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Crítica literaria: La chica del abrigo azul de Mónica Hesse

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“Dentro del libro vemos las aventuras descritas y narradas en primera persona por Hanneke Bakker”

 

 

Luis Ricardo Sandoval / @LuisRSandoval5
luizandcar18@gmail.com

 

El asunto con la crítica literaria es que no suele ser muy bien recibida. Se enfoca únicamente en gustos y opiniones, muchas veces sin fundamentos. Es por esto que al intentar tomárselo en serio falle por completo. Aunado a eso, el canon literario occidental no ayuda mucho por simplemente enfocarse en los escritores tradicionales. Solo que, aunque parezca que ya no hay ninguna esperanza y ya echen por la borda el trabajo de la crítica literaria, lo que ocurre es todo lo contrario. No solo tiene que ver con el canon, con la novela y el cuento sino tiene que ver con incluso con la poesía, el ensayo, los textos teóricos y científicos.

 

Aquí es donde entra Mónica Hesse, una novelista y periodista estadounidense, ganadora del premio Edgar Allan Poe en la categoría del Mejor misterio para jóvenes adultos por su novela La chica del abrigo azul. Además de ser escritora de ficción de la segunda guerra mundial, Mónica Hesse es periodista y publica en The Washington Post. De acuerdo a la biografía en dicho diario, ella “frecuentemente escribe sobre el género y su impacto en la sociedad”. 

 

Esta escritora estadounidense ha publicado otros libros: Stray (perdido o como un animal callejero). Lona (16) ha vivido como alguien más dentro de un mundo de fantasía veintitrés de las veinticuatro horas del día, hasta que un viejo conocido regresa para liberarla.

 

Burn, secuela del libro anterior, donde Lona, tras escapar de la realidad virtual donde ella se crio, comienza a cuestionarse sobre su ser y a hacerse la pregunta que todos nos hemos hecho, ¿Quién soy? Así mismo, los libros The war outside y They went left han sido bien recibidos por la crítica y ambos ambientados durante la segunda guerra mundial. 

 

Tomando en cuenta los libros anteriores, quisiera mencionar a Antonio Alatorre, escritor y crítico literario quien en uno de sus trabajos titulado ¿Qué es la crítica literaria?, menciona lo siguiente: “los medios por los que se vale el creador literario son fundamentalmente irracionales, intuitivos, casi “fatales”; mientras que los medios por los que se vale el crítico son fundamentalmente racionales”. 

 

Se podría considerar que gracias a este pensamiento de Alatorre, nos deja ver la misma subjetividad del crítico hacia con su labor. Ya que el autor/creador se expresa en lo que quiere decir. En cambio, el crítico puede ser cualquiera que haya leído y releído en par de ocasiones una obra. Como se tiene la costumbre de que al ver la palabra “critica” hay un dejo de censura, solo que es lo contrario, es apreciar hasta el más mínimo detalle descrito por el autor. No todo el tiempo se le va a alabar, ya que si se encuentra un error de sintaxis o de cualquier otro tipo, hay que decirle en dónde se encuentran dichas fallas para que el autor mejore.

 

En el caso del libro La chica del abrigo azul nos trae otro problema al planteado en el párrafo anterior: la traducción. Esta labor fue realizada al español por Antonia Martín Martín. Leerlo en el inglés original suena interesante, sobretodo por la labor de las palabras y el slang que pudiera utilizar la autora, dejándonos saber que, aunque sea una ficción, un trabajo que está ambientado durante la ocupación alemana a los Países Bajos en 1943, se vea desde la perspectiva de una estadounidense y actual. 

 

Aunque eso no le quita nada de méritos, ya que se lleva su labor investigar, como reportera que es Mónica Hesse, escribir borradores uno tras otro hasta que el editor le da el visto bueno. Regresando de manera breve a la traducción, hay frases que son difíciles de traducir del borrador original del inglés, con frases en alemán u holandés al español, porque no hay un trasfondo. Aquí, la traductora hizo lo mejor para que el ritmo de la lectura no se perdiera y decidió que lo óptimo fue dejar dichas frases en el idioma original, como en el caso de la frase Hoe heet je?, el cual, traducido burdamente sería un “¿cómo te llamas? Solo que si lo cambia al español, el sentido, no solo de la siguiente parte de la narración, sino del libro entero se perdería.

 

Dentro del libro vemos las aventuras descritas y narradas en primera persona por Hanneke Bakker una chica que para sobrevivir a la ocupación alemana de 1943 a su país natal, Holanda, y vivir la muerte de un ser querido para ella, trabaja haciendo de mensajera del mercado negro. Prácticamente no hay entrega que no pueda realizar hasta que un día, en uno de sus trabajos, una clienta habitual le pide encontrar a una chica judía, única sobreviviente de su familia, que misteriosamente escapó de la casa de dicha clienta. Hanneke poco a poco se va involucrando en su búsqueda, así como formar parte de la resistencia; en pocas palabras, pone su granito de arena para combatir a los alemanes.

 

La autora sabe su público objetivo, que son los adolescentes y jóvenes adultos, quienes viven en una guerra de independencia en todos los sentidos, que tienen dificultades y lo saben todo, pero cuando llega un momento que pone de manifiesto su ingenuidad, maduran para bien. Sobretodo en esta sociedad occidental, donde las mujeres han tenido una fuerte lucha para que su voz se escuche. Es por eso que los otros libros escritos por Mónica Hasse, las protagonistas son mujeres cercanas a los dieciocho años.

 

Si bien es cierto que los libros se suelen ver como una crítica o un reflejo a la sociedad en la que son escritas, tampoco se puede pasar por alto que el punto de vista actual influye mucho sobre la manera en que se ve el pasado. En uno de los escritos anteriores mencioné que quieren cancelar a Pablo Neruda por un suceso que se narra en su libro Confieso que he vivido. 

 

Un libro contemporáneo y que una de sus traducciones al español fue realizada por el escritor argentino Julio Cortázar, se llama Memorias de Adriano, escrito por Marguerite Yourcenar. En dicho libro, ambientado durante la época de los emperadores romanos, el emperador Adriano Augusto escribe una carta a su sucesor, Marco Aurelio, para indicarle cómo se tiene que comportar y plantea cuestiones que hasta alguien de su rango normalmente no se pregunta. Aunque parezca ambientada durante la época romana, fue publicada en 1951. 

 

Ya que incluso las mejores obras literarias de la historia no han sido perfectas y tengan a sus detractores, donde muchos de ellos se enfoquen en elementos que nada tienen que ver con la obra: que si su autor hizo esto o aquello, que si era de un movimiento social al cual yo no estoy de acuerdo, etc. Eso nubla el juicio y no permite que se haga un análisis literario completo. 

 

O a su vez, otros creerán que el crítico usa un lenguaje sofisticado, que solo pocos lo entienden. Aunque a alguien le pregunten su opinión sobre un determinado texto y su respuesta sea la típica de “estuvo bonito” o “no me gustó”, ya con eso se puede empezar a indagar sobre la crítica literaria como tal. 

 

La crítica literaria es el otro lado de la moneda de las obras literarias. Sin una, no existe la otra. Además de que cada una depende del lector, de su capital cultural, los libros que han leído, las películas o series que han visto. Aunque hay que aclarar que por llevarse en su conjunto, no signifique que tanto el crítico, como el lector tienen la verdad absoluta. En caso de creerse lo contrario, se cerraría el mundo literario y se dejarían de valorarse dichas obras como sucede con La chica del abrigo azul de Mónica Hesse.

 

¡Hasta la próxima!

 

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