Editorial

Con cariño para Clarita, la princesa de Iztapalapa

#InPerfecciones
Clara Brugada, actual alcaldesa de Iztapalapa junto a su amiga, Claudia Sheinbaum, ya se preparan para engañar al electorado rumbo al 2024. ¿Lo vamos a permitir?

 

 

Fabian Alamillo / @fabianalamilloh
fabianalamilloh@gmail.com

 

Las diferencias entre doña Clara y Claudia Sheinbaum no son tan lejanas, al contrario, hay quienes aseguran que su cercanía es mucho mayor de lo que uno podría imaginarse, ambas son fundadoras de morena, pero además, las dos tienen la confianza y amistad de López Obrador, son como dos gotas de agua, una que aspira por la presidencia de la república, la otra que ya se prepara para abandonar Iztapalapa, y salir corriendo a buscar reflectores para la jefatura de gobierno. Pero su oscuro pasado también es un lazo que las une: el terremoto del 19 de septiembre de 2017 golpeó con fuerza sus dos bastiones. Clara Brugada después fue acusada de utilizar los apoyos a damnificados para levantar su campaña para la reelección, mientras que Claudia Sheinbaum fue señalada de presuntos actos de corrupción por otorgar permisos ilícitos a edificios desplomados, como el Colegio Rebsamen, donde murieron 19 niños.

 

Otra caída para ambas fue el lamentable suceso de la Línea 12 del metro, aunque ambas estuvieran en cargos distintos, las y los iztapalapenses cuestionaban la corrupción de Morena y la Jefa de Gobierno, como si de una dependiera las buenas decisiones de la otra. Ambas han sido acusadas de nepotismo, pues como olvidar el caso del sobrino de Brugada, que después de abandonar la carrera de médico cirujano consiguió empleo como director general en la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, mientras que la hija de Sheinbaum, Mariana Ímaz Sheinbaum, es de las alumnas con becas que superan el millón de pesos en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). 

 

Y qué decir de que ambas son responsables de la desesperante situación de inseguridad, tanto en la CDMX, como al oriente de la capital. 

 

Quizá si hay alguna diferencia entre Sheinbaum y Brugada es, quizá, la experiencia legislativa y las pocas derrotas que ha sufrido la de iztapalapa, la también conocida  “reina de la corrupción”, pues si algo hay que aplaudirle a Clarita, -como también la llaman sus simpatizantes- no es su habilidad política, sino más  bien su capacidad de administrar el dinero público para comprar voluntades, y ahí, y sólo ahí es donde Claudia vea a su sucesora en el Palacio del Ayuntamiento.

 

La corrupción es una constante en la alcaldía, Brugada a logrado comprar el territorio, llenando de utopías construidas en mentiras y falsas esperanzas, a iluminado calles que sólo cuidan sus intereses y a pintado bardas que la violencia no disminuye; es falso que iztapalapa vaya bien y a las pruebas me remito. Rumbo al 2024 ¿vamos a permitir que quién no ha podido con la demarcación en tres ocasiones, quiera gobernar 16 alcaldías?

 

#InPerfecto