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“Lo que llaman cuentos de hadas es una de las formas más grandes que ha dado la literatura, asociada erróneamente a la niñez”
Luis Ricardo Sandoval / @LuisRSandoval5
luizandcar18@gmail.com
El menosprecio al lector suele ser una de las maneras en que el canon literario hace las cosas. Se asume que una persona no letrada es estúpida y solo se deja llevar por instintos naturales y su capacidad racional es muy baja o prácticamente nula. De igual manera, se encuentra la literatura infantil. Esto es debido a que muchos críticos consideran que estos libros deben de contar con ciertos parámetros para “educar” a los infantes y jóvenes.
En cambio, otras posturas indican que son los mismos jóvenes y niños los que decidan a qué enfocarse. Independientemente de estas posturas, a este tipo de literatura no se le hace mucho caso. ¿Es porque somos los adultos los que terminamos dictaminando lo que los niños quieren?, ¿solemos ser los adultos los que escriban pensando en ese público final? En el caso de Harry Potter, se considera que entra en las categorías antes señaladas, además del hecho de ser libros muy directos, sin una trama muy profunda y personajes estereotipos.
Por supuesto, tenemos autores clásicos como Lewis Carrol y su obra más famosa Alicia en el País de las Maravillas. De igual manera con todos los libros que involucran a Sherlock Holmes pero no en su faceta enfrentando al doctor Moriarti, sino con sus jóvenes ayudantes, niños y niñas, que son los protagonistas de las historias y dejan al famoso detective como un personaje secundario. Los niños aprenden a su ritmo, son muy inteligentes, saben lo que quieren.
Regresando a Harry Potter, la historia inicia con Harry que vive con sus tíos abusivos. No sabe de su herencia como hijo de los mejores magos de Hogwarts, la academia mágica del Reino Unido, hasta que en el día de su cumpleaños número once es admitido en dicha academia por medio de una carta. En el viaje en tren con rumbo a Escocia, lugar donde se encuentra la escuela, se hace amigo de Ron Weasley, un chico pelirrojo con cara de pecas, algo bromista y, muy sarcástico, así como de Hermione Granger, una niña de padres “muggle”, pero con gran ingenio y conocimiento enciclopédico. Harry, huérfano, descubre más adelante que sus padres murieron protegiéndolo del malvado Lord Voldemort. Él quiere evitar una profecía la cual dice que Harry Potter tiene el poder para derrotarlo. Finalmente, Harry y sus amigos deciden hacerle frente a al malvado.
Con el avance de los libros, seis en total y cada uno representa un año en la vida de los chicos, se ve que la lucha entre el bien y el mal es el común denominador de la historia, donde como reglamento cristiano, en el caso de J.K Rowling, autora de la saga de Harry Potter y de Animales Fantásticos, precursora.
Los protagonistas sufren cambios y son forzados a situaciones donde todo tiene que avanzar. Justamente, para darle un inicio a Harry y su gran potencial, es que es huérfano y vive en casa de sus tíos, quienes lo menosprecian y se burlan de él por ser extraño y tener magia.
Se podría interpretar de dos maneras Harry Potter. La primera es, (donde el crítico literario o el lector muy especializado lo comprende así), que es la historia de un chico que va creciendo, que es inadaptado socialmente y utiliza la magia como mera excusa para tener amigos y sentirse el héroe que siempre añoraba ser. La segunda es que simplemente son las aventuras de Harry y sus amigos que cuando no luchan contra Lord Voldemort, sufren por los exámenes a final de semestre. Esta es la versión más aceptada.
Harold Bloom, el famoso crítico literario, dijo lo siguiente: la aventura de leer se basa en el encantamiento. Aunque esté de acuerdo con esa afirmación, en esta época se combate contra la cultura educada por la televisión y el internet, donde se burlan de todas las situaciones o estereotipos, el público se ha vuelto algo complaciente también. El mismo Harold Bloom no considera a Harry Potter como una saga que entre al canon literario infantil: Es preferible que los niños no lean nada a que lean Harry Potter porque, aparte de que se trata de una lectura que entontece a los niños, no es posible esperar que esta les conduzca más adelante a una buena literatura, a autores como Kipling, Lewis Carroll o Kenneth Grahame. Incluso se toma el tiempo para decir lo siguiente: Cuando lees Harry Potter estás, de hecho, entrenado para leer a Stephen King.
¿Qué es el canon?, mi interpretación de dicha palabra es que es algo para satisfacer las necesidades literarias de una sociedad determinada, creada exclusivamente para el occidente y no algo que tenga relación dentro de la historia para saber si es verosímil o no.
Pero el éxito es innegable cuando hablamos de las aventuras del joven mago. Millones de seguidores en todo el mundo que han leído sus libros, que han visto las películas y que se inspiraron para crear los famosos cosplay, que en un término euro-centrista vendría siendo que se disfrazan de sus personajes favoritos de la saga, imitando su voz, las poses y demás parafernalia que los podría convertir, a estas personas que hacen cosplay, en buenos actores de teatro.
Hay incluso, una parte de estos libros que han sido reproducidos pero no por la propia autora. Lo menciona Walter Benjamin, al principio de La obra de arte en la época de reproductibilidad técnica: La obra de arte ha sido siempre fundamentalmente susceptible de reproducción. Debido al éxito que han tenido estas sagas del aventurero mago y sus amigos, es que muchas personas se tomaron la libertad creativa de continuar con la historia.
Aunque no les fue muy bien, porque la mayoría de ellos fueron demandados por haber plagiado la historia que J.K Rowling había escrito.
A su vez, el propio Walter Benjamin nos dice que el aura es la manifestación única de una lejanía, por cercana que pueda estar. Quiere decir que mientras más lejano parece estar de nosotros, más cercano está debido a todas las reproducciones que hay.
Por otro lado, las palabras de Bloom al referirse al éxito de la saga es que en sí fue su popularidad que llegó hasta las nubes. La popularidad es lo que le da el brillo a las obras de arte, a los libros, las películas, a todo lo que hacemos. Ese brillo original que lo hace irrepetible a pesar del hecho de que hay muchas personas que intenten imitar, con resultados que ellos mismos como creadores no esperan.
Lo que hay que ver es que Bloom critica todo el momento a la saga del mago y no a su creadora. Yo tomo con ironía la última cita que se mencionó hace unos párrafos atrás: Cuando lees Harry Potter estás, de hecho, entrenado para leer a Stephen King. ¿Realmente eso los hace contemporáneos?, ¿se consideraría que entran al canon solamente porque muchas personas lo compran y no por indicación de algún crítico?
Los libros infantiles como El Principito, Alicia en el país de las maravillas, Winnie Pooh, tuvieron en mente a los niños para ser escritos o que los pequeños eligieron como tal, como el caso de los Viajes de Gulliver. Cab recordar lo que significa ser contemporáneo: es lo atemporal pero lo sentimos muy vigente para los estándares actuales. En este sentido, Harry Potter si se vuelve algo contemporáneo. Es una masificación donde se combina la pseudo-individualización que Theodor Adorno nos dice que la producción de los bienes culturales se normaliza haciéndolo paradójico. Theodor Adorno y Max Horkheimer dijeron en su ensayo La industria cultural. Iluminismo como masificación de masas lo siguiente: No hay ya nada caro para los consumidores. Y sin embargo estos intuyen que cuanto menos cuesta algo, menos les es regalado.
Para finalizar esta primera parte del joven mago, J.R.R. Tolkien dijo lo siguiente: “creo que lo que llaman cuentos de hadas es una de las formas más grandes que ha dado la literatura, asociada erróneamente con la niñez”.
¡Hasta la próxima!