#InPerfecciones
Es de grandes hacer las paces con los enemigos y llegar a acuerdos que permitan alimentar a la democracia y hacer grande al país, me pregunto si además de desayunar intercambiaron tips de belleza.
Carlos Rosas C.
¿Alguno de ustedes, respetables y muy estimados lectores tuvo en su haber algún capítulo de bronca escolar?, Si, uno de esos agarrones llenos de rencor contra uno de esos compañeros antipáticos que seguramente merecía una lección a punta de zapes, un enemigo natural o rival de amores – ¿porque por calificaciones nadie se pelea? ¿O si?-.
Y bien, después del agarrón de campeonato, los insultos, amenazas y demás exhibición de buenas y brabuconas maneras ¿Cuántos de ustedes y sus antagónicos terminaron siendo amigos?.
Nada como un final feliz después de la refriega para terminar con la incertidumbre donde nos encontrábamos instalados por el incierto destino que le deparaba al ex candidato del PRI José Antonio Meade Kuribreña que se ve que la “depre” le pegó cañón después del 1° de Julio porque un cambio radical de “look” es el inicio para una sana recuperación emocional, igual que ir de compras o refugiarse en el alcohol y las drogas – todas muy terapéuticas-, y dejarse la barba para remasterizarse y dar una imagen más madura y contundente es digna de “tuneame al ex candidato”.
Volviendo al final feliz y ya hablando seriamente de estrategia, para que dejaran de estar “chingando” con el tema de Bartlett, López Obrador se aventó un pase de prestidigitación política y alta civilidad al invitar a desayunar a Meade Kuribreña a su casa y darse un buen apretón de manos como los grandes amigos -y que digo amigos, “hermanos”- que ahora son, para hacerle honor al discurso de la reconciliación amorosa entre miembros del gremio político nacional porque es mejor tener amigos “decentes” y “honestos” que ex contrincantes deprimidos “decentes” y “honestos”, como ahora califica López Obrador al señor Kuribreña.
El tema por supuesto que causa revuelo nuevamente entre propios y extraños ya que nuevamente la sorpresa proviene de las acciones del ya casi presidente electo que ha manejado los tiempos y los actos con cierto grado de pericia exaltando los ánimos y enfrentando la avalancha de críticas con mucha calma, incluso podríamos acusarlo de exceso de confianza sin embargo la lectura que debe hacerse de estos movimientos e incluso del cambio paulatino de imagen que López Obrador comienza a registrar es un mensaje al que en este momento hay que prestar atención porque muy probablemente con el paso de los días y acercándose al 1º de diciembre las acciones tomaran un rumbo importante de observar y que no tendrán nada que ver con un intercambio de tips de belleza durante un insignificante desayuno.
#InPerfecto