#Arquitectura
Este tipo de construcción tradicional se ha convertido en todo un símbolo del espíritu pionero norteamericano y han pasado a formar parte de su historia.
Carlos Rosas C / @CarlosRosas_C
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John May ha realizado un trabajo extraordinario en su publicación “CASAS HECHAS A MANO Y OTROS EDIFICIOS TRADICIONALES”, en esta ocasión, continuamos con los “Edificios de Norteamérica” de ésta serie dedicada a “NUESTRO HOGAR, UN RECORRIDO POR EL MUNDO”, que no deja de sorprendernos. sigan con nosotros.
I-HOUSE, CRACKER HOUSE Y SALTBOX.
Estas tres versiones de casa tradicional conforman un tipo de vivienda que ha evolucionado con el paso del tiempo y se ha ido adaptando y modificando sin cesar para adecuarse a las distintas regiones. La I-House proviene de la Inglaterra del siglo XVII; fue adaptada en los estado centrales de la costa atlántica y del sur de los Estados Unidos, y se extendió a todo el país hacia mediados del siglo XIX. Fue catalogada por el geógrafo cultural Fred Kniffen en 1936 y recibió el nombre de I-House porque era muy habitual en los estados de Indiana, Illinois y Iowa, aunque Kniffen no cesó de puntualizar que no era originaria de estos estados ni se limitaba a ellos.
Todas las I-Houses tienen la anchura de dos estancias, la profundidad de una estancia, dos pisos de altura, cubierta a dos aguas y fachada simétrica. Los elementos añadidos variaban de una región a otra y podían ser de troncos, ladrillos o piedra. Es habitual que a la forma tradicional se añadiera un ala lateral o un balcón.
Las Cracker Houses, en su forma más simple, eran refugios de madera construidos por los primeros colonos de Florida y Georgia con la abundante madera de cedro y ciprés de la región. Se separaban del suelo mediante pilares de piedra o ladrillos unidos con cáscara de ostra y cal.
Para hacer frente al calor y la humedad, se orientaban de modo que estuvieran a la sombra y tenían soportales amplios y cubiertos, un espacio de ventilación por debajo y ventanas para crear corriente.
Las casas Saltbox (salero), por su parte, reciben este nombre por la forma de la cubierta a dos aguas parecida a los saleros utilizados en los tiempos coloniales. Destaca por tener un piso en la parte posterior y dos en la frontal.
Se concibió en un principio como un sencillo método para ampliar las casas, que entonces podían tener una única estancia de profundidad y albergar a una docena de personas o más. Con el tiempo pasó a ser un tipo de construcción bastante popular, sobre todo en Nueva Inglaterra, donde fue habitual hasta 1830; en otros lugares del país siguió siendo frecuente hasta finales del siglo XIX.
CABAÑA DE TRONCOS.
Estas cabañas son la quintaescencia de la vivienda rudimentaria fronteriza de Estados Unidos y datan del año de 1638. Fueron construidas en primer lugar por los colonos finlandeses y suecos en lugares como Wilmington o Delaware, y más tarde llegaron pobladores alemanes y ucranianos que, como es lógico, llevaban consigo las propias tradiciones de construcción con troncos.
También hacían cabañas los escoceses e irlandeses, que no tenían tradición pero si una muy buena mano con la mampostería. Las cabañas de troncos no fueron, sin embargo demasiado populares entre los ingleses. Los esclavos afroamericanos se alojaban en estas cabañas, como algunas tribus nativas cuando fueron forzadas a llevar una vida sedentaria. Los colonos hispanos de Nuevo México las construían a modo de granja y a menudo las recubrían de adobe.
El tamaño y demás características de las cabañas venían determinadas por la longitud, la variedad y la cantidad de madera disponible. Las formas más simples y antiguas se construyeron colocando un tronco sobre otro, unidos en las esquinas mediante sencillas muescas.
Para aislar en interior, los troncos que sobresalían de la pared debían recubrirse y rejuntarse de modo que no entrara el aire. El método más habitual consistía en hacerlo con musgo de esfagno, que luego se cubría con cal. En algunos sitios se tapaban la grietas con sobrantes de madera. A medida que fueron mejorando los métodos constructivos dejó de ser necesario el rejunte, ya que la parte inferior de los troncos se rebajaba de forma que encajara con el tronco redondeado de debajo.
Distintos factores han mantenido viva la tradición de construir cabañas de troncos durante mucho tiempo después de que lo hicieran los colonos europeos. Por ejemplo, las casas de los guardas de los parques nacionales del país son de troncos, y durante la Gran Depresión se construyeron miles de cabañas en bosques y parques. Este tipo de construcción tradicional se ha convertido en todo un símbolo del espíritu pionero norteamericano y han pasado a formar parte de su historia, folklore, mitología, artes y canciones.
FUENTE
CASAS HECHAS A MANO Y OTROS EDIFICIOS TRADICIONALES.
ARQUITECTURA POPULAR
PAGINAS 130, 131, 132, 133.
AUTOR: JOHN MAY
EDITORIAL: BLUME
PRIMERA EDICIÓN 2011
ISBN: 978-84-9801-523-2