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El cruel final de Ana Frank.

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Debido al inminente peligro que representaba el partido Nazi, Ana Frank trato de evitar a esta ideología, sin embargo, lo inevitable sucedio, arrebatandole la infancia a una niña de 13 años. 

 

Marto GoAg / @MartoGoAg
martogoageek@inperfecto.com.mx

 

Debido a que Alemania ya tenía una gran presencia en Holanda, Otto Frank, el padre de Ana Frank, gracias a la sugerencia de uno de sus colaboradores, se encontraba preparando un escondite en la parte trasera de la empresa, en el número 263 de Prinsengracht, el cual pertenecía a un barrio típico de Amsterdam, por lo cual no levantaba ninguna sospecha. 

 

Este lugar fue llamado como la “Casa de Atrás”, siendo una construcción de tres plantas unida a la fachada posterior del edificio principal, en donde había habitaciones con baño y un WC, eran 50 metros cuadrados. Delante de las oficinas había un pasillo, en el cual, oculta tras una estantería de libros, una puerta se abría y daba a unas escaleras que llevaban a la casa trasera. 

 

Otto Frank pidió ayuda a su secretaria Miep Gies, y aunque ella si eran descubiertos la familia Frank iba a ser castigada por ayudarlos a ocultarlos, accedió, y junto con su marido Jan Gies, los colaboradores de Otto, Kugler y Kleiman, así como Bep Voskujl, ayudó a los habitantes de la casa trasera.

 

La familia Frank vio que corrían peligro cuando el 5 de julio de 1942 Margot Frank, recibió una llamada de la “unidad central para emigración judía en Ámsterdam”, los cuales ordenaron su deportación a un campo de concentración, y si no se presentaba, toda su familia sería detenía, y a raíz de eso, Otto decidió adelantar los planes y trasladarse a la casa de atrás con su familia, caminando varios kilómetros debido a que no podían usar transporte público, desde su casa al refugio con poco equipaje, ya que no se podía ver que tuvieran mucho equipaje.

 

La familia llevó una vida oculta, ya que escapar del país parecía bastante complicado, dejando su hogar desordenado para disimular una huida de su hogar, y con el tiempo, otras familias entraron a la Casa de Artas, como lo fue la familia Van Pels, y el dentista Fritz Pfeffer en 1942.

Familia Van Peels con Otto y Edith Frank 

La familia en un principio no perdía la esperanza de poder recobrar su libertad, sin embargo, pasaron más de dos años encerrados allí teniendo cuidado de no salir a la calle y no hacer mucho ruido debido a que podían darse cuenta desde afuera. 

 

Por esto mismo, el ambiente dentro de la casa se volvió bastante tenso, siendo que a Ana no le gustaba compartir su cuarto con Fritz Pfeffer, además de que discutía con su madre, debido a que chocaban sus maneras de ser, y aunque Otto trataba de mantener la calma, Ana tuvo una difícil adolescencia. 

 

Miep Gies era la encargada de traer suministros a la Casa de Atrás, pero también traía noticias de la Guerra, en donde escuchaban los actos que se llevaban a cabo. 

Mep Gies, ayudante de Otto

 

Durante su encierro, Ana leyó bastantes libros, los cuales los utilizo para mejorar y aumentar su criterio literario, lo cual le ayudaba en su sueño de convertirse en escritora, algo que ya practicaba en su diario,  sin embargo, mientras escuchaba las noticias, se aterraba de escuchar el dinero que ofrecían a las personas que delataran a judios escondidos. 

 

Dentro de su diario se vio los pensamientos de ella, en donde hablaba de su familia, Otto, Edith Frank, ella y su hermana mayor Margot, además de Frits Pfeffer, al cual lo nombró como “Albert Dussel” en su Diario y la familia van Pels, llamada como van Daan en el diario, quienes eran Hermann y Auguste van Pels, además de su hijo, Peter, y en su diario también escribió sobre sus sentimientos hacia Peter, los conflictos con sus padres, su pasión por la escritura, y por supuesto, el miedo de vivir escondida, y antes de ser descubierta, ella se había propuesto a reescribir su diario con la idea de publicarlo después de la guerra. 

 

Desafortunadamente, el 4 de agosto de 1944, la familia de Ana Frank y todos los habitantes de la casa fueron descubiertos, arrestarlos y deportarlos, y los dos ayudantes de la familia, también fueron arrestados, pero ellos recogieron los álbumes de fotos de la familia y las anotaciones de Ana, con la intención de devolverlos cuando todo terminara. 

