#InPerfecciones
¿Qué son 500 pesos para el que solo gasta saliva y vive en un palacio?.
Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx
Parece lejano el mes de enero pasado cuando el Presidente presentó el “cachito” de la rifa de su complejo de inferioridad, a 500 pesos, el avión presidencial, si, ese que no tenía ni Obama, y que bajo la premisa de la pobreza franciscana López Obrador no lo quiere ni voltear a ver porque no vaya a ser que la naturaleza pecaminosa de semejante artefacto volador tiente la superioridad moral que tanto presume y que tanto lo protege en estos tiempos de pandemia.
Parece lejano el mes de febrero pasado cuando el Presidente señaló que bajo ninguna circunstancia quería que los feminicidios opacaran la rifa, y parece lejano –en febrero también- aquel episodio lleno de cordialidad cuando el Presidente invitó a “sus amigos empresarios” a cenar tamales y atole para conminarlos a comprar –voluntariamente a fuerza- los cachitos de la rifa del avión que a la postre simplemente sería una rifa simbólica de un avión que no se puede rifar pero que resultó el pretexto perfecto para organizar una “vaquita” nacional para sacar de la pobreza a algunos y para comprar material médico para la pandemia que estaba por venir y para la que ya estaban muy preparados –a decir del Gobierno-.
Han pasado cuatro meses de aquel episodio que abrió la puerta a la rifa del tigre y que se convirtió en uno de esos momentos nada halagüeños con la pandemia tocando la puerta, y con la intención de mandar a volar el avión presidencial y aprovechar para hacerle propaganda a la 4T, el cálculo político se olvidó del cálculo económico aunque el Presidente diga que ya sabía que la crisis mundial era inevitable, lo que no se pensó con antelación se convirtió en mensajes domingueros donde los decálogos de buenas intenciones y propaganda ideológica han sido el parapeto para tratar de minimizar el ridículo en materia económica que ha hecho la 4T intentando salvaguardar el trabajo de muchos ciudadanos que lamentablemente han perdido su fuente de ingresos a lo largo estos meses llenos de mensajes contradictorios y negación de una laxa gestión de la pandemia que nos tiene en un semáforo epidemiológico entre rojo y naranja que con la necesidad de muchas familias se ha traducido en verde.
Lo sorprendente es que 35,000 muertos después y con algo así como 12 millones de empleos perdidos, el Presidente se mete la mano a la bolsa de sus inventos para sacar a colación el tema de la rifa simbólica que lleva un 22% de cachitos vendidos para pedir al pueblo bueno que apoye en la medida de sus posibilidades comprando sus cachitos, cachitos que para muchas familias en éste momento representan en valor monetario la comida de 3 o 4 días –en el mejor de los escenarios-. El punto está en que en el país de las maravillas del Presidente como todo va muy bien y la pandemia va a la baja, no tiene reparo en minimizar las cifras reviviendo el tema de la rifa, demostrando nuevamente que eso de los números no se le da, total, ¿qué son 500 pesos para el que solo gasta saliva y vive en un palacio?.