideológica en la que las contradicciones acaparan todo el discurso bajo la falsa aseveración de que lo que se busca es la reconciliación del país, y así ha permeado semejante discusión que solo es redundante y que no aporta nada políticamente.
Y en la contradicción de ideas podemos encontrar ejemplos de una exquisitez de nivel novelístico, y es que lo que nos haría pensar que parte de la solución al tema de la seguridad en México se encuentra en la captura y el proceso de los líderes del crimen organizado que bien podría acompañar a toda esa estrategia de seguridad que no termina por verse definida y mucho menos implementada.
Escuchar y ver una declaración del tamaño de “nuestra función es dar seguridad y no detener a los capos” clarifica esa estrategia que se criticó cuando organizó el operativo de visita de cortesía que le hizo el Gobierno al hijo del Chapo Guzmán para saludarlo y dejar de manifiesto que efectivamente lo suyo no era capturar a los capos del crimen organizado, cosa que los hizo “recapacitar” para encausar esa estrategia por la que tanto les han preguntado y que definitivamente no tenían la contundente respuesta que todos esperábamos.
Dar seguridad sin pensar en la detención y desmantelamiento de las organizaciones delictivas no solamente atacando su estructura financiera sino también su estructura física capturando y procesando a sus líderes solamente ponen en la mesa dos escenarios, pacto o incapacidad justificada, porque tener mas policía en la calle sin que se acabe con parte de la raíz del problema no es ni siquiera un paliativo, únicamente es demagogia.
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