Cultura

Jon Fosse, Nobel de literatura 2023

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“Detrás de lo evidente, hay un meticuloso proceso de selección.”

 

 

Ricardo Sandoval / @LuisRSandoval5
luizandcar18@gmail.com

Dos semanas después del nombramiento de Jon Fosse es que escribo esta columna. Pero antes de enfocarnos en este famoso escritor noruego, vamos a desviarnos (oportunamente) para hablar de los premios Nobel, la manera en que funcionan, la selección y si las nominaciones son públicas, es decir, si se saben los nombres de todos y cada uno de los nominados a dicha premiación anual.

Como se sabe, dicha premiación Nobel, ilumina a los logros que ayuden a la humanidad, tanto en la parte científica, como en la parte cultural. Solo que, detrás de lo evidente, hay un meticuloso proceso de selección.

El Comité Noruego del Nobel, se compone de cinco intelectuales, quienes fueron previamente seleccionados por el Parlamento de Noruega, son los mayores responsables de seleccionar, investigar y nominar a las personas elegidas de acuerdo con cada categoría. Dicha invitación se envía a los cinco elegidos cada mes de septiembre del año anterior a la nominación y tienen como fecha límite a finales del año en cuestión; (los elegidos y ganadores de este año 2023, fueron seleccionados desde el 2022).

No hay límite en las nominaciones y esto se ve en los casi 200 nombramientos otorgados para cada categoría. Una vez teniendo los nombres de los elegidos, empieza el proceso de eliminación: la evaluación de las propuestas. De los cinco elegidos, originalmente, y ya teniendo a cada uno de los nominados, se ramifican en el campo de experticia altamente calificados y sobre todo, con mucha reputación. Ellos revisan cada mérito, investigación, descubrimiento, esfuerzos de paz, avances médicos o económicos, etc.

Este nuevo grupo de expertos son de todas partes del mundo, haciendo que sea un proceso parcial. Aunque se sigan diversos criterios, como en el caso de las investigaciones científicas, son la originalidad y el impacto de la investigación, en el caso literario tiene mucho que ver con la obra, su calidad y la influencia cultural a nivel mundial.

Este grupo de expertos se reúnen varias veces para determinar la eliminación de los candidatos y acercarse más y más al ganador. Al tener una lista corta es cuando se envían de vuelta al Comité del Nobel para su evaluación final.

A lo largo de la larga historia que lleva entregándose el Nobel, solo tres personas lo han rechazado: Jean Paul Sartre, Le Duc Tho, militar vietnamita y el escritor ruso Boris Pasternak.

En el caso de Sartre, autor de La Nausea (1938), Crítica de la razón dialéctica (1960), se debió a que, muy consciente del impacto de sus palabras, fue que en 1964 envió una carta al comité del Nobel pidiendo que no lo tuvieran en cuenta,

a que, según decía “el contacto entre el hombre y la cultura debía ser directo y no mediado por ningún tipo de institución”. Además de creer que, si recibía dicho premio, su posición como filosofo seria inútil. Pero en un giro del destino, en ese mismo año fue declarado ganador del Nobel, porque su carta llegó con mucho retraso. Siguiendo su propia política, se declaró, al final, como vacante el premio de literatura de ese año, aunque eso no eximió al autor y filósofo de, posteriormente, exigir el dinero del premio Nobel.

Por su parte, Le Duc Tho, político, militar y revolucionario vietnamita, además de ser uno de los creadores del Partido Comunista de Indochina contra el gobierno de la entonces Vietnam del Sur. Cuando comenzó la Guerra de Vietnam, en 1960, Le Duc Tho, fue un ávido guerrillero. No fue sino hasta 1964, cuando Estados Unidos, buscando pacificar (como en Siria e Irak), intervino en el conflicto armado. En 1970, Le Duc Tho y Henry Kissinger se reunieron secretamente, hasta alcanzar el cese al fuego en 1973. De esta manera, fue que se le ofreció a Le Duc Tho, por su esfuerzo de poner fin a un conflicto armado en su país, el Premio Nobel de la Paz, rechazándolo al asegurar que en su país “seguía sin reinar la paz”. Henry Kissinger, en cambio, si lo aceptó.

Finalmente, el ruso Boris Pasternak se vio obligado a no aceptar el premio Nobel por presiones de la entonces Unión Soviética. Pasternak fue autor de una “pequeña” y reconocida obra llamada Doctor Zhivago. Dicha novela se ambientaba entre la Revolución Socialista de 1905 y la Segunda Guerra Mundial.

Fue gracias a Doctor Zhivago que se puso en la mira al gobierno ruso, quienes tomaron la decisión de prohibir dicha obra en todo su territorio, en cambio, fue nominado en 1958 y posteriormente resultó ganador. Emocionado, Pasternak escribió a la Academia Sueca agradecido por dicho honor. Solo que días después envió otra carta donde rechazaba tajantemente el premio: “Considerando el significado que este premio ha tomado en la sociedad a la que pertenezco, debo rechazar este premio inmerecido que se me ha concedido. Por favor, no tomen esto a mal.” (atentamente, niñita).

Finalmente, hay un secreto de Estado en la elección de los nominados, ya que estas se almacenan en un archivo cerrado, protegido por la Fundación Nobel, resguardando dicha vital información por 50 años. Es decir, tiene que pasar ese lapso para que se den a conocer a los nominados, ya que fue uno de lo que escribió Alfred Nobel en su testamento.

En vista de lo anterior, ahora si pasamos a Jon Fosse. Escritor y dramaturgo noruego, para 1983 publicó su primera novela Raudt, svart (rojo, negro). En 1994 escribió y publicó Og aldri skal vi skiljast (Y nunca nos separaremos).

Sus obras han sido traducidas a más de 40 idiomas, pues ha escrito novelas infantiles, cuentos, poesía obras de teatro, ensayos, etc. Al mismo tiempo es considerado como uno de los grandes escritores y dramaturgos contemporáneos. En una entrevista para el diario francés Le Monde en el año 2003, dijo: “No escribo sobre personajes en el sentido tradicional de la palabra. Escribo sobre la humanidad.”

¡Hasta la próxima!

 

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