Editorial

EL ABANDONO.

#InPerfecciones
Que infortunio resulta saber que un personaje que buscó durante tanto tiempo la presidencia, en el momento en que la obtuvo haya caído en estado de shock político-emocional.

 

 

Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C  
carlos.rc@inperfecto.com.mx

 

Resulta contradictorio pensar que a pesar de mantener presencia en los medios de manera constante durante horas y horas diariamente, el Presidente de la República nos abandonó, la realidad alterna y la fantasía de vivir en un palacio nos arrancó al político arrojado y contestatario que seducía a las multitudes con discursos encendidos que eran como traducciones de lo que mucha gente pensaba pero que no podía expresar, así entonces, López Obrador era ese portavoz del pueblo, incómodo para la clase política a pesar de que paradójicamente provenía de las filas del priismo setentero y ochentero en México tan exitoso por sus tácticas populistas.

 

La historia la conocemos sobradamente, aquel parte aguas del 88 con la caída del sistema que le da la victoria en los comicios a Carlos Salinas, se convirtió en una carrera de la izquierda por remontar lo que la su prima hermana –la derecha- le había dejado al relegarla y coptarla en el PRD, sin embargo, como ya lo hemos advertido, las tácticas que bien se aprenden jamás se olvidan, y esa opción “popular” que se supone es la izquierda no es mas que la hermanita de la derecha, porque resulta que también gustan de desviar fondos, intercambiar votos por despensas, del nepotismo, etc.

 

Efectivamente el Presidente nos abandonó por el simple y llano esfuerzo propagandístico de una ideología bautizada como la 4T que no le permite atender la problemática que durante 18 años de campaña denunció, ¿y que resultado tenemos?, tenemos un monarca disfrazado de izquierdista que hace alarde de un conocimiento profundo del pueblo pero que no es capaz de soportar a quien disienta de sus postulados ya que no puede ocultar el complejo de inferioridad que siente cuando el intelecto rebasa su demagogia. El abandono del Presidente ha repercutido a tal grado que todas las secretarias tienen que salir de vez en cuando ha generar un perímetro artificial en torno al Presidente para elogiar las políticas implementadas pero con todo el aderezo que ya conocemos donde el culto por lo que el Presidente hace es la tónica del discurso, pero que si encuentra oposición por dichas políticas o resultados se muestra beligerante.

 

Efectivamente la figura del Presidente se encuentra constantemente en muchos medios, a manera de cita o mención, pero resulta en un vacío ver a un López Obrador que ha desestimado la exigencia de grupos o sectores que se han parado a las puertas de Palacio a exigir justicia, seguridad, medicamentos, trabajo, etc. pero que el monarca que vive en la tierra del “tan bien que íbamos” no tiene la sensibilidad mínima para darles la cara pero si de llamarles opositores. 

 

Que infortunio resulta saber que un personaje que buscó durante tanto tiempo la presidencia, en el momento en que la obtuvo haya caído en estado de shock político-emocional para comenzar con el alucine de la República Monarca y Amorosa en donde la limosna se encuentra elevada a rango constitucional porque es más fácil institucionalizar la pobreza que solucionarla. Si no hay presidente, la sociedad civil debe tomar el control.

#InPerfecto