Editorial

¿QUÉ TAN LIBRES SOMOS?

#InPerfecciones
“No podemos ser ajenos al hecho de que la libertad al ser un concepto, se encuentra sujeto a la interpretación”

 

 

Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx

 

La historia oficial -la que nos enseñaron en la escuela-, relata de manera épica el Movimiento de Independencia impulsado por el cura Miguel Hidalgo y Costilla; colaboradores, fechas memorables, motivos, resultados y la relevante herencia que trasciende hasta nuestros días forman parte de una narrativa nostálgica enclavada en una época llena de héroes, qué, según cuenta la leyenda, nos dieron patria y libertad. Ideológicamente desenvolverse en un país donde el concepto de libertad tiene tanto arraigo aderezado con poderosos simbolismos elevados al nivel de lo sagrado despierta un sentimiento de orgullo que se expresa de muchas maneras, actualmente resulta inconcebible pensar en conceptos como el sometimiento, la esclavitud o la servidumbre, porque estamos realmente convencidos que México es un paraíso de libertades.

 

La manera en como ejercemos nuestra libertad, dice mucho de nosotros, las diferentes visiones de la misma representan niveles de entendimiento y apropiación del concepto, qué,  llevado a la cotidianeidad, se manifiesta con las conductas del día a día en niveles que pueden ir desde el absurdo hasta lo más políticamente correcto, sin embargo, el concepto de libertad es tan amplio que puede llegar al extremo mas indeseable, el abuso e interpretación a modo del mismo tiene muchas aristas, que en teoría deben verse controladas por la ley, es decir, el ejercicio de la libertad se encuentra acotado y nadie debería olvidar que ese ejercicio tiene un límite.

 

No podemos ser ajenos al hecho de que la libertad al ser un concepto se encuentra sujeto a la interpretación que muchas veces se utiliza en menoscabo de la propiedad o los derechos de otros, podemos jactarnos de vivir en un país libre porque en teoría a nadie se le obliga a hacer algo en contra de su voluntad o a no dedicarse a lo que mejor convenga a sus intereses, pero tristemente, podemos darnos cuenta de que no es así, la distancia entre la teoría y la práctica de hecho es muy dramática y tiene mucho que ver con aspectos como la desigualdad y la pobreza, aspectos que hace 213 años tambien se buscó erradicar, pero resulta que la mítica narrativa independentista no puede cubrir lo evidente, podemos ser tan libres como nos lo permite el estatus económico, podemos acceder a la justicia de mejor manera cuando las posibilidades económicas se presentan holgadas y así, podemos seguir enumerando aspectos como la educación, la seguridad y hasta la diversión; podemos reflexionar si el menor que vende dulces o limpia parabrisas en los cruceros viales es tan libre como el asalariado que apenas y se detiene a verle inmerso en el bullicio de urbe, ese mismo asalariado puede preguntarse si la libertad de la que tanto se enorgullece le es suficiente al pensar en lo que tiene que sacrificar cubriendo pesadas jornadas de trabajo por un sueldo que al final no le alcanza para cubrir todas las necesidades propias o las de su familia.

 

¿Y que decir del fanático radical que rinde pleitesía a corrientes ideológicas inmersas en la política? Su libertad se encuentra sujeta a lo que el capricho o la orden de un líder casi espiritual le dictan porque es mas fácil obedecer a cambio de algún tipo de prebenda, porque parece más sencillo soportar el inclemente clima en mítines donde solo tiene que aplaudir y hacer ruido; ese tipo de esclavitud parece más indigna porque tiene que ver con la entrega incondicional de la voluntad y que permea a cualquier nivel social, la pregunta es entonces ¿qué tan libres somos? ¿qué tan libres somos si nos encontramos sujetos a las decisiones de pequeñas cúpulas de poder? ¿qué tan libres somos si de los errores de esas cúpulas depende nuestra estabilidad social, económica y hasta emocional? ¿qué tan libres somos en comparativo con las libertades que se toman esas cúpulas de poder para darse el lujo que muchos no pueden darse?, estas preguntas contrastan con esa narrativa épica de la historia oficial aprendida en la escuela, porque en 213 años de supuesta libertad, México pasó de servir a la Corona Española a servir a un grupo de libertarios que fueron enquistándose y heredando el poder para repercutir un tipo de esclavitud barnizada de derechos que solo se respetan en función del estatus social, al final del día, seguimos padeciendo hambre, pobreza, injusticia, abuso, inseguridad, indigencia, analfabetismo, etcétera.

 

Podemos celebrar si, podemos sentir orgullo y ferviente fe por la libertad que gozamos, sin embargo, debemos admitir que esa libertad invocada la noche del 15 de septiembre de 1810 es una libertad inacabada, trunca, limitada y pueril, el concepto debe comprenderse más allá de gritos y verbenas porque resulta contradictorio celebrar algo que no se ha conseguido para todos, quizá por eso a la clase política le parece tan importante llevar a cabo los rituales de celebración de la libertad, quizá solo han estado celebrando su libertad todo este tiempo.

 

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