Editorial

Contradicciones  

#InPerfecciones
En tiempos recientes México se maneja por puras contradicciones.

 

Rodrigo Dávila / @romdv16
rodrigo.davila@inperfecto.com.mx 

 

A la Peste responde el orden […] La ciudad apestada toda ella atravesada de jerarquía, de vigilancia, de inspección, de escritura, la ciudad inmovilizada en el funcionamiento de un poder extensivo, que se ejerce de manera distinta sobre los cuerpos individuales.   

 

Desde hace tiempo ha sido de mi interés los desafíos a los que nos enfrentamos día a día los mexicanos ante la crítica y desoladora situación derivada de la pandemia de covid 19; va un año en el que hemos sido victimas constantes de lo que pareciera que se convirtió en un país de cuarentenas periódicas. Las pésimas decisiones gubernamentales junto con la necesidad de las personas y la ignorancia de otras han generado una serie de contradicciones disciplinarias que se ven reflejadas en cada una de las estructuras sociales existentes dentro de nuestra nación. Me es prácticamente imposible hablar de disciplina y no pensar en Michel Foucault; en su libro Vigilar y castigar podemos darnos un amplio panorama de como funcionan las institucionales disciplinarias, no solo hablamos de las cárceles, ejercito, policías, hablamos también de escuelas y hospitales, aquellas instituciones que permiten individualizar a las personas para someterlas bajo un estricto control y trato especializado, bajo la premisa de una vigilancia constante. Hoy en día no podemos dejar de lado a las instituciones disciplinarias clave, debemos reforzar las instituciones de la salud y aumentar en presencia las acciones gubernamentales, endurecer las medidas pero sobre todo no caer en contradicciones como las que me gustaría hacerles mención en estas lineas.

 

La ciudad de México, tan llena de contrastes, veíamos y vivíamos como el sector restaurantero sufría una de sus mayores crisis, no olvidemos que la principal actividad económica en nuestra ciudad es la de servicios, sin embargo mi enfoque va un poco más dirigido a los espacios dentro de un restaurante, los cueles en algunos de los casos permite uno ocupación limitada, siempre y cuando cumpla con las medidas puede garantizar una experiencia tranquila, segura y grata, sin embargo vemos en las calles puestos y puestos de comida callejera cuya reputación queda entre dicha por las precarias condiciones sanitarias en las que se encuentran muchos establecimientos de este tipo. Otro ejemplo lo podemos encontrar en los medios de transporte, el metro, los camiones y combis etc, transportes que hacen que la contención del virus sea mermada, sabemos que hay gente que no acata las medidas de sana distancia, sabemos que el virus llegó por vías aéreas pero hoy en día los vuelos superan en mayor cantidad a la medidas sanitarias que contrastan con los plásticos sucios de días o semanas que separan a las personas en el transporte publico de Mérida. A decir verdad se trata de cuestiones presupuestarias y de ingreso, dentro de dos realidad existentes, por un lado tenemos a las grandes empresas “desempeñando” un papel mayormente responsable (Aeroméxico y Alsea) y por otro tenemos el comercio local y el precario transporte público en cualquier parte del país. Todo esto es un claro ejemplo del abandono de la población a su suerte, sin embargo olvidamos que podemos exigir lo justo y que nuestros impuestos deben tener un buen uso. Las instituciones gubernamentales siempre suelen diferir un poco en su actuar ya sea a nivel estatal o local, para ello cada estado cuenta con su constitución que respeta y acata lo estipulado en la Carta Magna de los mexicanos; así debería ser en cuestiones de ejemplo y sabemos que nuestro gobernante no es el mejor de ellos, veamos las contradicciones entre el y su gato López de aquel, que ademas contrastan con las acciones de una pobre Claudia que tiene que chiflar y aplaudir con lo poco que tiene.   

 

Ahora, en lo personal recuerdo que hace 12 años con la AH1N1 se desplegó un amplio margen de militares distribuyendo a la población cubre bocas, garantizó al menos en ese momento que un amplio margen de personas fueran captadas por un poder normalizador y superando en menor tiempo dicha crisis sanitaria, tal vez los militares no sean la mejor opción, además de que no fue una catástrofe de semejantes magnitudes, sin embargo teniéndolos haciendo un aeropuerto o controlando las aduanas tampoco ayuda mucho, aunque eso es tema para otra columna . 

 

Mientras tanto cuéntame ¿cuáles son las contradicciones sanitarias qué haz encontrado a lo largo de esta pandemia?  Espero leerte en la caja de comentarios.

 

#InPerfecto