Cultura

Los conflictos de la estupidez de la confrontación literaria

#Cultura
¡Los niños que nunca han visto la paz y los niños que nunca han visto la guerra tienen valores diferentes!

 

 

Ricardo Sandoval / @LuisRSandoval5
luizandcar18@gmail.com

Me gustaría empezar este texto con una cita que viene a bien con los tiempos actuales: ¿Los piratas son malos? ¿Los marines son los buenos? ¡Estos términos han cambiado siempre a lo largo de la historia! ¡Los niños que nunca han visto la paz y los niños que nunca han visto la guerra tienen valores diferentes! ¡Los que están en la cima determinan lo que está bien y lo que está mal! ¡Este lugar es un terreno neutral! ¿Dicen que la Justicia prevalecerá? ¡Por supuesto que lo hará! ¡Gane quien gane, esta guerra se convertirá en la Justicia! (Donquixote Doflamingo, One Piece Manga y Anime — Vol. 57 Capítulo 556 y Episodio 465).

 

Esta cita de un personaje del aclamado manga y anime One Piece, viene de uno de los personajes más interesantes de la serie y que podría dedicar hasta una tesis, dependiendo del punto de vista, ya sea psicológico o literario. Además de decir ese pequeño monólogo en de una de las sagas más importantes de la obra de Eichiro Oda: La saga de la Guerra de Marineford. Solo que no vamos a hablar de One Piece

 

En escritos anteriores he comentado sobre la literatura y las artes en general, son una crítica a la sociedad en la que se vive. No vamos a criticar algún escrito que fue hecho en la década de 1920 por ser “políticamente incorrecto”, ¿o sí? Ahora bien, el conflicto que está pasando en el este de Europa, donde parece ser que, al momento de estar escribiendo este texto, se están resolviendo por medio de pláticas para que no pase a mayores.

 

Ahora bien, Carlos Slim en una entrevista dice que “es una estupidez la confrontación”. Con lo dicho por el magnate mexicano, citaré “estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”, frase atribuida a Voltaire, pero fue una escritora británica, en 1906, de nombre Evelyn Beatrice Hall, quien en su libro Los amigos de Voltaire, puso dicha frase cada vez que se refería al modo de pensar y de creer del filósofo francés. Cita que en nuestros días parece muy tergiversada.

 

Regresando al punto inicial, para escribir sobre la guerra y sus secuelas, en Latinoamérica tenemos a los argentinos Ernesto Sábato, Tomás Eloy Martínez, quienes narran de manera cruda la dictadura militar. Santa Evita, publicada en 1995 y La novela de Perón de 1985, son sus obras más reconocidas. En Santa Evita, a manera de ficción, narra algunos hechos sobre la vida de Eva Perón. Mario Vargas Llosa dice lo siguiente sobre la obra: “Como todo puede ser novela, Santa Evita lo es también, pero siendo, al mismo tiempo, una biografía, un mural sociopolítico, un reportaje, un documento histórico, una fantasía histérica, una carcajada surrealista y un radioteatro tierno y conmovedor.” (Placeres de la Necrofilia, 30 de diciembre 1995).

 

Antes de examinar a más detalle los dos párrafos anteriores, me gustaría decir que no hay persona sin conflicto. Todos y cada uno de los lectores tenemos algo que nos conflictua. Estamos en desacuerdo con algo que dijo el presidente de la República, con nuestros vecinos o con nuestra mente o nuestro corazón. 

 

Lo vemos en cada una de las páginas de los libros de aventuras que leemos, dentro de los comics, en el anime o manga favorito, en las películas, y un larguísimo etcétera. Conforme a este pensamiento, vamos viendo como el héroe o heroína de la historia se va desarrollando, cómo se enfrenta a ciertas situaciones que nosotros estamos pasando o que ya pasamos. Nos hace parte de la historia que nos están narrando, hace que nuestras neuronas se entrelacen y pensamos en las posibilidades que tiene. Estamos jugando con el texto y si fallamos, no importa, seguimos apostando.

