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Ensayo: El Rey del inframundo: Máscara de Muerte

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“… uno de ellos se diferencia del resto: su nombre Máscara de Muerte

 

 

Luis Ricardo Sandoval / @LuisRSandoval5
luizandcar18@gmail.com 

 

De acuerdo a la mitología Griega, la constelación del cangrejo, supongo que violinista por las imágenes que he visto, fue honrada por Hera gracias a su valentía y sacrificio. De acuerdo al mito, dicho animal era uno de los “secuaces” de la propia Hera, ya que mientras el animal de múltiples cabezas luchaba contra Hércules, el cangrejo llegó, por orden de la esposa de Zeus, y con sus pinzas picaba las piernas del semi dios. 

 

Hércules, molesto por la distracción del animal marino, lo pisó, como uno hace con un bicho rastrero después de asustarnos. Fue gracias a este sacrificio, que Hera recompensó al cangrejo con un lugar especial, en la galaxia con el plus de que su nombre será inmortalizado. Así fue como nació la constelación de cáncer. Desde entonces, dicha constelación mora, débil y pequeña, entre las constelaciones de Géminis al oeste y la de Leo al este.

 

Si bien, esa parte del mito ayuda a saber el origen de dicha constelación, los cangrejos moran también en el lecho marino. En aquel lugar profundo y oscuro, cada cangrejo se vuelve una especie de mensajero del inframundo, solo que uno de ellos se diferencia del resto: su nombre Máscara de Muerte. La pregunta es si busca venganza sobre lo ocurrido en el mito. Vive a 30 centímetros, dicha medida, aunque mínima para nosotros, para el cangrejo es la entrada al inframundo, como se acaba de mencionar. Ese lugar que, de acuerdo a la tradición religiosa, es frío, lúgubre, húmedo, oscuro y, de acuerdo a mi abuelita, en paz descanse “olvidado por Dios”.

 

Retomando brevemente su aspecto físico, el caparazón protege su parte más blanda, su interior. Es hermoso. Camina horizontalmente; se dice que un paso adelante y dos hacia atrás. No se sabe en lo que piensa, parece que es un ser inmortal. Sus ocho patas le dan estabilidad y si llegase a perder una en algún enfrentamiento, la recupera en la siguiente muda. Con su gran pinza, como el cangrejo violinista que es Máscara de Muerte, le toca armoniosas melodías a su acompañante. 

 

El violín de Máscara de Muerte es más grande, muestra su ego y su potencia física y sexual y su confianza en sí mismo. Él trata de atraer a su pareja por medio de la música que produce su instrumento. Es un animal nocturno y gregario. Dentro de su pequeña comunidad, todos los cangrejos no sobresalen y si alguien se le ocurre hacerlo, lo regresan al fondo de la cubeta, incluyendo a Máscara de Muerte. 

 

El sarcasmo y la ironía son características del cangrejo violinista llamado Máscara de Muerte. Es muy sádico dentro del campo de batalla pero al mismo tiempo es también muy intuitivo. Al predecir las mareas puede saber si habrá problemas o no, pero eso no quita su más grande contradicción: a pesar de conocer con antelación lo que va a ocurrir se vuelve impulsivo si las cosas no van a su favor. Hay casos en los que cuando va perdiendo contra una gaviota, prefiere engañar a su rival y soltar la pinza para así salvarse. A esto no le da importancia porque sabe que le va a crecer otra más fuerte que la anterior. Pero sin una pinza, usa su astucia y aprovecha la más mínima oportunidad para engañar a sus oponentes o depredadores y asestar un golpe que aturda y huir para recuperarse. 

 

Desprecia la vida. Puede acabar muy fácilmente a enemigos físicos como espirituales.

Desde que nace busca enfrentarse a la muerte. Le atrae. Pero, ¿de dónde viene tal obsesión entre la vida y la muerte? hay un par de teorías que más adelante trataré de responder. La primera es que sí busca venganza contra aquella persona que lo pisó como a un bicho rastrero. Dicho motivo le inspira a no dejarse ganar por nadie más, usando cualquier medio y artimaña a su favor como se mencionó en párrafos anteriores.

 

La segunda es un poco más profunda que la venganza: le gusta presumir de sus victorias. No tiene remordimiento alguno y exhibe a sus víctimas como si fueran trofeos. Solo que es una fachada, algo que se ve a primera vista para ocultar sus heridas, echar la rabia que le carcome por dentro. Puede pasar que malentienda un acto de cariño como uno para lastimarlo, palabras que se dicen a sus espaldas, censura como un veneno que yace dentro y que sale con palabras hirientes para los demás y con mentiras sin fundamento.

