#InPerfecciones
Los patrones autodestructivos son esas prácticas que buscamos porque de manera inconsciente, queremos reforzar una creencia negativa que tenemos sobre nosotrxs mismxs.
Karla Soledad / @kasoledad
k28soledad@gmail.com
¿Tienes algún patrón autodestructivo a la hora de crear vínculos sexo-afectivos? Yo sí, y es una de las cosas que he intentado descifrar y trabajar en terapia. Eliminar patrones es complejo desde el principio, pues los tres primeros pasos suelen ser tardados: primero hay que identificar esos patrones, después hay que reconocerlos y luego atrevernos a nombrarlos por lo que son.
Se trata de un proceso importante porque los patrones son tendencias en las que caemos una y otra vez. Si no hacemos un trabajo interno de entenderlos y modificarlos, caeremos en la trampa autoinducida de creer que el fracaso de nuestros vínculos es inevitable, provocando así nuestra propia victimización y perdiendo todo tipo de control y agencia sobre nuestras decisiones.
Los patrones autodestructivos son aquellas prácticas que buscamos porque de manera inconsciente, queremos reafirmar o reforzar una creencia negativa que tenemos sobre nosotrxs mismxs. No es que nos lastimemos a propósito, sino que nos ponemos en situaciones donde muy probablemente salgamos heridxs y así podamos echar culpas, ya sea a nosotrxs porque por algún motivo sentimos la necesidad de castigarnos constantemente, o a la otra persona para así, confirmar que no podemos confiar en nadie.
Duré un año tomando terapia con enfoque cognitivo-conductual. Este enfoque me ayudó a entender mis procesos de pensamiento, mirarlos sin juicios, y poco a poco generar herramientas para transformarlos.
Por muchos meses usé mi proceso terapéutico para enfrentar el duelo de una ruptura muy dolorosa. Recuerdo que un día, y después de mucho tiempo y progreso, mi psicóloga me dijo “Karla, ¿te das cuenta que buscas constantemente relacionarte con personas que no están emocionalmente disponibles para tí?” Silencio en la sala de Zoom.
“¿Cómo?”, pregunté. “Si, si hacemos un repaso por las últimas personas con las que te has vinculado te darás cuenta que con la mayoría había una alta probabilidad de que la relación terminara, porque todos ellos estaban en una situación de inestabilidad o indisposición para estar contigo.”, me explicó.
“¿Pero cómo?”, insistí. “Repasemos. Este chico no solo tenía una mala reputación, sino que era una persona que era infiel en cada una de sus relaciones, por lo que probablemente te iba a ser infiel también a ti. Pero buscabas cambiarlo y querías que contigo fuera diferente. Este otro chico vive muy lejos de ti, por lo que sería complicado para ambos sostener una relación. Y el otro te lleva diez años y su mentalidad ya estaba en el matrimonio, por lo que era muy probable que su vínculo terminara pronto”. Mi cabeza explotó.
“¿O sea?” esperaba ansiosa que llegara a la conclusión de toda esa teoría. “Karla, es posible que el problema no esté en las personas con las que te relacionas, sino en la razón por la que buscas vincularte con ellas. Si son personas que no están emocionalmente disponibles para ti, ¿entonces por qué te aferras a ellas? Tal vez inconscientemente lo buscas para reforzar una creencia negativa que tienes sobre tí misma. Puede ser que dentro de ti crees que las personas te abandonan, o te rechazan. Pueden ser muchas cosas. Tienes que sentarte a pensar y descubrirlo.”
De esta terapia aprendí que no soy esclava de mi mente, sino que tengo la capacidad y el poder de elegir mis pensamientos. A veces, esos pensamientos están tan interiorizados y tan arraigados que ya no puedo encontrar su raíz, sino que solo sufro sus efectos. Sin embargo, aprendí que tengo agencia sobre mi bienestar y que ese bienestar empieza por las historias que me cuento a mí misma. Esas historias son mis creencias, y a su vez esas creencias son la perspectiva con la que miro y camino mi vida.
Hace un par de semanas retomé la terapia, pero con una psicóloga diferente que trabaja desde un enfoque Gestalt y de técnicas narrativas. Decidí que si bien he desarrollado herramientas para modificar mis pensamientos, ahora me gustaría explorar la gestión de mis emociones. Aún no descubro cuál es esa creencia negativa que tengo sobre mí misma y que me hace buscar vínculos destinados al fracaso, pero hoy soy capaz de identificar cuando estoy cayendo en ese patrón y también soy capaz de pisar el freno cuando empiezo a generar un apego necio.
¿Y tú? ¿Ya identificaste tus patrones de autodestrucción? ¿Has logrado reconocer que queda en tí reincidir en ellos o tomar la decisión de romper su ciclo? ¿Qué te hace falta para nombrarlos por lo que son?
Ilustración de LaGurisa