#InPerfecciones
Desconocemos el número exacto de las personas que se encuentran en situación de calle, pero lo que sí sabemos es que el trabajo de las instituciones es insuficiente e incompetente.
Ricardo Sámano / @samano_O
ricromsam@gmail.com
Casi se cumple un año desde que empecé a involucrarme con personas en situación de calle, al principio desconocía todas las problemáticas a las que se enfrentan, sin embargo, con todo lo que he observado y me han enseñado a lo largo de este tiempo ahora puedo sentarme a escribir un breve resumen sobre la crisis que se vive en las calles.
De acuerdo al diagnóstico situacional de las poblaciones callejeras 2017-2018 de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), tan sólo en la Ciudad de México se calcula que hay un total de 6754 personas en situación de calle y el último censo del INEGI llevado a cabo en 2020, menciona que sólo hay 1200 personas habitando en la vía pública: pero distintas organizaciones de la sociedad civil coinciden en un aumento de personas en situación de calle como consecuencia de la pandemia por Covid-19.
Desconocemos el número exacto de las personas que se encuentran en situación de calle, pero lo que sí sabemos es que el trabajo de las instituciones es insuficiente e incompetente.
Recientemente acompañé a Eduardo a un albergue que pertenece a la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (SIBISO), ubicado en la colonia Viaducto Piedad. Mientras esperamos una hora o más para que el trabajador social nos recibiera, observé que de las instalaciones salían hombres con cubetas vacías y regresaban cargándolas llenas de agua, así descubrí que no tenían el líquido esencial en el albergue. Una mujer que estaba sentada a escasos metros de nosotros, y quien se encontraba bajo los efectos de las drogas, gritaba que adentro estaba peor que en el reclusorio, no había agua y la comida no alcanzaba.
Después de un largo tiempo de espera el trabajador social recibió a Eduardo a mí me reprendió por darle acompañamiento, advirtiendo que para la próxima él debería acudir solo. En esa ocasión solo me tocó ver un poco de lo que viven en ese espacio, pero he escuchado historias sobre violaciones de derechos humanos, lo cual sucede muy frecuentemente con estos grupos. Tal es el caso de la alcaldía Cuauhtémoc, donde se realizan “operativos” para quitarle sus pertenencias a las personas que duermen en la vía pública, en dichas acciones acuden trabajadores de la alcaldía junto con cuerpos policiacos para ejercer violencia a quien se resista.
De acuerdo al protocolo interinstitucional de atención integral a personas que viven en situación de calle en la Ciudad de México, se prohíbe que se realice limpieza social ya que vulnera y violenta los derechos humanos de poblaciones callejeras; además, no sólo se indica que deben de recibir atención de salud oportuna y apropiada, sino que también deben de tener acceso al agua limpia y potable y a condiciones sanitarias adecuadas, ya que son unos de los principales factores determinantes de la salud, lo cual no sucede en el albergue ubicado en Viaducto.
Otro de los temas que más afecta a poblaciones callejeras son las infecciones de transmisión sexual.
El porcentaje de personas en situación de calle viviendo con alguna ETS es muy alto, sin embargo, no hay un programa específico por parte del gobierno para prevención y detección, además de darles un acompañamiento para que reciban un trato digno, un tratamiento adecuado y posterior seguimiento; todo esto con la finalidad de que evitar se sigan transmitiendo infecciones entre estos grupos que muchas veces les es negado el acceso a servicios de salud, además de evitar muertes que por los avances tecnológicos en la medicina y la prevención no deben de ocurrir.
Es una crisis la que viven las personas que se encuentran en situación de calle, pero es una crisis que no sólo le compete a los gobiernos, sino a toda la sociedad.