 

El semblante que los demás tienen para con Máscara de Muerte es una daga en el corazón, pero el rostro del otro es demasiado hermoso, contradictorio, viejo y joven al mismo tiempo. Quiere para sí dicho placer de tener su museo personal, de ahí, su gusto por dichos trofeos que le costaron mucho conseguir.

 

Ya lo dice William Hazlitt en su ensayo El placer de odiar: “De todo nos cansamos, menos de poner en ridículo a nuestro prójimo y congratularnos de sus deficiencias.”.

 

Una debilidad procede de ser traidor e ir en contra de la moral. Proteger la puerta al inframundo lo ha llenado de mucha arrogancia. Se burla en la cara de sus oponentes, goza, aunque por dentro no quiera hacerlo. Se gana el respeto con base a su fuerza. Sabe que ese no es el camino, pero es el único que conoce.

 

Cree en la superstición. El número cuatro, como en la tradición oriental está asociada al inframundo, a la muerte, a la desgracia, está en sus costados como patas filosas que encaminan a los muertos a su próximo destino. Ese número maldito en las culturas orientales. 

 

Aunque haya animales más aptos y agradables como los perros, el cangrejo Máscara de Muerte puede entrar y salir con mucha facilidad del mundo espiritual. En cierta medida me hace recordar al famoso cuento del flautista de Hamelin. Pero la mayor diferencia es que no hay flauta, sino un violín que es el instrumento donde lleva a las almas a que sean juzgadas.

 

Retomando el inicio del texto, cambio la pregunta a qué fue lo que sintió Hércules al ver a dicho animal rastrero acercarse. ¿Le habrá dado asco?, porque independientemente de que sea un semi dios, la parte humana le dicta que debe temer, sentir repugnancia a lo desconocido, a un insecto que no tiene el mismo valor ni el raciocinio que él. Un bicho infeliz al que pudiera no tenerle en buena o mala fe, sino que es un movimiento natural de todas las personas aplastar un insecto, ya sea una mosca, una araña, etc., para sentirnos con ese placer, con ese poder momentáneo, sin importar si fue un acto reflejo o algo irracional y bárbaro. 

 

La parte humana en ese caso nos dicta que debemos ser racionales y no impulsivos, que nuestro espíritu viva sin ser doblegado, a ocultar lo que sentimos. Por otra parte, preferimos ver a un accidentado en una moto, bajar la velocidad del auto para ver la desgracia del pobre desafortunado, mover la cabeza de impresión y vanagloriarnos de que no fuéramos nosotros el centro de aquel espectáculo de horror. 

 

Estoy seguro que Hércules, después de haber pisado al animal marino, lo observó, aunque fuera por unos segundos antes de proseguir con su lucha contra la hidra, sintiéndose orgulloso de su persona, la adrenalina le corrió más rápido por todo su cuerpo.

 

Regresando a la cuestión de enemigos es un tema que, por ejemplo, dentro de una serie de animación japonesa muy popular en el mundo como lo es la serie Los Caballeros del Zodiaco en su versión Next Dimension (Saint Seiya Next Dimension), Shun de Andrómeda, menciona algo interesante sobre este cangrejo en específico y su relación con la muerte: 

 

Dentro de los Doce Templos, el Templo del Gran Cangrejo es el más cercano al Inframundo. En el oriente creían que el aura de los muertos emergía de la aglomeración de estrellas del Pesebre, las cuatro estrellas que brillan dentro de la constelación de Cáncer. La llamaban también la aglomeración de los espíritus de los muertos. La Constelación de Cáncer es el lugar donde los muertos se juntan. Es la entrada al Inframundo.

 

Y continúa el mismo personaje: En el futuro donde yo luché anteriormente, el guardián del Templo del Gran Cangrejo era un Santo de Oro tenebroso que manipulaba las aglomeraciones de los espíritus de los muertos.

 

Para terminar, tal vez la venganza no sea contra Hércules y su sustituto sean las almas de aquellos que han perdido en batalla. Lo que se sabe hasta ahora es que el cangrejo sostiene la vida y la muerte sobre su duro caparazón, similar a la tortuga que carga al mundo y no deja escapar a nadie mientras su violín toca los compases que te llevan en un viaje sin retorno.

 

¡Hasta la próxima!

 

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