Editorial

NOSTALGIA.

#InPerfecciones
El evento del 84 aniversario de la CTM resultó más revelador que todo el análisis que se ha hecho de la postura del Presidente.

 

 

Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx

 

Que años aquellos cuando la “trinidad” en el poder –CTM, PRI y Presidente- se reunían por motivo de aniversarios, día del trabajo, etc. para mostrar el músculo político como parte de un mensaje que parecía más una reunión de mafiosos que un evento donde se enalteciera o celebrara a la figura del obrero en México.

 

La solemnidad con la que líderes sindicales, políticos y otras autoridades formaron parte de interminables desfiles y discursos atascados de verborrea que habló de bienestar, apoyo, progreso y demás lisonjas para la clase trabajadora que nunca dejó de ser explotada y mal pagada pero que tenía que asistir a esos mítines donde los “gangsters” sindicales se abrazaban y agradecían los negocios hechos al cobijo de la corrupción, fueron la imagen de muchos años de un abuso físico e ideológico hacia los trabajadores en México.

 

La fuerza de la CTM no solo disminuyó con la desaparición del eterno líder sindical Fidel Velazquez, y aunque la sucesión de líderes anquilosados estaba dada, la perdida de fuerza política del PRI fue mermando la presencia de la CTM, que pasó de ser parte de primeras planas haciendo reverencia al presidente a convertirse en una simple y llana organización mafiosa que ha tenido a pan y agua a los obreros mientras sus líderes se llenan los bolsillos sin rendir cuenta ni de sus actos ni de sus finanzas.

 

El evento del 84 aniversario de la CTM resultó más revelador que todo el análisis que se ha hecho de esa postura del Presidente hacia organizaciones que han trabajado de la mano con esos gobiernos priistas de antaño a los que López Obrador ha hecho referencia negativa para la vida nacional.

 

Pudimos ver a un Presidente que acudió a un evento donde esgrime un discurso tan parecido a esos discursos de los mejores años del priismo en México donde la demagogia y los ofrecimientos para la clase obrera desbordaron en aplausos de toda la grey del priismo que ofrece su respaldo al Presidente como una calca de esos eventos que parecían superados pero que dieron cuenta de la vigencia de la problemática laboral en México que se disfraza con eventos y discursos de antaño.

 

Lo dicho con anterioridad, ningún político puede negar la cruz de la parroquia, el priismo de baja intensidad sigue presente, la nostalgia del presidente revela lo que contradictoriamente niega en las mañaneras, el “neopriismo” tiene pinta de MORENA.

#InPerfecto