Editorial

UNA DE DOS.

#InPerfeccione

El desdén por tomar medidas mas agresivas para enfrentar una crisis de salud en México nos deja expuestos a la irresponsabilidad por asumir un problema que no es político.

 

Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx

Quizá lo he dicho antes, pero insisto, recordar es vivir, y en materia de política la memoria es fundamental para señalar la constante contradicción que emana de personajes amnésicos que le echan muchas ganas al discurso pero se vuelven esclavos de lo que prometieron sin estar dispuestos o preparados para cumplir –por mentirosos o incapaces-, sin embargo, y por fortuna, los que más alardean de coherencia son los primeros que caen en las fauces de su traicionera mente olvidadiza y de los que por “joder” –a decir de los fans- siempre andan buscando el “negrito en el arroz”.

Cuando se dio la crisis por desabasto de gasolina en México que ocasionó largas filas de conductores que con pánico esperaban largas horas para llenar el tanque mientras el Presidente repartía palmaditas de contención emocional diciendo que el abasto de combustible estaba garantizado, la discusión giró en torno a la suspicacia sobre la honestidad con la que se estaban manejando los “otros datos” del Gobierno sobre este tema, pero cuando la normalidad regresó nos encontramos con que de boca del mismísimo Presidente nos regaló una muestra de su “honestidad valiente” al confesar en el púlpito mañanero que en el momento más álgido del desabasto solo quedaba gasolina para una semana, pero que no se dijo para que los conservadores no sacaran raja política del asunto, es decir, el Presidente mintió para conservar el “estatus quo” de su bonita imagen y de sus índices de popularidad, ¿pero acaso se puede esperar que un político diga la verdad?.

El primer caso de COVID-19 en México se declaró el pasado 28 de febrero, y hasta el momento parece que la estrategia de no hacer nada es una medida sanitaria muy efectiva porque el virus se ha mantenido a raya con 11 casos y un chorro de sospechosos leves. Evidentemente solamente hay de dos sopas, o de plano el COVID-19 encontró en el clima mexicano su némesis o definitivamente –sin afán alarmista- existe un deliberado ocultamiento de casos confirmados. Y la sospecha sobre el ocultamiento de lo que ya fue declarado como pandemia a nivel mundial es que el Presidente López Obrador señaló que “los conservadores quisieran que todos nos contagiemos de coronavirus” para sacar raja política, es decir –y leyendo entre líneas- ¿el Presidente está preparando el terreno para informar que los casos de infectados se dispararon como por arte de magia? ¿va a decir que no se informó en su momento para proteger al pueblo como cuando soltaron a Ovidio Guzmán?

Actualmente en los aeropuertos nacionales no hay cerco sanitario, los protocolos en los centros de salud son por decir lo menos deficientes, el desdén por tomar medidas más agresivas para enfrentar una crisis de salud en México nos deja expuestos a la irresponsabilidad por asumir un problema que no es político pero que el Presidente ya politizó por la necedad de conservar su imagen para salir después diciendo que el neoliberalismo y el conservadurismo han infectado con pobreza y marginación a más gente que el COVID-19.

#InPerfecto