Editorial

¿CELEBRACIÓN?

#InPerfecciones
El significado ideológico del “bailongo” del próximo 1 de julio no es la mera celebración-informe, tiene más cara de arranque de campaña que otro cosa.

 

Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C  
carlos.rc@inperfecto.com.mx

 

Esa pésima y constante costumbre de perder se encuentra profundamente enraizada en el subconsciente nacional, y no cabe duda que cuando se obtiene una “victoria”, no se pierde la oportunidad de prolongar la sensación inenarrable que da el ganar, y obviamente a nadie agrada que le descalifiquen sus logros a pesar de que sean temas viejos y que ideológicamente deban superarse para dar el paso siguiente.

 

Hace un año la expectativa se encontraba al máximo, ya las campañas electorales solamente hacían su labor desde lo oscuro para seguir atrayendo votos a su molino, ciertamente a estas alturas del partido la decisión de mucha gente ya estaba tomada, y los resultados solo serían cuestión de tiempo durante la jornada del domingo 1 de julio que ya todos conocemos.

 

A un año de lo que en materia estadística en un ejercicio electoral que arrojó números nunca antes vistos y que modificaron la cara de la conformación política nacional, hemos sido testigos de una transición que se basó en la difusión ideológica de un concepto que se autoproclamó como “la Cuarta Transformación” y que puso en el centro de la atención a los menos favorecidos –primero los pobres- con una serie de ofrecimientos que se convirtieron en programas sociales que a la postre aseguran una cuota electoral que piensa en las elecciones intermedias del 2021. 

 

La ideología de la 4T ha permeado en el ideario nacional en dos ámbitos que fueron fomentados por un discurso que trazó en la mesa política y social una línea divisoria que señaló como enemigos la regeneración nacional a quién no se encontrara ceñido al discurso ni a las acciones emanadas del Presidente y sus “huestes”, el empoderamiento ideológico y monetario de los menos afortunados no solamente se convierte en el pertrecho de la difusión y defensa de las políticas sociales del gobierno, se convierte en la carne de cañón electoral.

 

Sin embargo, no podemos decir que la campaña electoral del ganador del año pasado terminó el 1 de julio en la noche con el anuncio de victoria, al contrario, la campaña se prolongó durante todo un año, se convirtió en la mañanera, en las votaciones a mano alzada, en el señalamiento de la prensa “fifí”, neoliberales y conservadores etc. se convirtió en el movimiento estratégico de la consulta para la revocación de mandato que amaga con incidir en las elecciones intermedias, no, la campaña no terminó, el “bailongo” del próximo 1 de julio no es una celebración, al contrario, es el arranque de campaña para el 2021, no se requiere mucha ciencia para saberlo, lo que importa es el adoctrinamiento. 

 

  

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