#InPerfecciones
“La democracia es el destino de la humanidad; la libertad su brazo indestructible” – B. Juárez.
Pablo Ricardo Rivera Tejeda / @PabloRiveraRT
pricardo.rivera@gmail.com
La política es compleja, de eso no cabe duda. En la Antiguedad, los políticos y filósofos griegos la describían como un arte y por tanto, un quehacer propio del ser humano. Sin embargo, sería interesante regresar al tiempo de las polis griegas para entender cómo es que hacían política y llegar a tal grado de idealizar a ésta, o al menos tratarla con una perspectiva distinta lo que hoy vemos, de hecho, lo que se vivió este pasado domingo.
El proyecto de reforma al INE ha sido, en días recientes, uno de los más discutidos en todos los ámbitos; desde los políticos, hasta los ciudadanos de a pie que tienen interes por el rumbo político del país. Es cierto que he abordado este tema en varias ocasiones, pero creo que lo amerita por la relevancia que implica.
Hace unas semanas se llevó a cabo la marcha “en defensa del INE”, siendo que ésta resultó una prueba fehaciente de la unión que los mexicanos –sin importar su clase social o preferencia política– pueden tener cuando se busca defender las instituciones que protegen el sistema democrático en el que vivimos. Claro es que el INE tiene más de un defecto, es, como se ha dicho en un sinfin de ocasiones, un proyecto perfectible. Sin embargo, esto no pareció importarle a López Obrador y sus simpatizantes, quienes cegados por el poder y el rencor denostaron la movilización, siendo que incluso el Presidente convocó a hacer una marcha –sin tema aparente más que recelo– el pasado fin de semana para demostrar el “poder del pueblo bueno”.
Es curioso cómo la demagogia y el populismo pueden llegar a tener un impacto tan apabullante. No tiene sentido negar, –como algunos personajes odiadores de AMLO–, que la marcha fue una de las más concurridas en la historia reciente del país. La imagen López Obrador quedó casi divinizadada al caminar entre sus fieles como mesías prometido por cielos. Pero, ¿verdaderamente fue una marcha que fue únicamente motivada por el amor de los mexicanos hacia sus gobernantes?
No lo creo.
Hoy, no es un secreto que días previos a la marcha, una gran cantidad de personas fueron forzadas a participar en la movilización so pena de perder su trabajo. Asimismo, otros cobraron una buena cuota para ir felizmente a marchar el domingo, y unos más aprovecharon las tortas y los frutsis que regalaron en el Zócalo de la Ciudad. Seamos sinceros, no es de extrañarse que haya habido tal manipulación, pues bien conocemos el manejo del gobierno. Ahora bien, hay que dejar en claro que una gran cantidad de personas asistieron por mera convicción, sería irrisorio negarlo, pero de nuevo, ¿en favor de qué?
No me queda nada más que decir que la marcha del pasado domingo es una clara muestra del nivel político que tenemos en el país. Los temas de importancia se tratan con competencias de quién logró “acarrear” una mayor cantidad de personas o de la fuerza del pueblo. Lo cierto es que López Obrador no ha hecho más que odiar y decidir con las entrañas y no con la cabeza. Quien no lo apoya es su enemigo, y quien lo defiende no peca de mal alguno. ¿Cómo puede ser que lleguemos a tal punto en el que ciertamente ya no se hacen marchas por causas justas, sino simplemente para fortalecer el poder de uno en favor de sí mismo?
No dejemos de interesarnos por lo que pasa en el país, ya que tú y yo, que podríamos parecer insignificantes, somos quienes pueden defender las bases de la democracia, paz y libertad en México. No nos dejemos engañar por mera conveniencia apoyando las muecasde alguien que ha demostrado una enfermedad incurable por el control, y seamos al igual que el INE, un contrapeso congruente con el bien de todos.
Con respecto a lo que escribía en un inicio, sería curioso ver cómo alguien asincrónico a nuestro presente calificaría a la política, una que se dicta desde una palacio, cegada por las emociones y buscando siempre apartar todo impedimento para los caprichos del trono.
