Editorial

ECONOMÍA COLABORATIVA Y TURISMO.

#InPerfecciones
“El turismo colaborativo apoyado en la tecnología y las plataformas digitales, tiene la virtud de garantizar el uso más eficiente de los recursos a través de un mayor intercambio cultural.”

 

  

Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx

 

En materia de turismo; México representa uno de los destinos predilectos para los turistas de gran parte del mundo, a nivel nacional, la movilidad en este rubro también representa una derrama económica importante, vale la pena revisar los números que arroja el informe 2022 presentado por la Secretaría de Turismo, el reporte señaló que ingresaron al país 38.3 millones de turistas internacionales, lo que representó una recuperación del 85.1% en relación a lo registrado en 2019, es decir, 14.9% por debajo de lo registrado en ese año. El ingreso de divisas por concepto de turistas internacionales de enero a diciembre de 2022, fue de 26 mil 346.9 mdd, lo que significa un incremento del 17.9% en las divisas captadas durante el mismo periodo en 2019, cuando se captaron 22 mil 354 mdd.

 

Sin duda, la industria turística en México representa uno de los modelos de negocio más sólidos, qué, además impacta de manera significativa en la generación de empleos formales, el impacto económico llega a ser tan profundo, qué, incluso beneficia al sector informal dedicado al turismo; los números presentados por la Secretaría de Turismo, independientemente de tener un carácter oficialista no pueden tomarse a la ligera, sobre todo después de la contracción económica que sufrió el sector turístico durante la pandemia de Covid-19; no obstante, es importante no perder de vista que la industria turística ha mantenido un esquema en el que durante mucho tiempo ha sido controlado por cadenas dedicadas a este rubro, aspecto que si bien es positivo por el nivel en la calidad del servicio, ha experimentado un grado de afectación por el surgimiento de un modelo de negocio enfocado al sector turismo que ha respondido al intercambio de servicios entre particulares, derivado de una crisis económica y una creciente demanda de servicios turísticos que buscan experiencias de índole diversa, ya sea menos formal, más extrema o dicho sea de manera coloquial, más a ras del suelo.

 

Este fenómeno, no debería causar sorpresa ni molestia al sector turístico, puesto qué lo cierto es que socialmente el grado concientización en materia de colaboración entre particulares y la visibilidad del enfoque sustentable en pos del cuidado del medio ambiente se encuentra inserto en la narrativa mundial, la formalidad, el lujo y la comodidad que ofrecen las cadenas turísticas comienzan a remar contracorriente ante un fenómeno que económicamente surge a partir de una necesidad y se apuntala en un objetivo que se asume colectivamente.

 

Llanamente, la economía colaborativa aglutina actividades que implican el intercambio entre particulares de bienes y servicios a cambio de una compensación acordada con antelación, dichos bienes o servicios adquieren un valor de cambio a partir de una necesidad, dejan su condición de ociosidad para convertirse en activos generadores de ganancia, lo que antes estaba circunscrito al ámbito geográfico o familiar comenzó a diversificarse gracias al internet que hace posible establecer un contacto directo con cualquier lugar del mundo, es decir, la digitalización de la sociedad favoreció a ésta para hacerle frente a una crisis económica que vio nacer una nueva forma de consumo.

 

El turismo colaborativo apuntalado por la tecnología y las plataformas digitales con y sin fines de lucro, tiene la virtud de garantizar el uso más eficiente de los recursos a través de un mayor intercambio cultural entre quienes incursionan en este modelo de negocio; este fenómeno socioeconómico es digno de un estudio muy profundo de índole interdisciplinario, ya que no surge propiamente como un modelo de negocio orientado a la acumulación de capital de las grandes cadenas nacionales o trasnacionales, es decir, la reactivación económica de sectores afectados por una crisis económica se estructura a partir una serie de necesidades donde el costo-beneficio se mantiene de forma muy horizontal, servicios mucho más económicos que ofrecen nuevas experiencias que favorecen económicamente al consumidor y al prestador de servicios.

 

Ciertamente no todo es miel sobre hojuelas, la informalidad que prevalece en este sector que presta servicios turísticos ya sea de alojamiento, alimentos y bebidas, transporte, etcétera, se encuentra fuera de regulación legislativa y económica, aspecto que afecta de manera negativa al sector formal que acusa naturalmente prácticas desleales al no poder competir en igualdad de circunstancias, incluso se debe poner sobre la mesa el hecho de la falta de protección al consumidor derivado de la falta de regulación antes mencionada, en este sentido en fundamental que los prestadores de servicios fomenten su ingreso a la economía formal a través de la organización y la profesionalización de los servicios, al final del día la informalidad provoca más problemas que beneficios, sobre todo en materia de derechos y seguridad, sin embargo, por otro lado la falta de regulación de este sector tiene que ver con una falta de voluntad en materia de políticas gubernamentales, en principio para generar un escenario confiable y transparente que incentive la participación y la competencia leal entre prestadores de servicios turísticos.

 

Las economías colaborativas en materia de servicios turísticos representan una ventana de oportunidad para el análisis de un fenómeno que no solo se da en respuesta a la crisis económica, el fenómeno sociocultural que se da a través del intercambio directo entre particulares ha comenzado a generar una red de interconexiones de índole ideológico orientado al cuidado del medio ambiente con base en la sustentabilidad, dicha ventana de oportunidad se antoja muy positiva en respuesta a un modelo de producción y consumo capitalista orientado únicamente a la acumulación de ganancias, la identificación de este paradigma representa un desafío orientado a la reflexión y el análisis, sin duda hablar de colaboración en materia socioeconómica con miras en el desarrollo turístico tiene un potencial muy prometedor.      

 

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