Editorial

… Y EN EL FEUDO DE GUANAJUATO.

#InPerfecciones

En Guanajuato como decía José Alfredo, la vida no vale nada, y para el monarca Alejandro Navarro, alcalde de Guanajuato, si llevas tus tortas y no gastas en su feudo el que no vale nada eres tu.

 

Carlos Rosas C.   

carlos.rc@inperfecto.com.mx

 

De esos recuerdos bonitos que tengo de la infancia son aquellos cuando papá y mamá se ponían de acuerdo para salir de paseo desde muy temprano hacia algún destino cercano a la ciudad y disfrutar de los aires provincianos alejados de la polución citadina, desde luego que lo más importante era tener perfectamente definido el itinerario, los gastos y desde luego la alimentación. Si era época decembrina las tortas de romeros con mole o de bacalao a la vizcaína nos hacían babear esperando la hora de sentarnos en algún parque a degustar de esos alimentos -¿Quién de ustedes lectores disfrutaron de esa bonita y económica práctica?-

 

Alejandro Navarro Saldaña, actual alcalde de Guanajuato parece ser un muchacho de buena familia, con bonitas costumbres que seguramente le inculcaron debido a que proviene de una cuna privilegiada, pero tuvo una fuga cerebral o lo que coloquialmente se le conoce con la frase “se le fueron las cabras al monte” y dejó ver la “correcta” y muy “simpática” manera de fomentar el turismo para la histórica Guanajuato.

 

De la manera más educada Navarro Saldaña, aprovechó una entrevista mientras se ensuciaba los zapatos caminando por la calle, para señalar que de unas 55 mil personas que visitan Guanajuato muchos de esos pobretones no gastan y no generan riqueza, al contrario solamente generan basura, problemas de movilidad y para acabarla de amolar pos desgastan la ciudad, llegan en camión, traen su comida y se van en la noche sin dejar la derrama económica que requiere esta ciudad que desde ahora tendrá la tilde de elitista gracias al monarca de la estulticia que desea un perfil de visitante que gaste sus recursos para el bien de su feudo.

 

Posteriormente el niño bonito de Guanajuato se quiso adornar con un video donde se disculpó por sus poco atinadas declaraciones y lejos de arreglar la situación con sus rebuznos, logró dar cátedra de elitismo y descaro que probablemente aprendió en las escuelas donde cursó la maestría de sectarismo aplicado a la política, además de hacer el doctorado en despotismo exacerbado, así pues, aunque este remedo de alcalde haya salido con su pose mamila y su farsa de empatía para decir que no fue su intención ofender a nadie y que en su afán de defender el “bienestar de los guanajuatenses” puede no tener la razón, y que es su deseo que cualquier ciudadano de cualquier estatus social visite la ciudad para que se de un “quemón” de lo que es un feudo rico rodeado de tanto rancho pobretón que afea el paisaje.

 

A su señoría y serenísima alteza, Don Alejandro Navarro Saldaña, dueño del feudo de Guanajuato y sus momias, solo hay que recordarle que el estatus social del que tanto alardea, le ha hecho pasar un ridículo por exhibir el tamaño real de su disfuncional y elitista “inteligencia”, y como a cualquier edad se nota quien te educó, pues, mejor no preguntamos quienes fueron los responsables de tratar de domesticar semejante animal.

 

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