Editorial

El infierno en mis oídos. 

#InPerfecciones
Tal vez tú padezcas misofonía y ni siquiera te has enterado. 

 

 

Georgina Valez / @gini_friski
gvt3377@outlook.es 

 

Si te molesta el ruido que hacen las personas que mastican con la boca abierta probablemente sea más por modales o educación que por el ruido en sí, a menos que sea un ruido que no se te va, que se queda implantado en tus oídos y tienes que tallarlos para ver si así desaparece, que se suma a la lista interminable de ruidos que para los demás son normales y pueden vivir el día a día con ellos alrededor, pero para ti no. Para ti es como si lo hicieran a propósito, para molestarte hasta aturdirte, para ti son ruidos que destacan de entre tantos, puede haber más alrededor pero parece que solo escuchas a tu compañero que no deja de dar clicks con una pluma, a tu maestra que trae tacones y cada paso que da es insoportable, a tu novio que al pasar agua hace más ruido que al servirla, incluso puedes imaginar como esta pasa por su garganta despacio, porque cuando escuchas estas cosas el tiempo parece que se detiene. Y efectivamente, parece que estás loco, porque nadie entiende de verdad el cómo es que algo tan pequeño e insignificante como un ruido puede molestarte tanto, independientemente de si el ruido es fuerte o de qué o quién lo produce, solo te has dado cuenta de que te molestan más los que son repetitivos o prolongados, es un hecho que ni siquiera a ti te gusta, te sientes tan tonto por enojarte, por sentir ira, rabia, coraje y llegar hasta el punto del llanto o de hacerte daño a ti mismo para contrarrestar la molestia que te causó tal ruido que te cuestionas mil veces al día el porqué, hasta piensas que a los demás les molesta igual que a ti y cuando alguien se te acerca mientras tú comes algo masticas despacio, con cuidado, con empatía para no molestar a la otra persona que ni siquiera tiene una mínima idea de lo que estás haciendo. 

La primera vez que lo investigas en internet te enteras de que se llama “misofonía”, que es normal si apareció en la niñez o adolescencia y que se puede curar, para variar, con terapia psicológica. Así que lo intentas, vas con una psicóloga que te dice que esto pasa porque cuando eras pequeño escuchaste algo que te molestó tanto que se convirtió en este padecimiento que te hace tener una respuesta negativa a ciertos sonidos, te invita a que sigas la terapia hasta que tú solo recuerdes o dejes de bloquear en tu memoria aquello que te afectó hasta este nivel, y te señala que cuando lo hagas, será fácil darte cuenta porque te vas a enojar. Yo ya hice esos pasos, ya recordé qué me molestó, pero definitivamente no lo he superado todavía y me siguen molestando infinidad de sonidos, cuando caliento algo en el microondas me quedo parada frente a él o cuento el tiempo que le puse para estar ahí y detenerlo antes de que suene, mi familia trata de ayudarme poniendo el volumen de la tv o de la música más alto cuando estamos comiendo porque los ruidos al masticar son los que menos tolero, si escucho el golpeteo de las uñas de quien sea con impaciencia sobre alguna superficie me dan ganas de golpetearlo yo para que se calle, me da una ansiedad insoportable, me muevo con incomodidad, no me quedo quieta o mejor me voy, porque al final, es mi problema. Puede que también sea tuyo, si es así, te entiendo, entiendo esas ganas que tienes de arrancarte las orejas bajo ciertas circunstancias, no sirve de nada decirte que te tranquilices, o que respires, porque con todo lo que ya escribí atrás, es casi imposible.  

 

#InPerfecto