#InPerfecciones
El pueblo de Bolivia se volcó a la calles, estaba feliz y emocionado, su voluntad fue respetada y no sólo eso, el presidente Evo Morales renunció, aparentemente, para que se convoque a nuevas elecciones.
Firenze Genis
firenze.genis@inperfecto.com.mx
El pueblo de Bolivia se volcó a la calles, estaba feliz y emocionado, su voluntad fue respetada y no sólo eso, el presidente Evo Morales renunció, aparentemente, para que se convoque a nuevas elecciones.
Dicen que es golpe de Estado, otros que la voluntad popular fue escuchada, lo cierto es que se sacudieron a Evo Morales, aquel atractivo indígena que llegó y puso los ojos del mundo en su gobierno. Uno de sus distintivos: se reeligió en tres ocasiones, demasiados años en el poder.
Hay un desgaste cuando se permanece al frente de un gobierno y se empiezan a presentar brotes de inconformidad y hartazgo, el pueblo se cansa de escuchar mentiras, promesas falsas y proyectos fallidos.
Aquí cabe aquello de que cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar. Lo digo porque no se puede engañar eternamente ni imponer por siempre, hay leyes naturales, como son el respeto y la palabra que se deben dar y honrar.
Evo asumió el poder en enero de 2006. Habrá quienes digan que no lo quisieron por no ser blanco, por ser socialista, etcétera.
Lo ocurrido es consecuencia de un prolongado mandato de 13 años. Sea bueno, regular o malo, blanco, indígena o negro, socialista o de ultra derecha, no hay pueblo que resista a un presidente que movió las leyes para poder reelegirse más de dos veces.
Y sí, sí hay pueblos que resisten, con sufrimiento y cansancio, dirigentes que se perpetúan en el poder. En América del Sur tenemos un ejemplo en Venezuela: Maduro debe pensar ya en retirarse, en irse antes de que se le obligue a hacerlo de manera violenta.
El mundo está viviendo una época convulsa y extraña. Lo que fue no es ahora vigente, lo que está debe cambiar, y me pregunto si nuestro Presidente López Obrador, de marcada tendencia socialista, buscará tener otro periodo como lo hizo el gobernador Jaime Bonilla Valdez, de Baja California, quien desde el inicio de su gestión logró que en lugar de dos fuera de cinco años.
Espero al tiempo para ver lo que va ocurriendo y sacar las notas escritas para compararlas con la realidad.
De vuelta a Bolivia, un número importante de sus habitantes ahora sí están felices, lo apreciamos en las diversas fotografías y tomas en directo que nos llegan. Esperaron y aguantaron. Por eso ahora cabe el refrán “El que ríe al último ríe mejor”, y seguramente habrá también descontentos.
La Voz de la Calle