Sexualidad

La degustación lectora de “Afrodita”

#Sexualidad
“… una de las pocas cosas que hombres y mujeres tenemos en común es el sexo y la comida. Entonces aprendí la aventura de explorar en ambos.”

 

Diana Villamarin P.
dianitavp@outlook.com / sexualidad@inperfecto.com.mx

 

 

Posiblemente, todos nos hayamos sentido alguna vez así y podamos confesar que, al igual que Isabel Allende: “Me arrepiento de los platos deliciosos rechazados por vanidad, tanto como lamento las ocasiones de hacer el amor que he dejado pasar por ocuparme de tareas pendientes o por virtud puritana ya que la sexualidad es un componente de la buena salud, inspira la creación y es parte del camino del alma… Por desgracia, me demoré treinta años en descubrirlo” lo importante, es que no tardemos en aceptarlo y degustar con mayor ahínco de los placeres que en dosis precisas nos pueden hacer más amena y feliz nuestra vida.

 

Leer a Isabel Allende es todo un goce y es en particular en esta obra, llamada Afrodita en la que podemos hallar una experiencia personal de la autora, mitos, leyendas, historias populares que amplían nuestra información, conocimiento y creatividad sobre la sexualidad y los alimentos afrodisíacos que pueden mejorar nuestra calidad de vida erótica individual, en pareja y hasta social. Un rasgo característico es el aporte literario dado que agrega fragmentos eróticos de autores destacados e incluso los apetitos lascivos de personajes históricos como Nerón, Catalina la Grande, Anais Nin entre otros y versos poéticos  alrededor de las tentaciones carnales con las que nos podemos identificar, ya que se hallan allí, sugerencias antiguas y actuales para seducir un amante, avivar la llama de la pasión, fortalecerla y despertar todos los sentidos al arte amatorio.

El juego travieso de agregar también recetas, para que iniciemos como lectores un proceso experimental, es también muy antojador como invitación a celebrar la cocina pues vale todo el esfuerzo inclinarnos por rituales y procesos que revelan los poderes ante el cuerpo que alimentan y también con el que generan nuevas sensaciones pues es bien sabido que ella hizo un proceso de investigación para compartir esas propiedades que se les han atribuido en distintas épocas y culturas, así por ejemplo hacen parte la albahaca, canela, ostras, garbanzo, la carne de conejo entre otras que nos recuerdan que no es fácil determinar “¿Dónde comienza el gusto y termina el olfato? Son inseparables. La tentación del café no nace en el sabor, que deja un rescoldo de humo en el recuerdo, sino en esa fragancia intensa y misteriosa de bosque remoto. Con los ojos cerrados y la nariz tapada no podemos distinguir entre una papa cruda y una manzana, entre grasa y chocolate. La nariz es capaz de detectar más de diez mil olores y el cerebro de diferenciarlos, sin embargo para ese mismo cerebro suele ser imposible distinguir entre lujuria y amor.”

Finalmente, cabe destacar que la creación de su obra, también se apoyó en tres personas muy cercanas a ella y muy importantes en su vida: Robert Shekter, un suizo que conoció en una librería y con el que compartió muchos cafés acompañados de la mejor y amistosa charla. Se encarga de ilustrar este libro. La segunda es su madre: Panchita Llona. Una mujer dotada de una habilidad especial para mezclar los alimentos con maestría y convertir los platos en una excelente experiencia culinaria. Y la tercera persona fue Carmen Bacells su agente literaria. Según la autora, Afrodita, al igual que la sensualidad: “fluye, es caótica y se pasa de un tema a otro, como en una conversación.”

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