#InPerfecciones
En nuestra nación, la constitución y las relaciones de poder se juegan día con día.
Rodrigo Davila
rodrigo.davila@inperfecto.com.mx
Amigos de inperfecto, hace tiempo que no tenia la oportunidad de llegar a ustedes, diversas dificultades personales me limitaron en tiempo y energía, hoy regresamos más fuertes y listos para seguir expresando mi manera de pensar en las siguientes líneas.
Regresando a nuestra triste realidad, me es completamente imposible el no materializar en mi mente los diversos problemas que ha surgido a lo largo de este periodo de ausencia; vivimos en nuestro país uno de los momentos más difíciles en los últimos 100 años, la pandemia, las crisis institucionales y la cada vez más precaria economía mexicana, reflejan la necesidades que deja un sistema fallido, quizá haya llegado el momento de crear una nueva constitución que haga un reparto justo en los factores reales del poder que componen a nuestra nación. No es de sorprendernos que a lo largo de la historia de las naciones los pueblos y sus personas desconocen de su poder en latencia, poder que pueden explotar organizándose bajo una bandera, una causa, la organización de un pueblo impacta de tal forma a los demás factores de poder que no pueden descuidar dichas señales por mucho tiempo; una constitución va mucho más allá de una ley escrita en papel, la constitución nace día con día de las relaciones de poder existentes entre los diversos sectores de nuestro país. Hoy por hoy la realidad de México es otra, comenzamos a ver a poblados enteros organizándose e imponiendo sus propios gobiernos autónomos ante la necesidad de defenderse de un bestia que se alimenta de la sangre y las drogas, que nos guste o no hoy son otro factor de poder dentro de México. Se vienen tiempos oscuros para nuestro país, hoy veo en mi país que la gente es apática, además de que vemos al enemigo dentro de nosotros mismos, hoy observamos que se descuidaron los esfuerzos logrados del siglo XX, vemos que se necesitan reformas constitucionales que balanceen las necesidades de quienes menos tienen sin afectar en demasía a los factores restantes.
Nuestra desventaja ante ellos es el tamaño y la rápida organización que pueden alcanzar, lo vemos en cientos de manifestaciones disipadas por la policía a lo largo del mundo, lo vemos en lo veloz y efectivos que suelen ser la mayoría de los golpes de Estado cuando son perpetrados.
El gran reto de México y su gente es solventar estos enormes desafíos, desafíos que nos afectan desde la salud, la educación, la guerra fallida contra las drogas, desde lo energético, desde los tres poderes de la unión que hoy en día son un extraña mezcla o revoltijo derivado de las intenciones de un político y su partido a quienes claramente no les importa en lo absoluto el propósito de la existencia de los tres poderes, hoy nuestra constitución está en juego y de ser plasmada en lo escrito como lo están llevando a cabo, sin nuestra consulta e interés nos llevara a una situación mucho más precaria, nadie puede tener el poder absoluto, aunque haya quienes se obsesionan por el y sus “ricas” mieles; el poder lo hacemos todos, día con día, a todas horas y en nosotros se encuentra quizá el poder más fuerte de todos, pero tristemente no nos interesa organizarnos.
Solo el pueblo organizado puede salvar al pueblo