Cultura

Günther Petrak, “De limericks, gruks, snarks y haikús.”

#Cultura
“… conviene recordar que todo texto funciona como sistema”

 

 

Luis Ricardo Sandoval / @LuisRSandoval5
luizandcar18@gmail.com  

 

Günther Petrak, a pesar de tener nombre extranjero, es un escritor mexicano nacido en Puebla en el año de 1968. Ha sido cuentista, ensayista, novelista donde una de sus características es la comicidad y sobretodo, los desafíos intelectuales en sus escritos. Juega lingüísticamente con las palabras y lo hace de manera tan natural que terminamos envueltos. Por ejemplo, en su libro llamado Eros desarmado, hay una escena donde Günther nos detalla lo que ocurre en una plancha para autopsias.

 

Leyó mi diario y, mientras lo hacía, debió haberse sorbido la nariz como acostumbra, quizá se rascó las piernas o se sobó la marca del brassiere sobre la piel. Con la boca fruncida, la frente arrugada y los dientes limándose unos otros escupió mil cosas (p.p. 89-90).  

 

Justamente, uno de los libros donde estudia a la lengua y su carácter lúdico, llamado De Limerick, gruks, snarks y haikus, nos dice la manera en que muchos escritores/as tienen cierta facilidad con la función estética del lenguaje. Para esto, me gustaría hacer tres citas de dicho libro

 

1. Así, en la búsqueda de un método racional, podemos comenzar por definir nuestro objeto de estudio: llamamos juego lingüístico en literatura a la creación literaria cuya única razón de ser es el placer.

 

2. No hemos, sin embargo, definido la literatura y, antes de proceder a poner al derecho los aspectos señalados, conviene aventurarnos a través de ese espejo para redondear nuestro objeto de estudio, pues no todo juego lingüístico es literario, aunque sí, todo juego literario es lingüístico.

 

3. …conviene recordar que todo texto funciona como sistema, tal que la alteración de alguno de sus elementos afecta al conjunto. Puede suceder, entonces, que las transformaciones morfológicas, sintácticas, incluso las fonológicas, cuando obligan a sustituir términos para obtener una aliteración o rima, afecten la significación del texto

 

Hay muchas variables con las cuales se puede definir la literatura. Se puede hacer desde el sentido más estricto, el de la definición del diccionario tradicional la cual dice que es el “arte de la expresión escrita o hablada” o la segunda definición, que proviene de la Real Academia de la Lengua Española, que explica que es “el arte de la expresión verbal”, algo similar a la definición anterior. 

 

Sin embargo, cuesta mucho trabajo darle una sola definición, porque esta varía de acuerdo a las personas, sobre todo a los que están en el canon. Günter Petrak expresa que: “No hemos, sin embargo, definido la literatura y, antes de proceder a poner al derecho los aspectos señalados, conviene aventurarnos a través de ese espejo para redondear nuestro objeto de estudio, pues no todo juego lingüístico es literario, aunque sí, todo juego literario es lingüístico.”

 

Es decir, que al no haber una sola definición para la literatura, nos llevaría mucho tiempo justamente definirla. Esto es porque cada crítico, cada catedrático va a tener su propia visión de lo que realmente significa lo literario. En cambio, lo lingüístico se podría llegar a una especie de acuerdo. 

 

Al haber un solo lenguaje y diferentes lenguas, los miembros de determinados países con una lengua afín  saben lo que se está tratando de exponer o decir. También hay que agregarle al capital cultural que tiene cada uno de ellos dentro de sus países y aunque viajen a otros lados, la base de su propio idioma se mantiene. Eso es lo que considero en la última parte de esa cita: “… pues no todo juego lingüístico es literario, aunque sí, todo juego literario es lingüístico.”

 

Aunque Petrak se está enfocando más en los juegos que se hacen para dar su versión de lo que es la literatura, aprender de ello puede ayudar a que cada uno de nosotros, bajo ese mismo contexto de los juegos, podamos dar nuestra propia definición de lo que es literatura. Ya si se opone a la definición de otra persona, se pueden abrir debates para que así lleguen a una especie de acuerdo ambas partes. 

 

En mi caso, aún estoy buscando mi propia definición de lo que es la literatura y qué es lo contemporáneo, pero no hace que me cierre a una sola definición y que de ahí no me saquen, sino que estoy aprendiendo de los diferentes puntos de vista para que yo llegue a una definición (o múltiples si se da el caso). Es decir, estoy “jugando” con las interpretaciones de mis contemporáneos y escritores, ensayistas antiguos, quienes me ayudaron (y lo siguen, actualmente) a encontrar mi propia tesis al respecto.

 

No es un simple juego infantil, es ensayo, prueba y error, discutir, debatir, llegar un acuerdo incluso con todas las lecturas. Es una especie de baile infinito entre la definición de literatura y mi propia definición. 

 

Ambos jugamos, él a veces gana, yo a veces gano, pero ambas partes van de la mano a un lugar común: y es hacer a las generaciones futuras sigan jugando con la lingüística, con sus respectivos idiomas (pero al mismo tiempo hacer que se entienda para sus contemporáneos). 

 

Porque la literatura debe permanecer pura, sin alteraciones. Se puede transformar todo lo demás: su estructura, la sintaxis, mezclar palabras para llegar a un lugar común, pero la pureza de la literatura radica en que es para todos, tiene que ser entendible para que sea amada, para que nutra a todos los que estén rodeadas de ella. 

 

Cualquier alteración de ese “juego literario” puede ser catastrófico para las generaciones futuras quienes estarán perdidos porque creen que esa será la única definición de literatura y no podrán jugar, ni mucho menos investigar para que lleguen a su propia conclusión.  Para terminar, una última cita, que dice así: Es posible que todos los escritores hayan sentido alguna vez la inefable necesidad de jugar con la lengua… Suponemos que no habrá lector que se niegue a sucumbir al embrujo del placer inútil de acercarse a ellos.

 

¡Hasta la próxima!

#InPerfecto