Carlos Rosas C.
Que bonitas han de ser esas fiestas de cumpleaños llenas de gente tan distinguida, perfumada y de muy buenas maneras que te agasajan con lisonjas, sonrisas y abrazos, en definitiva deben ser eventos no aptos para cualquier citadino que pretenda llegar a Condominios del Bosque en Tlalpan Ciudad de México, con el traje arrugado después de bajar del metrobus mientras se asegura de conservar su cartera y celular, y eso pensando que en el hipotético y onírico caso que te dejen pasar a pie porque en la invitación seguramente indica que la etiqueta es rigurosa y esto incluye llegar mínimamente en un vehículo del año con escolta incluida, y me refiero a la sencillita recepción que organizo el ex presidente Carlos Salinas de Gortari con motivo de sus 70 primaveras el pasado 7 de abril.
De verdad que el rencor de clase hace estragos por la envidia de la mala al no poder asistir a tan destacada reunión con los figurones que se presentaron la noche del sábado pasado a disfrutar de los mariscos que regaló el gobernador de Sinaloa Quirino Ordaz Coppel y la gran variedad de bebidas caras para ponerse una guarapeta de campeonato mientras la gente del servicio muy seria y de guantes te habla de usted y literalmente se pone a tus pies para servirte lo que se te plazca, al fin que la ocasión lo amerita.
Lo único malo es que tu fiesta coincida con el tiempo electoral porque corres el riesgo que nadie atienda tu invitación a menos que tengas el peso especifico suficiente como para que en este caso nadie quiera perder la oportunidad de estar a tu lado celebrándote y de paso presumir a los envidiosos la estrecha amistad que los une y la bola de contactos del mas alto nivel para que no se anden por las ramas todos esos criticones de segunda que ni por asomo fueron invitados.
Por la alfombra roja desfilaron Enrique Peña Nieto, Alfredo del Mazo, Alfonso Navarrete Prida, José Narro Robles, Rosario Robles, Carlos Romero Deschamps, Vanesa Rubio, Emilio Gamboa, Mikel Arriola, los ministros de la Suprema Corte de Justicia Luis Maria Aguilar, Jorge Mario Pardo y Eduardo Medina, y hasta el señor Diego Fernández de Ceballos entre otros mas que sería insuficiente el espacio para mencionarlos, pero al margen de la presencia de toda esta larga lista de tan apreciados personajes incluido el festejado la lectura estratégica que este festejo representa es el mensaje de político de cerrar filas en torno a la figura del ex presidente que a su vez da una muestra de apoyo al Presidente en turno y da muestra también de la vigencia mediática que posee y que desato sospechas, comentarios y en el caso del líder nacional del PRD Manuel Granados la negación categórica de su asistencia con la frase dominguera que el solamente asiste a la fiesta democrática en apoyo a Ricardo Anaya, es decir no dijo ni que si no que no sino todo lo contrario, tal vez en esa fiesta democrática de la que habla también hay conjunto de guitarras flamencas y música lounge para amenizar los eventos de campaña.
En época electoral resulta inquietante ver estas manifestaciones de poder e imaginarse la cantidad de cosas que se pactan para lograr los objetivos de esta clase política que sin importar incluso la filiación de partido se presentan porque les da la gana hacerlo como tuvo a bien decir Diego Fernández porque efectivamente el derecho de reunión en México es un derecho, sin embargo cuando se reúnen los afectados no hay música lounge, hay granaderos, pero cuando se reúnen los que afectan hasta la exclusiva otorgan como al diario Reforma que dio cuenta de dicha reunión y de la que espero un número especial de socialité como la revista Hola.
