1968, EN LA MEMORIA DE MÉXICO
Atenea Sánchez.
atenea@inperfecto.com.mx
¡Hola querido lector!
¿Recuerdas que anteriormente abordamos el tema de las instituciones gubernamentales? ¿Principalmente el rol del capital público en la actividad turística de los años 80s? Pues, el día de hoy, analizaremos la otra cara de la moneda, me gustaría platicarte sobre la relevancia de la participación del sector privado en el impulso al turismo, ya entendimos que la primera fase, correspondiente a la construcción de los destinos turísticos le correspondían al Estado mexicano, entre sus alcances se encontraba, como se ha mencionado anteriormente, la localización, la adquisición de las tierras, la creación de las infraestructuras de acceso y urbanas. Bien, lo que sigue, es la construcción de hoteles, en especial los de cierto nivel, restaurantes y los servicios especializados, recaen sobre la iniciativa privada, en
particular en lo que fue la década de los años 1980.
Antes de eso, el Estado también participaba en la construcción de hoteles y otras obras relacionadas al turista. Posteriormente, se dejó en manos del capital nacional y de las grandes empresas trasnacionales, las cuales se caracterizaban por las alianzas estratégicas que se concretaban entre cadenas hoteleras, líneas aéreas y las agencias de viajes, a las que se sumaban las líneas de cruceros y los sistemas internacionales de reservaciones; a este sector privado, se le adjudicó directamente la responsabilidad de la inversión, la promoción, la operación y el funcionamiento de la actividad turística del país.
Sin embargo, lo anterior, provocó que una atmósfera de competencia entre los diversos grupos empresariales, lo que generó una lucha por los mercados y ejercía presión sobre los gobiernos locales para obtener mejores condiciones de solvencia para sus inversiones; influyó en la creación de legislaciones que favorecieran tanto en la temática de impuestos como las medidas de control ambiental.
Y aun cuándo México siempre ha sido un destino muy apreciado, no sólo por los atractivos de sol y playa sino por una enorme riqueza cultural; la inmensa mayoría de los hoteles de capital local y nacional, carecen de una capacidad financiera lo suficientemente fuerte como para competir con las grandes cadenas hoteleras cuyo poder comercial se centra en su marca, esto porque les permite apropiarse del sitio donde se establecen, pues son fácilmente identificables, ejercen un alto poder en la decisión de los posibles huéspedes, en especial cuando se trata de visitantes
extranjeros y de alto poder adquisitivo.
¿Qué veremos la próxima relatoría? La participación de las agencias de viajes, conocidas en aquellos años como los “tour operadores”, te platicaré su gran influencia en esta actividad económica, desde la década de los 80s y verás, como en esta relatoría que cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia …
¡Hasta el próximo jueves!
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