#InPerfecciones
Todo tiene que llegar hasta la última circunstancia, ¿porqué no antes?
Miguel Angel Millán Cancino / @MiAngel_Millan
miangel.millan@inperfecto.com.mx
La voz de todos aquellos que son invisibles, muy raramente es escuchada, esa es la realidad que nos ha ido quedando clara a lo largo de los gobiernos de cualquiera de las épocas, de la sociedad, de la memoria.
Ayer, mientras estaba en medio del periférico, viendo y viviendo el momento en que padres de familia, directiva, personal de toda la clínica de Salud Mental CISAME al lado de niños y personas de la tercera edad, así como jovenes y adultos, me vi envuelto en una serie de emociones.
La primera emoción fue, la desesperanza. Una desesperanza al ver la cara de niños y de personas con algún tipo de discapacidad, personas que con emoción e ilusión y ante la falta de oportunidades acuden a un espacio gratuito, que ha ido ganando espacio para todos ellos, mismos que son los que en el discurso son incluidos y en la realidad siguen siendo segregados al no tener espacios ni oportunidades de vida y de cambio, miradas de preocupación y hasta de desconocimiento.
La segunda fue de coraje, del ver la indiferencia gubernamental de muchas horas de silencio, de ver, quizá no a la directora ni los padres de usuarios, sino a todos aquellos que han ido perdiendo la batalla manifestándose en el legitimo derecho por defender algo en lo que se han ido empoderando.
Pero, uno de las emociones que más me marcaron es el profundo horror que me da, el saber que el silencio siempre va a existir, llegando al último momento para hablar. No es la primera vez que la comunidad CISAME sale a las calles a protestar, y tampoco es la primera vez que el tema está en medio de la boca de la ciudadanía, esto lleva semanas, mismas que han sido una auténtica tormenta para muchos pacientes que buscan un espacio donde poder asegurar su caminar.
Mucho se dijo en las redes sociales acerca de que el cambio de dirección no era malo, el problema es que hay un antecedente de querer reducir a la institución en presupuesto para ir minimizando las atenciones hasta su extinción, al no haber podido resolver de manera satisfactoria para la Secretaria de Salud, buscan sacar a un administrativo para poder integrar a uno nuevo que desmantele. Repito, no es un directivo, es una institución.
Dentro del horror me queda claro que esperan ver si la gente se cansa al cerrar una avenida, al igual si los estudiantes aguantan la presión, las mujeres la discriminación, la comunidad LGBT la exclusión, en resumen, el asesinato de nuestra voz y de nuestros derechos humanos.
No, no escuchan a la primera voz, todo tiene que llegar a un extremos en donde, a puerta cerrada se acuerde algo, algo que no sabemos que es y que nos hace pensar que los buenos deseos son solo eso, ya que las viejas prácticas siguen siendo vigentes.
A la siguiente, para que nos escuchen, desde la trinchera en que nos encontremos, tenemos que recurrir a alguien que me soporte en el peso de mi demanda con un gran apellido y además, cerrando de principio una avenida o un acto simbólico y grande para que llegue alguien de gobernación para atender, cuando lo que debería pasar, es que el gobierno al primer llamado, tomara en cuenta las necesidades sociales.
Y al paso, de que Jorge Alcocer es un cobarde que no es capaz de responder una llamada o quizá, dar la cara, se tiene que buscar a alguien más que permita resolver un problema que en sus manos tuvo a bien poder evitar llegar a este nivel.