Sexualidad

Perspectivas generacionales: ¿Ausencia de esfuerzo o de oportunidades?

#Sexualidad
“A nuestra edad, los papás ya tenían su propia casa, seguro social y un trabajo de base…”

 

 

 Dr. Juan Manuel Carvajal Blancas Contacto: 951 226 29 13
Juanmanuel.carvajal@inperfecto.com.mx

Me llamo la atención un Twitt que leí hace poco tiempo y que ha sido compartido,  celebrado y abucheado por muchos usuarios y en el que un chico que escribe  en la conocida red social como el usuario @MauSaldivar, expresa su descontento ante las escasas oportunidades, que refiere, de su generación, comparadas con la de sus padres. Se los comparto textual: 

 

“A nuestra edad, los papás ya tenían su propia casa, seguro social y un trabajo de base. Nuestra generación tiene depresión por la falta de oportunidades, ansiedad por trabajos explotadoras y mal pagados, rentas infladas y encima nos llaman frágiles. La audacia.”(MawSaldivar)

Y agrega: “Encima nos heredan una crisis medio ambiental, una sociedad profúndamente misógina y una cultura de la violencia laboral y académica. Preocuparnos y problematizar nuestra salud mental no es ser frágiles, es sobrevivir a tanto cagadero, la neta.’ 

 

Sin ser una generalización, la fantasía que justifica la adicción a la dependencia y a la comodidad de muchos millenials y centenials, es creer que quienes venimos de generaciones anteriores (X y boomers) navegamos en miel sobre hojuelas porque miran los frutos cosechados y no el proceso. Miran lo que nos permitimos disfrutar ahora, vivir y compartir, como una dádiva que recibimos sin mayor esfuerzo.

Vivimos en sociedades, épocas, condiciones diferentes y para muchos, gran parte de los que logramos cultivar: una condición  laboral estable, un patrimonio, un comercio o una profesión, lo hicimos con  base a mucho esfuerzo Y AÑOS DE TRABAJO, DISCIPLINA Y  PERSISTENCIA. 

¿Que a su edad sus padres ya tenían casa propia? No sé a que edad se refiera la persona de esta publicación, tal vez a los 30 años en que aún siguen muchos metidos en la casa, que sus padres construyeron con su esfuerzo, habiendo tenido que trabajar, en muchos casos,  desde los 14 años o antes. 

Pensar que venimos de complacencias, bondades  y comodidades, es olvidar que muchos de nuestros padres, con apenas primaria y habiendo sobrevivido a guerras, pobreza, violencia,  adicciones, maltrato, explotación laboral, nos dieron con su esfuerzo mucho más de lo que ellos recibieron de sus propios padres. 

Aprendimos a ser agradecidos y eso nos fortaleció, lo cual muchas personas de las generaciones actuales perdieron, creyendo que sólo tienen derechos y no responsabilidades.

Nuestros padres y abuelos lucharon por sindicatos que mejoraran y protegieron sus condiciones laborales, habiendo pasado por circunstancias de injusticia que, en vez de únicamente quejarse de ellas, decidieron aliarse con otros inconformes  y cambiarlas. Lucharon porque las mujeres pudieran votar, ser escuchadas, tener acceso a la educación pública y ocupar cargos de dirección. Lucharon en las décadas de los años sesentas por los derechos de los jóvenes, de los universitarios, gracias a lo cual se logró cuestionar a los gobiernos, levantar la voz, ponerles en jaque, derrocar dictaduras. A muchos les costó el destierro y la vida. Hoy puedes vertir tu crítica en las redes sociales sin ser encarcelado o expulsado de tu país, gracias a esa lucha que gestó también uno de los episodios más sangrientos que tus antecesores vivieron: la matanza estudiantil de Tlatelolco.

Gracias a tantas luchas, se logró con sangre,  esfuerzo y vidas perdidas, mejores derechos laborales que las generaciones actuales no han sabido defender y que incluso,  han llegado a perder y solo pretenden levantar la voz detrás  de un dispositivo móvil, que por cierto, compraron con el dinero de mamá o papá.

A la generación  de donde vengo (X), no nos dieron estudios universitarios regalados, ni becas mensuales, ni desayunos escolares, ni uniformes, ni libros. Crecimos sin acceso a internet, sin dispositivos móviles y teníamos que ingeniarnos para accesar al conocimiento. Si queríamos ir por más de lo que nuestros padres podían darnos, necesario era trabajar y estudiar, chingarle desde muy temprano, organizarnos con nuestros compañeros para comer juntos, economizar las rentas, formar casas de estudiantes dirigidas por estudiantes, para lograr el sueño de muchos, de edificar una profesión, principalmente para aquellos jóvenes de bajos recursos y quienes procedían de zonas rurales o marginadas.

Muchas mujeres y hombres  de las generaciones anteriores a millenials y centenials tuvieron que emigrar a otro país, para buscar un mejor destino y darles  a los que hoy se quejan de ” escasas oportunidades”, una vida mejor.

¿Que tienes estrés, depresión  o ansiedad porque la vida no la comprendes? ¡ATIÉNDETE, ES TU RESPONSABILIDAD HACERLO! Pero no sólo vayas a una sola sesión, entra a un proceso con objetivos a largo plazo, haz de tu crecimiento personal y de la psicoterapia una herramienta de acompañamiento permanente.

