Editorial

OBSEQUIOS DE DESPEDIDA.

#InPerfecciones

Se termina el sexenio de un presidente que sobresale por su imagen y no por su inteligencia o capacidad, y que aun con las horas contadas tiene un par de obsequios que dejarnos para nunca olvidarlo.

 

           Carlos Rosas C.   

carlos.rc@inperfecto.com.mx

 

Hace un par de editoriales con cierto desasosiego un servidor preguntaba por la falta de “chascarrillos” con los que el aún presidente constitucional Enrique Peña Nieto solía mantenernos entretenidos haciendo leña del árbol caído, y lo que pasó es que penosamente su servidor no se había dado cuenta que el nivel de las bromas habían subido de nivel, que, desde luego es el nivel deseable para el final de toda administración que se precie de dejar en los mejores niveles de estabilidad a la población y los asuntos que le afectaran en lo futuro.

 

Como ya lo habíamos mencionado el final del sexenio se merece una despedida digna de un mandatario y de un régimen que nos dio cátedra de cómo deben atenderse los temas de índole nacional y diplomática, incluso él cómo se deben atender los temas que tienen que ver con quienes demandan justicia social o simple y llanamente que se cumpla con lo que se encuentra estipulado en la Constitución, ¿el resultado?, muy simple, corrupción, simulación, violencia, incertidumbre, desapariciones, sumisión diplomática, encubrimiento y los adjetivos que nos encontremos al consultar algún diccionario de sinónimos.

 

Ingenuamente pensé que con el anuncio de la eliminación al subsidio para la gasolina y su eventual e inevitable aumento en el precio del combustible, los regalos de final de sexenio habían terminado, lo cual hubiera agradecido de sobre manera porque cualquiera se cansa de recibir “tantos obsequios” del presidente, sin embargo, y con mucho regocijo -¿o será resignación?- la benevolencia del presidente mexicano parece no tener fin y deja muestra de ello al anunciar que la condecoración del “Águila Azteca” será para ni más ni menos que Jared Kushner, el querido “yernito” de ni más ni menos que Donald Trump, nuestro muy estimado “vecinito” del norte.

 

La Orden Mexicana del Águila Azteca es la más alta condecoración que se les otorga a los extranjeros en México por servicios prominentes prestados a la Nación Mexicana o a la humanidad y como reciprocidad a otras distinciones otorgadas en el extranjero a servidores públicos mexicanos. (Fuente Wikipedia).

 

El motivo de tan alto honor que EPN le hace a Kushner -asesor sénior de la Casa Blanca- es por sus importantísimas contribuciones para llevar a cabo la negociación del nuevo tratado entre México, Estados, Unidos y Canadá, “T-MEC, que está por firmarse en la cumbre del G-20 que se llevará a cabo en Argentina a partir de este jueves.

 

Lo que no me queda muy claro es el tipo de contribuciones importantísimas que Kushner hizo para concretar –al menos en el papel- el T-MEC, quizá le dio a Videgaray y a Guajardo  algunos “tips” sobre cómo le gusta a Trump que le besen la mano justo donde empieza el dedo medio o como agachar la mirada cuando Mr. Donald Trump está hablando porque no le gusta que lo interrumpan sus “empleados” mientras da una orden, siendo así, por su muy importante aportación no hay nada que discutir sobre el otorgamiento de este premio que ojalá también se lo dieran a todo el equipo mexicano que se “sentó” a escuchar las ordenes gringas mezcladas con insultos, amenazas y prepotencia con las que Donald Trump da muestra de su muy educada y diplomática manera de resolver estos asuntos.

 

Indignarse por la entrega del Águila Azteca a Jared Kushner es lo de menos cuando sabemos el valor moral que representa un premio entregado de manos del presidente de la ignominia, la verdad histórica de 43 normalistas, la casa blanca, los gasolinazos, la entrega de los recursos nacionales a manos extranjeras y a particulares, la maravillosa reforma educativa, los índices de violencia disparados, el descomunal desvío de recursos, y desde luego la ineficiente labor diplomática que deja a México como un servil aliado de las bravuconerías del neurótico y xenófobo presidente norteamericano –de verdad recibir un premio de semejante personaje me eriza la piel, y no es de emoción-.

 

Enrique Peña Nieto se va de la presidencia dejando tras de sí una estela de corrupción y pésima implementación de políticas económicas y sociales que no verán su fin este 1° de diciembre porque resulta que tenemos ante nosotros el ofrecimiento de un cambio radical con muchos de los mismos actores que le han dado forma a los niveles de miseria e inestabilidad que hemos tenido que soportar sexenio tras sexenio y que ahora mágicamente parecen haber recapacitado para actuar de manera correcta bajo el auspicio de una figura a la que le han hecho un cerco casi mítico de moralidad y buenas maneras.

 

Lo que se termina es solo un periodo encarnado por la figura de un presidente que nunca se posicionó de manera positiva en la percepción de los mexicanos, y con justa razón ya que dejó de manifiesto nuevamente las formas priistas que en el discurso hablan de progreso y combate a la pobreza o la desgastada justicia social que solo se ha visto traducida en el mismo incumplimiento de los supuestos objetivos y un sistema partidista que en el intercambio de elementos intenta maquillar la forma en que se hará política durante los siguientes seis años.

 

Lejos del sarcasmo, las risotadas, la vergüenza e indignación que se queda como precedente de un priismo que se disfrazó con una aparente nueva imagen que solo demostró lo inoperante que es la “alta” política nacional atascada de corruptos con un sistema de justicia a modo y que ahora en manos de los “convertidos” a la nueva “moral” han comenzado a jalonearse la cobija en búsqueda de soluciones, y que si fueran un poco suspicaces admitirían que muchos de ellos fueron y serán cómplices del que se va para convertirse en compañeros de juego de quien plantea en el borrón y cuenta nueva la solución de muchos males nacionales. Felicidades Enrique Peña Nieto, no se termina tu obra con tu partida, solamente se le barniza con espejismos tan frágiles como tu figura como presidente.

 

#InPerfecto