#Editorial
Marzo 27, 2018
Carlos Rosas C.
carlos.rc@inperfecto.com.mx
Hace ya mucho tiempo que no asisto a una función de lucha libre donde es posible liberar a punta de gritos e improperios la frustración y enojo contenidos, terapéuticamente debería ser un tratamiento recomendado que nos evitaría muchos desaguisados a lo largo de la semana o del mes, no estoy muy seguro pero es muy probable que este científicamente comprobado que la baja producción de bilis es saludable para el organismo, pero de lo que si estoy seguro es que parte de esa tan anhelada salud se encuentra en la diversión.
21 de marzo de 2018, vaya que causo revuelo la entrevista que Milenio llevo a cabo con el candidato de juntos haremos historia Andrés Manuel López Obrador que tuvo a bien darse un tiempo para enfrentarse a las joyas en materia de opinión de este diario, Carlos Marín, Héctor Aguilar Camín, Juan Pablo Becerra, Carlos Puig, Jesús Silva Herzog Márquez y Azucena Uresti, y no es necesario para los que no han tenido la oportunidad de deleitarse con este gran ejercicio del periodismo nacional esforzarse para advertir el tono de carnicería que tuvo la dichosa entrevista.
No es necesario analizar a profundidad el desempeño del candidato de juntos hagamos historia porque es algo que se ha dado en lo subsecuente en todos lados y no hay mucho que agregar al discurso con el que se ha caracterizado a ultimas fechas que si bien tiene algunos matices de una claridad extraordinaria no deja de tener una parsimonia que pone a prueba la paciencia de cualquiera, y en ese sentido es importante reconocer la calma sobrehumana que demostró porque mantenerla frente a seis mercenarios dispuestos a destazarte vaya que es digno de aplaudirse.
Si hacemos una disección cuidadosa de la entrevista y ponemos por un lado los cuestionamientos periodísticos, por otro las respuestas de López Obrador, y en otro las rabietas y estertores del señor Carlos Marín obtendremos detalles muy reveladores de la línea que cada periodista guarda en similitud con el discurso del gobierno ya que por ejemplo si al tocar temas como la reforma energética, educativa y seguridad donde la exposición de argumentos en favor de las reformas estructurales quedo sepultada tras la constante descalificación, sin embargo, de estos ejemplos hay que poner mucha atención en la postura sectaria y elitista de estos periodistas cuando opinan sobre de la educación en México, porque dejan prueba de su corta y cuadrada visión ya que a sabiendas que el recorte al presupuesto educativo limita la apertura de más espacios educativos estos impedidos creen que a los estudiantes hay que hacinarlos en las escuelas existentes y pos así como, lo bueno es que se supone es gente muy estudiada y muy inteligentes, da mucha tranquilidad que estos “lideres de opinión” sean tan considerados y tan parecidos al gobierno.
Finalmente el protagonista termina siendo el señor Carlos Marín que comienza con una sonrisa retadora y a medida que se va desarrollando la entrevista comienza a desfigurarse y a echar espuma por la boca pero esa fue la parte divertida, la parte lamentable son los señalamientos que hace cuando muy molesto dice que el Presidente de la República no tiene por qué saber cuántos muertos van en su administración o señalar que en México tenemos un envidiable sistema de salud en el mundo o señalar que si todo esta mal pos hay que suicidarnos, hay que aplaudirle a este soberbio exponente del periodismo que vive en el mismo país de la fantasía que Enrique Peña Nieto tan carente de realidad y nada empático con las necesidades que su envidiable sistema de gobierno ha provocado.