#Sexualidad
Históricas última parte, un relato vivencial de cómo se vivió la marcha #8m contado por una mujer, madre y artista.
Cristina Béjar
rosario.aguilar@inperfecto.com.mx
1. ¿De verdad la gente sabrá lo que significa neoliberal? Recuerdo que cuando fueron las elecciones para elegir a nuestro querido Presidente, según Google la palabra neoliberal fue la palabra más buscada por los mexicanos ese día.
2. Me dio la impresión de que se rayaba y se rompían cosas nada más porque sí, de que no había un fin definido más allá que el de…. por qué no decirlo, vandalizar, quizá querían tener sus cinco segundos de fama, yo también quisiera esos cinco segundos, pero dudo mucho que de esa manera. Desde mi punto de vista, creo que, entre tanto rayón, se perdió el mensaje, o quizá no. Porque… ¿qué pasará al siguiente día? Nada. Se borra. ¡Listo! No creo que los asesores de nuestro querido Señor Presidente le digan mostrándole el celular: – ¡Mire, querido Señor Presidente! Aquí le mandaron varios mensajes ¡AMLO feminicida!, y digan: – no´iga, está ca…ón. ¡Que muera AMLO! – Uuuuh. ¡México feminicida! ¡Estado feminicida! ¡México asesino! ¡Fue el estado! ¡Rífame esta Señor Presidente! (y qué decir de lo que escribieron afuera de su Palacio). Y el presidente con una gotita en el ojo tipo Remi… – ¿Sabe qué? Mejor présteme acá el celular. ¡¿Saben cuándo va a pasar?!… yo también espero que suceda.
Creo sinceramente que el rayar, pintar, romper hubiera trascendido más si realmente se hubiera tenido un discurso. El único registro que queda de las pintas sería el que alguien les haya tomado foto y las exhiba, de lo contrario, simplemente pasó. Cuando iba de regreso a casa, en la tienda de ropa Julio, ya estaban midiendo los vidrios de las vitrinas. A diferencia de esto el que hayan escrito los nombres de las mujeres asesinadas en la plaza del zócalo de color blanco, habló por mucho y creo que tocó la tención de muchos.
No sé si estas chicas iban por su cuenta o iban pagadas por el gobierno, pero al hacer esto hizo que toda la atención se centrara en esto y no tanto, en lo que verdaderamente valía la pena contar o recordar. Incluso yo me enfoqué mucho en ellas, cosa que me disculpo.
3. Lo siento mi´ja, la oficial no puede estar contigo todo el tiempo. Lamentablemente tienes que hacer algo, si tu novio te agrede déjalo, si te gritan o agraden por la calle exhíbelo, si la violencia es en casa defiéndete y busca un especialista para salir del ciclo. Por otro lado, es nuestro derecho y una obligación del estado garantizar nuestra seguridad cuando estamos en la calle, no únicamente para las mujeres, sino para todos.
4. Hace tiempo trabajé en un banco, conocí a una chica que trabajaba en una corporación policial. Yo ya me quería salir del banco, le pegunté que cómo estaba en su nuevo trabajo. Me contestó: – no quisieras estar ahí por nada del mundo, aguanta aquí donde estas. Acá tienes que entrarle a todo, no es para ti. Yo necesito ahorrar para poder separarme de mi marido, por eso comencé a trabajar. Por eso vez que meto todo mi dinero a nombre de mi madre.
Otra de mis compañeras de trabajo había sido policía de tránsito, nos contaba toda la basura que sucedía en la corporación, lo que recuerdo mucho era que nos contaba que diario tenía que entregarle una cuota a su jefe, y cuota me refiero a dinero, lo cual se ganaba con “mordidas”, “moches” diría nuestro querido Señor Presidente.
5. He escuchado casos en los que las personas han sufrido tantas injusticias que se hacen policías. Otros por el contrario son rateros que se vuelven policías para delinquir más, estos no están aquí ahora.
6. He de decir a cerca de los brigadistas (hombres y mujeres) que los admiro en sobremanera, así como a las oficiales en este día. Las oficiales aguantaron vara (como se dice en el argot mexicano) a cuanta agresión e insulto les proferían. Los brigadistas a pesar de estar en medio de la línea de fuego aguantaron empujones, gritos y malos tratos; si alguien de las manifestantes resultaba herida, ellos se soltaban de la mano de él o la que estaban agarrando para impedir que las manifestantes pasaran y atendían rápidamente a la herida, veían que estaba bien y regresaban a su posición.
Lo único que no me agradó tanto fue un chico brigadista que visiblemente se hacía la vístima, ponía cara de sufrimiento, como si estuviera entregando todo en la vida. No sé, quizá lo diga porque no estuve en su lugar, pero de todos los brigadistas que estaban ahí hombres, mujeres, gays; ninguno tenía ese tipo de actitudes.
7. A mi izquierda había un reportero, una chica le preguntó: – ¿de qué ríes amigo? En un tono muy retador, como buscando pelea. Él le contestó – no me río de nada. Ella le dijo: – no puedes estar aquí. Él con su tono notoriamente argentino le contestó: Pero yo, soy reportero extranjero, únicamente estoy aquí para hacer mi reporte. Ella con el torso erguido le dijo: ¡No puedes estar aquí! Se fue.
Otro hombre estaba a mi derecha. Ella le hizo la misma pregunta: – ¿tú por qué te ríes? No puedes estar aquí, no puedes filmar. Él le contestó: – no me estoy riendo y además ya ni traigo memoria para grabar. Se fue.
Un chistoso se metió a bailar cerca de la hoguera en medio del círculo de mujeres, todas le gritaban ¡fuera hombres! ¡fuera hombres! No entendía. Una chica comenzó a sonar una maquinita de choques eléctricos de esos como de policía de U.S.A., fue hacia él y junto con ella varias más. No vi que más pasó frente a Palacio, pero una bolita de mujeres le rodeaba.
Comentarios Adicionales.
¿Me proclamo feminista? ¡Sí! Como todas luchamos por una misma causa. En mi caso particular como mujer y madre de dos varones mi compromiso es educarlos para respetar no únicamente a las mujeres, sino a cualquier ser sin importar su condición.
Mi primer marcha. Me gustó. Me quedaron claras las frases: uno ve lo que quiere ver, y uno está donde quiere estar.
De regreso camino a casa, hubo muchas personas que llenaron con sus pancartas las rejas de una iglesia que se encuentra en Madero. Era algo bello, donde la gente se detenía a leer.
Justo cuando pasaba frente al antimonumento a los feminicidios, enfrente de Bellas Artes, una chica tomó el micrófono. Estaba diciendo que ella fue abusada por parte de su primo, a mi derecha estaban las mujeres policía custodiando la cerca de Bellas Artes. Dijo que su primo la había obligado a chuparle el pene como una paleta, algunas policías comenzaron a reír, otras soltaron sonidos de asombro e indignación.
Cristina S. Béjar
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