 

Andrés Felipe Solano, escritor colombiano ha llegado a decir que “la literatura no tiene un papel que cumplir. Su papel es un no papel, una no obligación, solo así puede ser literatura.”. La literatura, en este caso, suele tener un fin, que es el de entretener o advertir sobre cosas que ocurren al otro lado del mundo. Ahora, la tecnología nos ha facilitado mucho y las noticias llegan de manera instantánea. 

 

A pesar de que lo tengamos a un Google Translator de distancia, muchas veces nos quedamos con lo que dicen los medios de comunicación y es aquí donde entra en juego una persona a quien no se le suele dar mucha importancia: el traductor. Este especialista tiene no solo que saber el manejo de las palabras, sino el sentido en el que se dice, qué se dice, cómo se dice, para quién se dice. Si la persona que escribió dicho artículo, en inglés, por decir un idioma que se suela hablar más, tiene que saber incluso, si el autor estaba de malas o no cuando lo escribió.

 

Hay ensayos al respecto. Jorge Luis Borges tiene uno muy interesante Los traductores de Las mil y una noches. Aquí, el cuentista, ensayista, traductor, escritor argentino. Es una recopilación que hace desde originalmente Jean Antoine Galland, un arabista francés, dando su primera versión del famoso libro de cuentos árabe. Borges menciona en su ensayo que “palabra por palabra, la versión de Galland es la peor escrita de todas, la más embustera y la más débil, pero fue la mejor leída.”. Borges nos da a entender que la traducción fue hecha al tiempo y época de Galland; es decir, el traductor original la adaptó a su momento histórico y no al revés, él tuvo que adaptarse para escribirla. Con su escrito, Borges nos va narrando la historia que hasta su momento le tocó leer.

 

Por lo que se refiere a lo dicho por Carlos Slim “es una estupidez la confrontación”, la misma es inevitable. Como se mencionó con anterioridad, los puntos de vista difieren y mucho. No es la misma opinión de una persona que vive en el centro de México a la que vive en el norte, frontera con Estados Unidos. Los mismos estadounidenses (a quienes me sigo rehusando a llamarlos “americanos”) difieren con su mismo sistema parlamentario. “Salvadores del mundo” cuya economía, comprobada, está basada en el saqueo, las guerras y expansión territorial, cosa que aprendieron de las entonces potencias europeas Francia, Inglaterra y España, principalmente. 

 

Aunque fácilmente pude haber recomendado algunos libros sobre la guerra, sobre la historia de la humanidad, sobre los diferentes puntos de vista que hay en las artes, en la cultura, decidí mejor no hacerlo. Se deben preguntar ¿Por qué no, si solo son títulos y autores, muchos de ellos ya muertos? 

 

No es tan fácil como parece. De todos los países que han entrado en guerra entre sí, las distintas épocas, las diferencias de opinión sobre las que hay contra las que existieron cuando fueron escritas, hizo que yo mismo entrara en conflicto. El mundo se crea con cada libro, con cada material que tenemos a nuestro alcance. Si yo impongo algunos títulos, estaré declarándole la guerra a aquellos libros, autores que son ignorados. 

 

Hay ensayos, cuentos, novelas, poemas, obras de arte, arquitectónicas, de todo tipo que narran los hechos, es una distancia de la cual podemos estar lejos o cerca. Son testimonios que están vivos para recordarnos que nuestros puntos de vista y nuestros conflictos son los que nos hacen estar aquí.

 

Para terminar, existe literatura post guerra, una que es acrítica, otra que marca los errores o aciertos de cierto bando. Existe a su vez, la literatura escrita dentro de las guerras. Los relatos de los sobrevivientes que narran sus odiseas para mantenerse a salvo, para criticar un asunto del cual no querían en primer lugar. Todo se polariza entre buenos y malos sin ver más allá de cuáles fueron los motivos reales, de quienes lo tergiversaron todo. a lo mejor si es una estupidez la confrontación. Quizá no lo es, pero me quedo con la cita del inicio de este texto: ¡Gane quien gane, esta guerra se convertirá en la Justicia!

 

¡Hasta la próxima!

 

#InPerfecto