 

Hasta el momento no se sabe cuál fue la causa de su descubrimiento, ya que se cree que pudo haber sido un informador de la Gestapo, o se cree que la policía los encontró de manera casual, sin embargo, fueron llevados a un campo en Westerbork, un campo de tránsito en donde habían estado más de 100.000 judios, y todos ellos fueron acusados de criminales por no haberse presentado a trabajos forzados y haberse escondido, fueron llevados a los “Barracones S”, donde se les dio un uniforme azul con parches rojos y unos zuecos de calzado, siendo separados hombres y mujeres en barracas distintas, pero pudiéndose ver en la tarde y noche, en donde pasaron un mes. 

Westerbork

 

El 2 de septiembre, este grupo fue deportado al campo de concentración de Auschwitz, siendo separados hombres y mujeres, los cuales nunca más se volvieron a ver, y de los 1019 recién llegados, 549 fueron seleccionados para morir en las cámaras de gas, donde fueron asesinados, Ana se salvó de esa selección, aunque creyó que su padre fue asesinado, aunque él sobrevivió igualmente a la selección. 

 

Auschwitz

 

Durante su estadía, la raparon y la desinfectaron, además de que le tatuaron un número en su brazo para identificarla, en donde realizó trabajos forzados por el dia y por las noches eran hacinadas en barracones frigoríficos, donde sin ningún cuidado ni higiene, las enfermedades se propagaban muy rápido, tanto es así que tanto Ana como su hermana y madre sufrieron por eso. 

 

En el 28 de octubre, se llevó a cabo otra selección para reubicar a las mujeres en Bergen-Belsen, donde más de 8000 mujeres fueron trasladadas, donde Ana, Margot y Auguste van Pels, fueron trasladadas, pero su madre, Edith se quedó atrás y fue en el otro campamento en donde se encontró con Hanneli Goslar y Nanette Blitz, amigas de Ana que sobrevivieron la guerra. 

Bergen-Belsen

 

Edith Frank, madre de Ana muere el 6 de enero de 1945 de inanición, en el campo de Auschwitz, algunas personas afirmaban que después de que sus hijas fueran deportadas a Bergen-Belsen, siempre las buscaba y guardaba comida para ellas.

 

En febrero de 1945, una epidemia de tifus se extendió por todo el campo, y se cree que terminó con la vida de 17000 prisioneros, en donde tanto Ana como Margot fueron infectadas, y Margot quien ya se encontraba débil y enferma, se cayó de su litera, y murió por consecuencia del golpe, y pocos días después, Ana también murió a mediados de febrero. 

 

El 15 de abril de 1945, tropas británicas liberaron este campo. 

 

De los miembros de la Casa de Atrás, sólo Otto Frank sobrevivió, Hermann Van Pels fue enviado a las cámaras de gas el 6 de septiembre de 1944, día de su llegada a Auschwitz, Fritz Pfeffer, murió el diciembre de 1944, debido a maltratos y enfermedades en el campo de concentración de Neuengamme, Alemania.

 

Auguste Van Pels, esposa de Hermann, aunque fue enviada a Bergen-Belsen junto con Ana y Margot, no estuvo cuando ellas murieron, por lo cual se cree que fue deportada al campo de Buchenwald, después al de Theresienstadt, y en 15 de mayo de 1945 murió en ese campo, aunque no hay información precise, testigos cuentan que enfermó de Tifoidea y murió en el tren que la llevaba a Theresienstadt, aunque otra testigo, Rachel van Amerongen declaró que vio como fue arrojada por  alemanes debajo del tren en movimiento, muriendo aplastada, aunque también se cree que pudo morir en las Marchas de la Muerte.

 

Por su parte su hijo Peter van Peels, estuvo con el padre de Ana, presenciando la muerte de su padre, y el 5 de enero de 1945 fue seleccionado para una marcha de evacuación hacia el campo de exterminio de Mauthausen, cerca de Linz, donde registros de la Cruz Roja Internacional, falleció el 5 de Mayo de 1945, tres días antes de la liberación de este campo por el ejército estadounidense, y por último, 

Otto Frank, quien sobrevivió, fue repatriado a los Países Bajos en junio de 1945, donde se encontró con Miep Gies, quien tenía el Diario de Ana, para entregárselo cuando volviera, y Otto empezó a buscar a sus hijas y su esposa, investigando en las listas de la Cruz Roja y hablando con sobrevivientes, y fue cuando se enteró de la muerte de su esposa y del dentista Fritz Pfeffer. 

 

Finalmente en julio de 1945, Otto recibió la carta de una muchacha neerlandesa quien estuvo en cuativerio con Ana y Margot, en donde le dice la chica a Otto que sus hijas habían fallecido. 

 

Otto después de esto, recoge el diario de su hija y cumpliría el sueño de su hija de ser escritora, publicandolo y abogando por el mensaje de la tolerancia en el mundo hasta el final de sus días. 

 

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