Yo vengo de una generación que me hizo tomar consciencia de la responsabilidad personal y social.  He logrado llegar hasta culminar un  Doctorado y sigo preparándome.  Mis padres, con su primaria apenas alcanzada, problemas graves de alcoholismo en mi viejo, violencia, machismo y una neurosis demasiado aprehensiva de mi madre,  pudieron darme estudios básicos, un poco más de los que ellos recibieron. A su manera me dieron su amor.Todo lo demás ha sido por mí cuenta. Comprendi que si no me sanaba emocionalmente  y hacia lo necesario para luchar con otras personas, con otras mujeres y hombres  para buscar mejores condiciones y defender derechos alcanzados, terminaría quejándome y echándole la culpa a mis padres, a mis abuelos, a Dios,  al orden social, a los gobiernos tiranos, a los empresarios y a los líderes explotadores.

Como aprendí que sanarme implicaba ir a psicoterapia de por vida  para ampliar mi consciencia y tomar plenamente la responsabilidad de mi vida (a mis 47 años lo sigo y lo seguiré haciendo). Requería prepararme más, estudiar mucho por mi cuenta  y no sólo tomar lo que me regalara de estudios el gobierno (ellos nos quieren ignorantes, dependientes, mutilados, divididos e indiferentes). Requeria crear redes de apoyo con otros irreverentes como yo, para luchar por  mejores condiciones, en vez de quejarme sólo de la situación. Requería realizar mi labor con mucha pasión  y dar además un  servicio. 

Hoy además de trabajar como psicoterapeuta de forma privada, como Docente Universitario,  tallerista, conferencista y dirigir un Centro de Desarrollo humano, coordino un programa gratuito de prevención y atención psicológica  a víctimas de violencia de género. 

Pero para llegar a esto tuve que trabajar y estudiar a la vez, superar carencias, dormir  durante algún tiempo en mis primeros días de trabajo profesional (de contrato y con un sueldo apenas para cubrir lo básico,), en el suelo de las oficinas de un reclusorio, porque no tenía para pagar una renta y comía una sola vez al día. Sin embargo me arriesgué y hablé, me uní a gente que compartía conmigo anhelos y busqué apoyo fuera de mi tribu. Y no porque ellos no quisieron apoyarme, simplemente no tenían más para darme.

Tampoco me posiciono como un ejemplo a seguir, sólo  me construyo día a día para mejorar mi conciencia. Quienes me conocen muy bien, miran también mi lado obscuro, destructivo y como los impactos de mi historia personal y de mis heridas se reflejan en mis actitudes que, en ocasiones, emergen en mis relaciones y en el trabajo. Por esta razón voy a psicoterapia de forma constante,  para  seguir sanándome y evitar que mi oscuridad me hunda o lastime a otras personas. Para evitar culpar a mi pasado o a otras generaciones  de mi propia negligencia, conchudez o de aquello que yo deje de hacer. 

 

Tu dices: “¡No puedo!”, yo digo “¡No chingues!” 

Deja sólo de quejarte y trabaja para que con otros cambien sus circunstancias. Está bien luchar por mejores derechos y oportunidades, está bien levantar la voz, sin embargo, si esto carece de acciones, es apenas un lamento sin efecto. 

Ve a psicoterapia, de verdad hazlo y cambia tu perspectiva para agradecer a tus padres, abuelos y ancestros  lo que hicieron por ti, mientras no lo hagas seguirás en la misma miseria emocional, que es la peor de las pobrezas. Haz alianzas , organiza a otros jóvenes como lo hicieron tus antecesores en los movimientos estudiantiles, como lo hicieron tu abuela y tu abuelo para ganar mejores condiciones laborales y dejar de ser explotados en las fabricas y el campo 

Deja sólo de quejarte y levanta el culo para ir por lo que quieres,  si es que en verdad lo quieres. 

¿Es difícil? Si.  Lo es y lo fue también para tus padres y abuelos, sin embargo tuvieron los huevos suficientes para evitar quedarse sentados. O se movían o la miseria se los comía 

Siempre  me gusta citar a Jean Pail Sartre cuando fe responsabilidad se trata:

“CADA SER HUMANO ES LO QUE HACE, CON LO QUE HICIERON DE ÉL” y pienso también que, una generación extraordinaria y diferente en muchas circunstancias a las que les precedieron,  requiere también hacer cosas extraordinarias para revolucionarse y evolucionar en su mundo, para ir más allá de la queja, para trascender a la acción y  a la necesidad de romper el individualismo que al sistema le conviene y hacer comunidades, movimientos tribales para tomar fuerza.

No somos responsables del mundo que nos heredan las generaciones pasadas  ni de lo que nos tocó vivir en nuestra niñez,  sin embargo, llegado el momento,  somos responsables de sanarnos, cambiar nuestras programaciones heredadas y evolucionar  nuestras circunstancias. Deja la pereza y la victimización y cambia tu condición. Muchos jóvenes como tú, lo están haciendo, se están alzando para apoyarse,  se la están  rifando día a día y están  mejorando con acciones su propia historia y la de sus ancestros.

Por cierto y para evitar dejarlo pasar: la crisis ambiental de ninguna manera es herencia,  sino el resultado del alto impacto del consumismo, la modernidad liquida y el modo de vida desechable de las últimas generaciones, que bien valdría mucho para atenuarle, hacer campañas presenciales de reforestación y protección ambiental, en vez de las propuestas, sólo con memes, desde el ordenador. Las generaciones X y Boomers aprendimos a reutilizar, reparar y reciclar para tener una mejor relación con nuestro medio ambiente.

Anda y mueve las nalgas para chingarle e ir por lo que crees mercer.

 

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