Editorial

Miss Universo y la pluralidad de los feminismos

#InPerfecciones
Tal vez no podemos definir un feminismo universal, pero podemos entender diferentes perspectivas para desarrollar una mirada propia.

 

 

Karla Soledad / @kasoledad
k28soledad@gmail.com

¿Cuál es la opción más feminista? ¿Usar una plataforma machista como Miss Universo para empoderar a la mujer y lanzar mensajes políticos al mundo? ¿O cancelarla con el objetivo de acabar de raíz con una de las más crueles creaciones del patriarcado? Este es el gran debate en redes sociales y grupos feministas desde el evento del pasado 16 de mayo, cuya conclusión parece ser que no hay conclusiones definitivas, simplemente un encuentro de opiniones y una polarización tremendamente polémica.

 

Por el lado de la celebración… Mi Instagram se llenó de personas que festejaban la coronación de Andrea Meza, defendiendo el orgullo de que una mujer mexicana y norteña pusiera en alto al país. Vi varias imágenes que compartían talentos mexicanos que están brillando en sus entornos, como el piloto Checo Pérez, el bailarín Isaac Hernández, y ahora la modelo Andrea Meza.

 

Por el lado de la crítica… Muchas mujeres de mis redes pedían mayor reflexión y señalaban el sistema machista que dio origen al certámen y la perversidad detrás de la competencia entre mujeres, así como la misoginia que se justifica con la calificación de las mujeres a partir de su físico.

 

Desde una perspectiva liberal, las mujeres somos libres de elegir la manera en que dirigimos nuestras vidas, y el papel del feminismo es asegurar esa libertad, procurando que cada mujer tenga la autonomía de tomar la decisión que le traiga felicidad y plenitud. Es decir, cada mujer es libre de elegir si se dedica al modelaje o a la ingeniería; a cuidar a sus hijos o a competir en Miss Universo. Todas tenemos la misma valía y nadie debe juzgarnos por las decisiones que tomamos.

 

El feminismo liberal lucha por el empoderamiento de las mujeres bajo el entendido de que, histórica y sistemáticamente, hemos sido sometidas, invisibilizadas y violentadas por un sistema patriarcal que nos mantiene siempre a la sombra de nuestros compañeros varones. El empoderamiento se trata de reconocer nuestro derecho y potencial para ser exitosas, abrirnos camino en el mundo y apropiarnos de aquellos espacios que se nos han negado.

 

Libertad, autonomía, poder, agencia y éxito. ¿Qué podría estar mal en una narrativa tan prometedora? La perspectiva radical del feminismo es un gran contrapeso que cuestiona y desmantela las promesas y luchas del feminismo liberal. Esta perspectiva expone que la libertad nos ciega, la autonomía nos enajena, el poder nos corrompe, la agencia nos vuelve egoístas y el éxito nos sofoca.

 

El feminismo radical asegura que luchar por la libre elección es realmente un activismo superficial que se queda únicamente en la realización y la plenitud individual cuando el esfuerzo debería ser desde la colectividad para atacar y tirar los problemas de fondo. Es decir, el análisis debería ir mucho más allá de validar que las mujeres decidamos participar en certámenes de belleza y más bien, analizar el patriarcado, el machismo, la misoginia, los mandatos de género y los sistemas de poder que permiten que dichos certámenes sigan existiendo. ¿Debemos asegurar la libertad de las mujeres para que elijan su opresión de manera voluntaria? ¿No será que el sistema en el que vivimos nos crea falsas ilusiones de elección para seguir imponiendo su yugo?

 

La perspectiva radical critica y cuestiona el concepto del empoderamiento sosteniendo la postura de que las mujeres no buscamos ser parte del mismo sistema opresor, pues al participar de este nos hacemos cómplices de su actuar. El empoderamiento es un concepto seductor que debajo esconde una naturaleza egoísta e individualista que nos impide analizar el mundo desde una lente interseccional. Que un sistema establecido nos beneficie no significa que esté bien, hay  que soltar el privilegio y rechazar la comodidad.

 

Además, el empoderamiento es un eufemismo que nos ha inculcado el capitalismo para seguir vendiéndonos los mismos discursos machistas y misóginos. Por ejemplo: la belleza. Y es que la belleza no tiene el mismo significado ni el mismo peso para todes, pues ejerce una particular presión sobre las mujeres, pues nos han enseñado a buscar, competir y sufrir por la aprobación masculina. Aprendimos a ser deseadas y queridas y para lograrlo, debemos ser bellas a toda costa. ¿Es realmente un certámen de belleza una vía para empoderarnos y ser exitosas? ¿O más bien es otra manera de perpetuar mandatos de género que tanto hemos luchado por quitarnos de encima?

 

Las perspectivas liberal y radical son solo dos de las tantas corrientes feministas que existen actualmente. Tal vez no podemos definir un feminismo universal, pero podemos entender diferentes perspectivas para desarrollar una mirada propia. Si algo nos regala esta polémica, es la oportunidad de analizar la complejidad de la pluralidad.

 

#Inperfecta