#Editorial
Enero 19, 2018
Carlos Rosas
carlos.rc@inperfecto.com.mx
Algunos padecimientos crónico degenerativos tienen la bonita facultad de perturbar la forma de percibir la realidad debido a su patología. Tenemos la demencia, la ceguera, o la incapacidad cognitiva, etc… Todas muy lamentables para quien las padece, pero pasamos de la desventura lacrimosa a lo peligroso cuando entre convulsos delirantes convierten la cámara de diputados y senadores en un gran nosocomio de lujo con pacientes terminales también de lujo ¿a quién le pagan lo que ganan estos nobles exponentes de las buenas formas y costumbres por estar enfermo? Dicen las malas y difamantes lenguas que llevamos algo así como diez años de lucha o guerra contra el crimen organizado y resultaba imperioso organizarse contra el crimen cosa que a la clase poltica le sale de perlas sobre todo cuando se trata de legislar mas problemas que soluciones haciendo gala de sensibilidad y capacidad, cuando de argumentar se trata, se nota que es gente muy docta en temas de seguridad.
La seguridad pública es una función a cargo de la federación, el otro CDMX, estados y municipios así como su coordinación para establecer un sistema de seguridad pública, parafraceando al articulo 21 constitucional y también podemos mencionar el articulo 115 fracción III inciso h que en términos generales habla de lo mismo, así pues, lo de menos es saber si el artículo 29 constitucional considera la suspensión de las garantías individuales en caso de invasión o perturbación grave de la paz pública, o si el artículo 89 habla de la preservación de la seguridad nacional porque cuando el fracaso de los sistemas de seguridad pública a cargo de los gobiernos locales quedan de manifiesto y se convoca a los expertos en humanidades con maestría en negociación e implementación de protocolos de pacificación, lo único que logran es rendir un pseudo homenaje a los maestros en derechos humanos Franco, Pinochet, Estalin, y Mussolini.
Y los flamantes legisladores se llenan la boca parloteando que lo que se está acotando es la actuación de las fuerzas armadas y la correcta observación de los derechos humanos en los lugares donde se requiera la presencia militar para hacerle frente a la delincuencia super organizada, aun cuando no se tienen las pruebas contundentes que la liga de los discípulos de Gandhi haya abatido los índices de inseguridad, aun cuando el artículo 129 cuenta la leyenda que habla de que en tiempos de paz ninguna autoridad militar puede ejercer mas funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar, o es necesario establecer si la guerra que Calderón declaró sigue vigente.
Sin embargo es necesario preguntarse ¿Cuándo nos hemos encontrado bajo una paz perenne?, no me digan que la pobreza y la desigualdad forman parte de la cotidianeidad en tiempos de paz porque solamente así podría justificar la ligereza con la que se trata el tema de seguridad porque como siempre lo que no son capaces de acotar con claridad son los conceptos. Dicen que hay que acabar con la pobreza pero a menos que sea bajo la premisa de dejarlos morir de hambre para que se acaben, no termino de entender de que manera estan acabando con este menester.
Efectivamente nos encontramos bajo el fuego cruzado de la incapacidad de unos y la malignidad de otros, en estado de shock o con el síndrome del perro patedo porque estamos a un tris de perder la dimensión de la diferencia entre el abuso de autoridad o el abuso de la delincuencia que para el caso es lo mismo cuando la verdadera emergencia es la pérdida de la tranquilidad y la seguridad de un eficaz respeto a los derechos y garantías que otorga la constitución que entre vacios legales y vervoragia politiquera nos dejan en un auténtico estado pero de orfandad.
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