EN LA MEMORIA DE MÉXICO
Miguel Angel Millán Cancino
miangel.millan@inperfecto.com.mx
Sería un grave error iniciar una relatoría en una investigación como la que estamos llevando a cabo en este momento, traduciendo que el movimiento de 1968 sólo se concentra en el presidente en turno, el tan afamado Gustavo Díaz Ordaz; toda historia tiene un principio aunque en el contexto de la misma, veo con gran dificultad que tenga un fin.
Todos los fenómenos de 1968, se debieron a consecuencias de una política establecida desde la post-revolución, y creo pertinente que ubiquemos que es dicho evento.
México posrevolucionario. El posrevolucionario comprende el periodo entre 1917 y 1940, cuando habían acabado los enfrentamientos armados de la revolución mexicana. Estos sucesos tenían diversas intenciones, la principal, era iniciar y/o crear una revuelta que lograra cambiar lo que ya había sucedido en la revolución.
El sistema político mexicano, construido bajo las bases revolucionaras, establece su estructura fundamental en un autoritarismo partidista. Durante la década de los veinte, las luchas internas en la clase políticas tenían lugar por doquier, haciendo casi imposible la estabilidad y la gobernabilidad. El ejercicio del poder era disputado por la fuerza, en el mapa político se encontraba el ejército situado sobre la loma más alta y bajo el sol más reluciente, las fuerzas armadas, a diferencia del día de hoy, tenían un enorme respeto. Por ello, en 1929, debido al asesinato de Álvaro Obregón un año atrás, se creó el PNR, que en sus siglas significa Partido Nacional Revolucionario, que años después se convirtió en el PRI (Partido Revolucionario Institucional); el PNR nació como una institución que dependía del Estado y desde su natalidad, se constituyó como el elemento central de la construcción de un sistema estable, menos conflictivo y por ende, más ordenado. Al final de cuentas, estamos hablando de que se trataba del inicio de un sistema autoritario, cuya base era una institución, un partido político. En definitiva, el PNR extendía la política hacia la sociedad aunque en términos formales, de tal suerte que en su núcleo se encontraba la representación de los obreros, los campesinos y los distintos grupos urbanos.
El sector más numeroso de esa época, sin duda era el campesino, dadas las características del desarrollo en México y de las consecuencias de la revolución y hasta de índices educativos, este sector es el que le da la fuerza a la institución. Por ello, se crea la Confederación Nacional Campesina (CNC). Pero, los obreros no se quedaron atrás, iniciaron a hacer presencia en el escenario político nacional como grupo social emergente, pues la industrialización del país, pese a su carácter incipiente, había comenzado. De este modo se organizó la Confederación de Trabajadores de México (CTM), que con el tiempo se convertirá en la poderosa central obrera y uno de los ejes de estabilidad del sistema en especial en toda la relevancia que tenga que ver con el partido tricolor.
L a institución tenía que agrupar de buena manera, la creación de dependencias, por supuesto, creó orden bajo el supuesto de la defensa de sus derechos humanos, por eso, el sector popular agrupaba a todos aquellos que no eran obreros o campesinos y por eso se constituyó la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP). En un sector mucho más heterogéneo de los sectores del partido en cuanto a diversa composición grupal.
Los grupos empresariales , no adscritos al partido estatal, conformaron sus propias organizaciones aprendiendo bien el camino dado por la institución a pesar de no estar formalmente incorporadas a él, sin excepción, siempre fueron protegidas por las políticas públicas estatales mediante mecanismos de exención de impuestos, el proteccionismo sobre la competencia con los productos provenientes del exterior y los subsidios generosos eran elementos fundamentales que el Estado ofrecía para impulsar el crecimiento económico, y así el fomento discrecional de fortunas cuantiosas.
La semana que entra nos enfocaremos más al proceso de selección partidista y electoral de aquella época para poder seguir caminando en el posrevolucionario y salir justamente a los hechos que nos han reunido en esta relatoría, cualquier parecido del pasado descrito en esta investigación con el presente vivido por todos, es meran coincidencia.
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