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Las comunidades infantiles en las zonas rurales del país se ven afectadas debido a que la delincuencia organizada aprovecha su estado vulnerable para ofrecer trabajos.
Marto GoAg / @MartoGoAg
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La pobreza que existe en las zonas rurales del país, la imposición del consumismo por parte de los medios y la presencia de los grupos delictivos han sido las razones por lo cual la infancia de las zonas rurales cambia sus ocupaciones por las del crimen organizado.
Estas zonas rurales están vulnerables debido a que, como no se cuenta con información en la gran mayoría de los casos, la siembra, el riego, la realización y venta de artesanías suelen ser tareas que abandonan los infantes, que aunque forman parte de trabajo infantil, lo cual está prohibido según la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los infantes ceden ante las ganancias simbólicas y las económicas que ofrecen las actividades ilícitas.
Poseer coches, armas y tener dinero suelen ser las ambiciones que estos chicos tienen, ya que hay gente que gana “10 mil pesos en una semana”, esto gracias también a las películas y series donde los crímenes son tratados como héroes.
El Fono de la Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en su reporte sobre la situación de la niñez en México, destacó que vivir en una zona rural incide en el acceso, la permanencia y conclusión educativa, pues aunque el promedio nacional de escolaridad es de 9.1 años, en la población indígena no se alcanza ni los 6 años.