Editorial

LOS CASTIGADOS ESTUDIANTES

 

#InPerfecciones

 

Resulta que estudiar en México se ha convertido en una actividad de alto riesgo, no solo se tiene que lidiar con grupos de choque, también hay que sortear a las autoridades estudiantiles.

 

           Carlos Rosas C.   

carlos.rc@inperfecto.com.mx

 

Cuando se trata de tropezar con la misma piedra, México levanta la mano penosamente, una y otra vez hemos sido testigos de la manera tan poco conveniente con la que se trata y atiende a los estudiantes. Efectivamente somos los mejores a la hora de pecar de amnesia y lo peor es haber llegado al grado de la indiferencia ante hechos tan vergonzosos como el asesinato de estudiantes o el atropello de sus derechos.

 

Tenemos casos sumamente aberrantes de abuso, represión y desaparición hacia los estudiantes que nos dejan en una posición nefasta por el silencio y la escasa reprobación hacia las autoridades que se supone les compete observar el correcto desarrollo de la vida académica de lo que tienen el descaro de llamar “el futuro del país”.

 

A nuestros estudiantes los hemos encasillado en la figura de entes que únicamente deben dedicarse a cursar sus estudios sin derecho a protestar y manifestarse so pretexto que su obligación es estudiar y hasta que tengan un papel en la mano que no les garantiza ni el respeto ni un futuro seguro, hasta ese momento tendrán el derecho a protestar-si la autoridad se los permite-.

 

Encima de la estigmatización, los estudiantes, han tenido que soportar la escalada de violencia que los ha lastimado profundamente y lo peor es que incluso al interior de sus planteles tienen que lidiar con extorsionadores, golpeadores, violadores y con la insensibilidad del autoritario aparato que representan las autoridades escolares.

 

El caso de la UNAM donde los estudiantes que se manifestaban frente a la torre de rectoría el pasado 3 de septiembre, que fueron atacados por grupos porriles sin que la supuesta vigilancia del campus actuará para evitar dicho enfrentamiento, ha dejado un sentimiento de coraje en la comunidad estudiantil, que, ante la tibia respuesta del “rector” de la máxima casa de estudios que siendo testigo de la potencia del nivel de protesta y organización de más de treinta mil estudiantes reunidos para exigir sus derechos, no ha tenido la “delicadeza” de darles la cara y mostrar un poco de decencia, y que oculto detrás de  un raquítico comunicado y la expulsión de porros no deja para nada resuelta la situación estudiantil que comenzó a tomar fuerza ante los ojos displicentes de las autoridades no solo de la universidad, sino también de las autoridades locales que se echan la bolita de la responsabilidad.

 

El abandono y el maltrato al que han sido sometidos los estudiantes no solo en materia de seguridad sino también en materia de contenidos y calidad educativa ha movilizado a los muchachos que necesitan del apoyo moral y activo de la sociedad civil para conseguir lo que por derecho les corresponde muy a pesar de quienes histéricamente piensan que los estudiantes solo deben dedicarse a estudiar.

 

#InPerfecto