#InPerfecciones
Pretender resolver desde el escritorio la problemática del Sistema de Salud en México no cura, ni lo hará si se abusa de las “pastillitas” de buenas intenciones.
Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx
La repercusión de los recortes presupuestales al sistema de salud tiene para la Secretaría de Hacienda una motivación que busca paradójicamente la “salud” de las finanzas nacionales, sin embargo, el nivel de afectación para los derechohabientes es definitivamente ininteligible puesto que no hay motivo lo suficientemente “técnico” o demagógico para pretender explicar el porque un paciente no puede completar su atención médica ya sea por falta de personal o falta de medicamentos.
Está de más tratar de explicar el nivel de frustración que puede experimentar el familiar de un paciente que se encuentra hospitalizado mientras en la entrada de los hospitales puede ver una manta con una disculpa del porque el nivel de atención se encuentra mermado debido a los recortes presupuestales, porque se puede entender como una advertencia de muerte previa disculpa. Y ante estos hechos resulta todavía más incomprensible el grado de insensibilidad que han demostrado no solo Secretaría de Hacienda, sino también el Secretaría de Salid en manos del Doctor Jorge Alcocer, que si bien nos remitimos y parafraseamos la cantaleta del gobierno que se escuda en que las administraciones anteriores han dejado un desastre en materia de salud en nuestro país, es cierto que para ningún ciudadano o derechohabiente es una sorpresa que la calidad de atención en el sistema público de salud nunca se ha caracterizado por su eficiencia además de ser constantemente castigado con recortes presupuestales.
El sistema de salud en México tiene la característica de haberse convertido en un sistema curativo y no preventivo que se hilvana a otros aspectos como la calidad en los alimentos, las costumbres alimenticias, y una serie de aspectos que inciden directamente en la calidad de vida de los derechohabientes, sin embargo, para cambiar este escenario resulta indispensable la inyección de recursos, la eficiencia en la distribución, el cambio drástico en el sistema de atención, y desde luego la acción directa de un Secretario de Salud que no pretenda solucionar la problemática desde su escritorio y con reuniones donde aparentemente se logran acuerdos a los que no se les da seguimiento y por obviedad se diluyen con el tiempo.
Si bien el discurso de terminar con las prácticas corruptas del sistema de salud parece positivo, la estrategia de los recortes presupuestales, la inestabilidad laboral de los trabajadores y residentes, y el franco deterioro de la infraestructura hospitalaria parecen tener en etapa terminal a la salud en México. La pregunta es ¿que grado de afectación tienen todos los programas sociales en la asignación de recursos al sector salud?, porque si bien lo positivo es apoyar a sectores vulnerables de la población, lo contradictorio es abrir la puerta de la incertidumbre a otro sector vulnerable que involucra cualquier edad, cualquier persona de a pie etc.