#InPerfecciones
Reservar la información del partido en el poder hasta el 2024 por parte del CNI solo es una manera diferente de manejar discrecionalmente y a conveniencia la información.
Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx
¿Se pueden imaginar la cantidad de archivos que tuvo en su poder y utilizó el extinto CISEN? A partir del mes de julio del año pasado se anunció la desaparición del Centro de Investigación y Seguridad Nacional para ser sustituido por el Centro Nacional de Inteligencia, así pues, conforme los días y los meses pasan las torres de naipes que se han ido construyendo a lo largo de seis meses –casi- de gobierno de Andrés Manuel López Obrador parecen tener ciertos inconvenientes de índole estructural, y aunque la metáfora parece un tanto risible, la ventaja es que el registro de los eventos y declaraciones juegan un papel “travieso” cuando de hacer memoria se trata.
En enero pasado durante la tradicional mañanera, López Obrador anunció con mucho carácter que su administración abriría los archivos secretos del CISEN (Centro de Investigación y Seguridad Nacional), de modo que toda la información en manos de aquel centro se encontrasen a la vista de todos y como parte de una política donde el uso discrecional de la información no se use para perseguir ni espiar a ningún mexicano. Dicho ofrecimiento se concretó en febrero pasado cuando se firmó el decreto mediante el cual se permite consultar los archivos de aquella agencia estilo “Gestapo”, así que por fin la verdad hasta ese momento se encontraba al alcance de la mano.
Sin embargo en marzo el Presidente acotó que la única responsabilidad del estado era garantizar el acceso a la información para que cada afectado con “los pelos de la burra en la mano” presentase las respectivas denuncias, ya que la observación que hizo el presidente fue que algunas partes de los expedientes tenían la posibilidad de contener información falsa, lo que de manera suspicaz dejaba la pregunta en el aire ¿entonces como que sentido tenía abrir los dichosos archivos si la posibilidad de desestimar la pruebas en un juicio se encuentra latente?.
Pero la mejor declaración del Presidente fue también en marzo cuando señaló que habría total transparencia en la apertura de archivos del CISEN por aquello de la dichosa memoria histórica, y como parte de la cuarta transformación tan anunciada.
La situación es que al mas puro estilo de “1, 2, 3 por mi y todos mis amigos”, la ahora Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha determinado reservar toda la información concerniente a la actuación del partido político MORENA, argumentando que la difusión de esa información pondría en riesgo la seguridad nacional y para salvaguardar la gobernabilidad, entonces hasta el 2024 habría posibilidad de investigar a quienes no tienen nada que ocultar porque “las cosas ya cambiaron”, porque la mafia del poder ya nunca más habrá de mover los hilos de la impunidad en México.
El punto es que por ésta clase de manifestaciones donde el discurso difiere de la toma de medidas que las instituciones implementan, irremediablemente tambalean esas torres de naipes con las que ha pretendido construir una democracia donde la supuesta transparencia paso de ser solamente un secreto de estado a voces a ser un tema de seguridad nacional que únicamente considera al partido en el poder, que parece una práctica muy a la usanza añeja donde el manejo discrecional de la información deja expuestos supuestamente a todos menos a los amigos, pero, no es sorpresa que pase esto, incluso tampoco es sorpresa que se diga una cosa y se haga otra. Al final del día la reservación de la información ha quedado de manifiesto con la frase acuñada por el presidente “yo tengo otros datos”, porque suponiendo sin conceder que si de los archivos del otrora CISEN se desprende una lluvia de denuncias en contra de los integrantes de MORENA, pues como sería posible llevar a cabo la cuarta transformación si la misma ralea que formó parte de la mafia del poder ahora se encontrara pagando las cuentas que deben.