Editorial

NARRATIVA DE GUERRA.

#InPerfecciones
“La narrativa de un conflicto bélico es fundamental, estratégicamente la propaganda establece una línea muy definida sobre quienes son los buenos y los malos de la película”

 

 

Carlos Rosas Cancino / @CarlosRosas_C
carlos.rc@inperfecto.com.mx

 

El clima de nerviosismo a nivel internacional por el conflicto desencadenado por la intervención militar de Rusia en Ucrania tiene a la opinión pública muy al pendiente de los sucesos en aquella región del mundo, la tensión diplomática entre las potencias mundiales atrae pronósticos de corte fatalista que plantean el inicio de una Tercera Guerra Mundial, y se debe tomar en cuenta, que, pese a los esfuerzos diplomáticos por resolver el conflicto de manera pacífica, nuevamente tenemos ante nuestros ojos una de las expresiones más desafortunadas de la humanidad; históricamente la zona de conflicto tiene antecedentes muy añejos sobre desencuentros que se han “negociado” con el lenguaje de la violencia, aspecto que constantemente tiene en bajo asedio la paz, desde 1991, año en que se desintegró la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, y con el remanente de lo que fue la Guerra Fría, la narrativa del conflicto entre oriente y occidente nos ha obsequiado episodios muy lamentables, el interés por demostrar el mayor poder económico, político e ideológico, deja de manifiesto que los esfuerzos por alcanzar una paz duradera han estado llenos de demagogia e hipocresía.

 

Por un lado los dirigentes de la Unión Europea, la OTAN, ONU, etcétera, se reúnen y negocian, pactan, firman programas de desarme o buena voluntad y cualquier cantidad de artificios, que en un escenario idealista serían suficientes para concretar una paz mundial fuerte y duradera, pero como buenos políticos, la demagogia ocupa un lugar preponderante en estas reuniones, de modo que podríamos decir sin temor a equivocarnos, que estas pláticas o reuniones son pura propaganda. 

 

Por otro lado seguimos viendo como esas potencias mundiales se regodean de su poderío militar; películas, desfiles, ensayos, exhibiciones, etcétera, de armamento muy sofisticado. Todo esto es muy claro, porque la labor de venta es muy importante, el negocio que representa la carrera armamentista, además de ser muy jugoso, dota a todos los conflictos armados alrededor el mundo y resulta paradójico que entre países se intercambien y vendan armamento con el que en un futuro se podrán literalmente “partir la madre.  La preocupación por el arsenal nuclear que posee Rusia, desde luego que para el imaginario colectivo es de terror, obviamente cuando nos enteramos que Rusia ha entrado en un conflicto militar, a nuestra mente recurren aquellas imágenes de alta carga emocional contenidas en esas películas gringas donde “Rambo”, o el  “Duro de Matar” se encargan de acabar con la “amenaza soviética” y así recobrar el equilibrio mundial.

 

La narrativa de un conflicto bélico es fundamental, estratégicamente la propaganda establece una línea muy definida sobre quienes son los buenos y los malos de la película, sería de muy mal gusto y poco empático no estar del lado de los estados desprotegidos que tienen que soportar el abuso de los países más poderosos, sin embargo, hay que tener muy en cuenta que los que siempre pagan los platos rotos nunca son los militares de alto rango ni los dirigentes políticos, como siempre es la población civil la que tiene que padecer todas las atrocidades que vemos en un conflicto bélico, aquellos que ven destruido su patrimonio, su tranquilidad, su fuente de trabajo, los que tienen que enterrar a sus muertos, etcétera. En este caso, ni la familia de Vladimir Putin ni la familia de Volodímir Zelenzki tendrán que privarse de ninguna comodidad, las familias de los militares de alto rango tendrán un salvo conducto para estar tranquilas viendo como sus países se caen a pedazos política, social y económicamente, es decir, el nacionalismo extremo y los intereses económicos arrastran a la pobreza y muerte a toda una población que nada tiene que ver con el afán megalómano y condescendiente de políticos que se encuentran muy ansiosos por usar su armamento y dejar de manifiesto “quien la tiene más grande”. 

 

El caso es que si bien el movimiento armado que Rusia implementó en Ucrania pone en vilo la efímera paz mundial –aspecto por demás condenable-, Ucrania apostó por que el conflicto escalara a un mayor nivel exigiendo que la OTAN entrara de manera directa al conflicto aun sin pertenecer al exclusivo “Club de la Policía del Atlántico Norte”, un conflicto que la misma Ucrania alimentó con el asedio militar a las provincias de Luhansk y Donetsk, aspecto que para Rusia fue el argumento ideal para intervenir después del incumplimiento a los tratados de Minsk, es decir, una vez más, la decisión de un Gobierno puso en peligro la estabilidad de su población civil.

 

Ningún argumento tiene el peso suficiente para justificar que la postura política e ideológica de un solo personaje condene al sufrimiento o la muerte a la población civil; arquetipos despreciables de Presidentes, Dictadores, Comandantes o Monarcas que disponen a su antojo de la vida y tranquilidad de la población civil de sus países tenemos muchos a lo largo de la historia, sin embargo, las experiencias más cruentas no han sido suficientes para pugnar por la erradicación de los extremismos, la historia sigue siendo la misma, países arrasados que tienen que volver a levantarse con la tristeza de sus muertos sobre sus espaldas mientras que políticos y militares se regocijan por lo que consideran el éxito de sus campañas, mandatarios y militares se condecoran y premian con los más altos honores por ser asesinos y portadores de hambre y pobreza.

 

La pugna mundial que hoy condena la invasión a Ucrania, debe pugnar por la condena a todo régimen que bajo el mecanismo de la violencia arroje a su población al sufrimiento provocado por las armas, de lo contrario, todo será como siempre pura demagogia e hipocresía.

 

#InPerfecto