#RinconesDeMéxico
Hoy te contaré de un muy poco conocido, pero magnífico lugar, si te gusta la aventura, ¡seguro te encantará!
Román Sánchez
turismo@inperfecto.com.mx
¡Quihuboles! ¿Cómo estás? Te saludo a la distancia, hoy te contaré de un muy poco conocido, pero magnífico lugar, si te gusta la aventura, ¡seguro te encantara!
Hace algún tiempo había leído acerca de unas enormes grutas en el estado de Guerrero, estas albergan ciertos tesoros de interés antropológico y biológico. Para ello contacté a mi amigo Irving de la red de “Mochileros en México” y decidimos hacer este viaje al interior de la tierra, a continuación, te contaré como estuvo:
Partiendo de la capital, Chilpancingo, es posible llegar en transporte público a Colotipla, este es el pueblo más cercano a las grutas. Partimos en transporte público, pero, antes de salir, compramos unos snacks para el camino, como nuestra política es consumir local, compramos empanadas de camote y calabaza en el mercado, si tienes chance, llega por unas, ¡están deliciosas!
Colotipla, está a solo 52 kilómetros de Chilpancingo, allí, ya nos esperaba nuestro guía con todo lo necesario para nuestro recorrido. El camino está pavimentado, y encontrarás la entrada a unos 7 kilómetros más adelante, dentro de la reserva Parque Natural de Juxtlahuaca.
La entrada a estas cuevas está muy bien protegida por rejas que la conservan a un modo muy al natural, que la diferencia de otras grutas ya muy exploradas.
Tuvimos dificultad para acceder, puesto que la visión no se terminaba de acostumbrar a la oscuridad, cuando de pronto, empezamos a escuchar esos chillidos característicos de murciélagos. Jamás había visto tantos juntos, revoloteaban alrededor nuestro y en serio que debes controlar tus nervios, pues es tal cantidad, que pareciera estar en un enjambre gigante, con sus paredes de estalactitas y estalagmitas.
A medida que avanzas por los corredores, sientes que chocaran contra tu rostro, tanto que te llegar a ciscar “quieras que no”, te salen reflejos de boxeador, pero no chocan, su avanzado radar hace que eviten los obstáculos magníficamente.
Las grutas, son en realidad un sitio arqueológico, ya que en varias de sus cámaras se encuentran restos óseos humanos, integrados ya en la roca, inclusive, puedes ver un cráneo ya invadido por calcita. Pero eso no es todo, aproximadamente a 1300 metros a partir de la superficie, viene lo bueno. En una de sus paredes está un gran mural de un guerrero olmeca, estas pinturas datan del 1200 a.C., lo cual les da un valor incalculable, se piensa que son los primeros rastros de actividad pictórica, que se desarrollaron en Mesoamérica, en un área que no forma parte del territorio maya.
Aproximadamente, 100 metros más hacia abajo, encontrarás un jaguar pintado en una estalagmita, orientado frente a él, tiene a la serpiente emplumada. Me dejó impresionado el grado de conservación con que se han preservado estos murales a lo largo de estos años.
Nuestro recorrido continuó algunos cientos de metros más abajo, el guía nos contaba los detalles sobre las actividades de exploración de dicha cueva, ha habido sesiones de hasta 3 días para alcanzar el final de ella. Algunas formaciones tienen figuras curiosas y una de ellas, el guía la hizo sonar tipo teponaxtle.
A medida que continuas dentro de la gruta, el aire se va enrareciendo y te cuesta más trabajo respirar, pues la cantidad de oxígeno disminuye notablemente, aunado a eso, el grado de humedad se siente muy sofocante, pero… Allá abajo hay un lago, imagínatelo así, un pequeño lago entre estalagmitas, de agua fresca y cristalina, obviamente nos pegamos un chapuzón que nos cayó de maravilla.
En otra de las salas, puedes observar cristales de aragonita, que simulan bellísimas y brillantes flores de cristal. Ese día, recorrimos más de 5,200 metros, en un tiempo aproximado de cinco horas y media.
Al final, una serpiente mazacuata fue quien cerró con broche de oro al ver como cazaba algunos murciélagos.
Terminamos exhaustos, pero ¡bien felices!
¡Hasta la próxima y buenos viajes!
#InPerfecto
